Durante la edición número 301 de su programa Desde Donde Sea, el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela hizo un extenso análisis de la crisis que se está viviendo en Colombia a raíz de la represión a las protestas populares, que desde hace una semana tiene paralizado ese país.

“A esta hora en Colombia se está perpetrando una masacre, no una masacre sin precedentes porque Colombia está acostumbrada desde hace décadas a este tipo de prácticas que atentan contra los derechos humanos de los colombianos. La historia de Colombia ha estado caracterizada y así lo ha reflejado su literatura, su arte, de forma triste y vehemente. La historia de Colombia es una historia de sangre, de desigualdades. Colombia el país en donde se masacró a todo un partido político, donde el número de candidatos, no solo presidenciales, sino de candidatos a cualquier puesto político, se les asesina. El país que este año está rompiendo récords de masacres, el país de los falsos positivos, de Álvaro Uribe Vélez que, desde el narcotráfico, llegó a la Gobernación de Antioquia y de allí llegó a presidente”, señaló Pérez Pirela.

Comentó que, al momento de iniciar el programa, los reportes oficiales daban cuenta de 27 personas asesinadas y destacó, además, la dificultad para lograr obtener información veraz y creíble de lo que ocurre en el vecino país.

“Hay desparecidos, mujeres violadas, personas que perdieron un ojo, heridos por doquier y las protestas siguen”, apuntó, al tiempo que indicó que la raíz del problema es muy poco conocida.

“Todo esto tiene una raíz que es poco comentada”, dijo y señaló que “los dos grandes errores que (Gustavo) Petro le señala a (Iván) Duque es hacer aprobar la reforma tributaria del 2019 donde se rebajaba, y allí la rabia del pueblo, entre nueve y 15 billones de dólares en impuestos anuales a las petroleras, carboneras y bancos, entre otras corporaciones. El segundo error fue que se sobre endeudó al Estado para mantener las ganancias de los dueños de bancos que en el 2020 alcanzaron 14 billones, mientras Colombia pasaba hambre”.

Explicó el también escritor que “crearon un grandísimo hueco fiscal y, desesperados por enmendar el déficit que ellos mismos crearon al quitarle los impuestos a las grandes empresas, acudieron a colocar impuestos a los más pobres a través de la reforma tributaria. Duque pretendía recaudar seis mil 800 millones de dólares, es decir 25.4 billones de pesos, el 2.2 por ciento del PIB. Estos fondos vendrían, ya no de la parte más rica y las empresas, sino de la parte media y la baja de la pirámide social. Los más pobres pagarían el déficit fiscal”.

Pérez Pirela precisó que con la reforma los colombianos iban a pagar impuestos por productos de la cesta básica, así como por la gasolina y los servicios básicos, como la luz y el agua.

Recordó que el régimen colombiano esperaba recaudar con la reforma “seis mil 800 millones y, al mismo tiempo, el Gobierno colombiano quería comprar 20 aviones cazas que cuestan cuatro mil millones de dólares. Los aviones caza que tiene ahora son de fabricación israelí y ya están obsoletos. De allí todo el espectáculo que montó el Gobierno colombiano por la supuesta entrada de un avión ruso y se fueron en un delirio de guerra fría que pretendía justificar la compra de estos aviones caza”.

En este sentido, acotó que “Colombia está gastando plata que no tiene, está en déficit fiscal y la pobreza en Colombia subió en siete puntos y hoy llega a 42.5 por ciento. Estamos hablando de 21 millones de colombianos en pobreza. Está de más decir que, según la revista Forbes, que mide cuáles son las empresas y empresarios más ricos del mundo, Colombia es el país más desigual de América Latina”.

“Resultado de todo esto es que el Gobierno de Duque, para aplacar esta rabia colectiva, estas protestas, en su mayor parte pacíficas, saca a los militares y policías, que dependen del Ministerio de Defensa y que tratan al pueblo como enemigos de guerra y comienzan a masacrarlos”, señaló.

Pérez Pirela comentó que la represión ha dejado hasta los momentos y, según cifras oficiales, 27 asesinados. “Doce de ellos en Cali, donde la represión ha sido una carnicería, una masacre. Las ciudades de Cali y Medellín han protagonizado las más grandes protestas y, a la vez, la represión más alarmante. Según la Defensoría del Pueblo son 29 asesinados y 87 personas desaparecidas durante los seis días de protestas”, detalló.

“Al contrario de Venezuela que por el bloqueo no puede acceder a préstamos internacionales, Colombia si se endeudó con el FMI y los bancos internacionales hasta el cuello durante la pandemia, es decir que además del déficit fiscal, hay deudas multimillonarias con la banca internacional”, cuestionó.

El investigador apuntó que ahora las protestas en Colombia van más allá de la Reforma tributaria, al comentar que sus organizadores ya adelantaron que las movilizaciones continuarían.

“El Comité Nacional del Paro agregó en su informe que de las personas heridas, 13, presentaron lesiones oculares, un patrón que se vio hace año y medio en las protestas en Chile. Hay asesores chilenos neofascistas de extrema derecha en Colombia desde hace meses. Es decir el pinochetismo está detrás de todo esto, dicho por el excandidato presidencial Petro. Hay seis denuncias de violencia sexual. Están violando a las mujeres que salen a protestar. 726 detenciones arbitrarias y 45 defensores de DDHH limitados en el ejercicio de sus funciones. Estos son datos serios que se quedan cortos porque hay partes rurales de Colombia donde están siendo asesinados en este instantes campesinos, estudiantes y, en muchos casos, no hay ni siquiera un celular con el que registrar estos gravísimos hechos», agregó.

Asimismo, explicó que: «El Comité del Paro exige el retiro de la reforma de salud, también la desarticulación del Escuadrón móvil antidisturbios, el Esmad de la Policía de Colombia. De hecho, desde los Estados Unidos están pidiendo parar la venta de material antidisturbios a la Esmad. Se exige el fin de la militarización y una vacunación masiva contra la covid-19».

En ciudades como Cali, subrayó, «no hay derechos constitucionales, hay toque de queda, eso no los veíamos en Venezuela desde los años 80 y 90 después del Caracazo».

«En Cali no se puede salir de noche, hasta las 5 de la mañana, so pena de ser asesinado o desaparecido. En estos momentos demandan la creación de una renta básica, defensa  de la producción nacional agropecuaria, apoyo a la pequeña empresa, cero matricula a los estudiantes, detener las erradicaciones forzadas y aspersiones con glifosato. No es solo es una protesta contra una Reforma tributaria, se trata de asesinatos, el tema del glifosato, las masacres, la privatización de la educación, son muchos aspectos en una sociedad que esta al borde del colapso general», puntualizó.

«Recuerden que en Chile las protestas comenzaron por el aumento del pasaje del Metro y terminó en una constituyente. ¿Será acaso este el inicio de cambios fuertes, radicales, necesarios, para un pueblo colombiano que desde hace décadas está sufriendo por culpa de una oligarquía de la que nació Uribe? Durante una semana las organizaciones más importantes de la región, como por ejemplo la OEA, no se enteraron, la Unión Europea hizo caso omiso, los Estados Unidos, los medios de comunicación silenciaron la mascare que se está dando en Colombia, los Shakira, los Juanes, los Miguel Bosé, los reguetoneros, guardaron silencio y salen ahora, casi que empujados, a pronunciarse. La noche del lunes la oficina de los DDHH de las ONU anunció en su Twitter que varios miembros de su Comisión recibieron amenazas y agresiones en la ciudad de Cal. ¿Qué puede esperar un campesino, un estudiante, una mujer, un indígena en Colombia?”, se preguntó.

Sobre esto analizó que “lo que sucede en Colombia es muy grave. Álvaro Uribe Vélez mandó por Twitter a la policía a usar armas contra el pueblo. Twitter bloqueó ese mensaje, pero eso no acaba de allí, conseguimos algunos tuits de Uribe que harían palidecer a Hitler, donde da órdenes precisas, casi que en claves, para que no le bloqueen los mensajes. Es aterrador». 

(LaIguana.TV)