La junta médica concluyó que Diego Armando Maradona agonizó 12 horas antes de su muerte, que pudo haber tenido “más chances de sobrevida” si hubiera estado internado en un centro médico, que el equipo médico tratante fue “inadecuado, deficiente y temerario” y que tuvo que haberse representado la muerte y fue “indiferente” a esa cuestión. 

Así se desprende de las 13 “conclusiones médico legales” del informe, un escrito de 70 carillas preparado por los peritos oficiales que durante dos meses analizaron las circunstancias de la muerte del ex futbolista y que el lunes va a ser incorporado formalmente al expediente. 

En el punto 1 se lee lo siguiente: “Si bien resulta contrafáctico afirmar que Maradona no hubiese fallecido de haber contado con una internación adecuada, teniendo en cuenta el cuadro documentado en los días previos a su muerte, en un centro asistencial polivalente recibiendo una atención acorde a las buenas prácticas médicas, concordamos en que hubiese tenido más chances de sobrevida”.  

El escrito también afirma que “Maradona comenzó a morir, al menos, 12 horas antes de las 12:30 del día 25 de noviembre pasado». Señala que el ex campeón del mundo «presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado, por lo que concluimos que el paciente no fue debidamente controlado desde las 0:30 horas del día de su muerte”.  

El expediente tiene siete imputados por la muerte de Maradona, ocurrida el 25 de noviembre de 2020 en el barrio privado San Andrés, en el partido de Tigre. Son el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la enfermera Dahiana Gisela Madrid, el enfermero Ricardo Almirón, la médica coordinadora Nancy Forlini y el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni. 

La psiquiatra queda mal parada en este párrafo: “El haber prescindido de los acompañamientos terapéuticos, obedecieron, supuestamente, a un deseo del paciente, quien no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales incluyendo decidir conductas sobre el cuidado de su salud, pero, quien ejecuta esta moción es la Dra. Cosachov, con lo cual es evidente que en ningún momento se le colocaron los límites a las demandas del paciente al que debían contener, acompañar y velar por su completo bienestar”. 

La junta médica también señaló que «de acuerdo al esquema farmacológico terapéutico psquiátrico» que se le indicó a Maradona, «la medicación suministrada potenciaba el efecto del alcohol porque la misma se hallaba contraindicada con una ingesta etílica concomitante».  

En otro pasaje se lee que “un paciente como Diego Maradona, con su historia previa de insuficiencia cardíaca congestiva y una miocardiopatía dilatada con función sistólica alterada y asociada a consumo de cocaína y alcohol, debe realizar controles cardiológicos periódicos y estudios adecuados a los requerimientos de la especialidad». Apunta que, «en ese periodo en particular debería haber sido evaluado en profundidad de su riesgo cardiovascular y posibles cardiopatías»; y que «nunca debería haber suspendido los medicamentos vasodilatadores, antihipertensivos, y el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, aun en períodos anteriores de estabilidad”. 

La junta médica comenzó sus labores el pasado 8 de marzo en la Superintendencia de Policía Científica bonaerense, en La Plata e intentó determinar las causas de la muerte de Maradona. El campeón del mundo en México 86 tenía 60 años y había sido operado de un hematoma subdural el 3 de noviembre. Luego de su internación, Luque coordinó un post-operatorio fuera de la clínica. El astro fue llevado a la casa de Tigre en la que murió a las tres semanas. 

Desde la muerte de Maradona se sumaron voces críticas por las condiciones en las que el 10 pasó sus últimos días de vida y si los manejos del entorno empeoraron su salud hasta llevarlo a la muerte. El informe que se suma a la causa echa algo más de luz sobre las horas finales de uno de los grandes deportistas de la historia argentina. 

(Página 12)