El doctor en filosofía y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela explicó que el Estado colombiano no posee el control de las armas ni tiene el monopolio legítimo de la violencia al poner como ejemplo la masacre ocurrida en El Salado en 1999.

En una nueva edición de su espacio Desde Donde Sea, transmitido por medios digitales para LaIguana.TV, reseñó que el 23 de diciembre de 1999, un helicóptero paramilitar sobrevoló el casco urbano de El Salado y arrojó volantes que invitaban a los pobladores a celebrar las festividades de fin de año. Según la octavilla, sería la última vez que lo harían, pese a ello, las autoridades no hicieron nada para proteger a la población ni para frenar a los paramilitares.

Inclusive, el 15 de febrero de 2000, el Cuerpo Técnico de la Fiscalía General de Colombia alertó sobre fuertes indicios de que un fuerte incidente de violencia estaba por ocurrir en la zona.

Paralelamente, una unidad de la extinta guerrilla de las FARC atacó repetidamente a uno de los grupos paramilitares que avanzaba hasta El Salado, pero se vio obligada a replegarse porque los miembros de la Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) recibieron refuerzos y atacaron a la insurgencia izquierdista con un helicóptero artillado, lo que les dio carta blanca para actuar a sus anchas durante varios días, en los que asesinaron cruelmente a decenas de personas y violentaron de diversos modos a los pobladores de la zona.

Según el Centro Nacional de la Memoria Histórica, inicialmente se identificaron 59 víctimas fatales: 51 hombres y ocho mujeres, aunque con posterioridad la Fiscalía dictaminó que eran más de cien.

(LaIguana.TV)