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Peggy Harris, una señora de avanzada edad que vive en Vernon, Texas (EEUU), supo -casi 70 años más tarde- lo ocurrido a su esposo después de haber desaparecido seis semanas luego de su matrimonio.

 

La misteriosa desaparición se remonta al año 1944, cuando Peggy conoció a Billie, un piloto de 22 años. Ambos se enamoraron y se casaron rápidamente. Sin embargo, poco después de haber planificado una vida juntos, el joven piloto fue enviado a Europa para luchar en la II Guerra Mundial. Aunque Peggy temía por su marido, sabía que Billie tenía que cumplir con su deber.

 

Poco tiempo después dejó de tener noticias de su esposo. Ni Billie ni el Ejército norteamericano le dieron razón de su paradero. Cuando la guerra terminó Peggy no sabía si su amado seguía con vida o estaba muerto.

 

La mujer continuó su vida sin dejar de pensar en Billie y mantenía la esperanza de que algún día llegaría, tocaría la puerta y le diría: “Estoy en casa”. Mientras tanto, Peggy no quiso conocer a más hombres, el amor de su vida era Billie y no le quería traicionar. No obstante, al cabo de un tiempo se sintió desesperanzada porque creyó que su esposo habría muerto o le había abandonado.

 

Luego de 70 años un familiar de Billie decidió investigar la misteriosa desaparición. Contactó al Ejército y accedió a los archivos de Billie. No se sorprendió al enterarse de que estaba muerto, pero sí se sorprendió por las circunstancias en que falleció.

 

De acuerdo a los registros militares, Billie murió seis semanas después de su boda con Peggy, luego de que su avión fuese atacado en Normandía y se estrellara cerca de la localidad de Les Ventes, Francia. Algunos testigos explican que Billie evitó que su avión cayera en un área residencial. Fue un héroe.

 

Peggy se entristeció al conocer la historia, pero al mismo tiempo sintió alivio por conocer la verdad. Sintió la necesidad de visitar la tumba de su marido en Francia, en Les Ventes. La mujer se sorprendió al ver el respeto que la comunidad tenía por su esposo, incluso había una calle con su nombre.

 

Por si no fuera suficiente, durante más de siete décadas, tres veces al año la gente del pueblo celebra la vida del valiente piloto estadounidense que luchó por su liberación y pagó con su vida, rindiéndole honores en su tumba.

 

Un hombre de 91 años (testigo del accidente de Billie), le contó a Peggy lo ocurrido: él, con algunos amigos, fueron a socorrer al piloto estrellado, pero ya estaba sin vida. Se encargaron de llevarlo y concederle un entierro digno. Sus restos fueron transferidos a Normandía, pero la tumba se encuentra en Les Ventes para que la población le rinda honores.

 

Peggy le agradeció a los ciudadanos por cómo han cuidado la memoria de quien fuera su marido. 

 

Desde que conociera la historia, Peggy ha ido varias veces al año a Les Ventes para honrar a Billie junto con los lugareños. La mujer le fue fiel al amor de su vida, a pesar de saber que jamás regresaría a casa.

 

(LaIguana.TV)