Un nuevo desplante diplomático de la Administración de Joe Biden a Pedro Sánchez pone en evidencia la frialdad con la que Washington se conduce con respecto al actual Gobierno español. Justo en el pico de la crisis con Marruecos, con el Ejército español ya desplegado en Ceuta por la llegada masiva de inmigrantes a nado permitida por la corona alauí, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, ha llamado a su homólogo marroquí para hablar sobre Israel y Gaza, y sobre todo para reforzar «la importancia de la sólida relación bilateral y el papel clave de Marruecos en el fomento de la estabilidad en la región».  

Esas son las palabras exactas del portavoz del departamento de Estado, Ned Price, que ha emitido un comunicado público sobre la llamada mantenida entre Blinken y el ministro marroquí de Exteriores, Nasser Bourita, este martes 18 de mayo. Según Price, ambos funcionarios «hablaron sobre su preocupación compartida por la violencia en Israel y Cisjordania y Gaza, que se ha cobrado la vida de civiles israelíes y palestinos, incluidos niños».  

Marruecos fue el cuarto país en firmar acuerdos diplomáticos con Israel por mediación de Donald Trump, tras Emiratos Árabes, Bahrein y Sudán, que se sumaron a Egipto y Jordania. A cambio de que Marruecos reconociera a Israel, la Casa Blanca respaldó oficialmente el año pasado la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Con este sorprendente anuncio, Trump le brindó a Marruecos un decisivo apoyo días después de que el Frente Polisario, que defiende el establecimiento de una República Árabe Saharaui, declarara la guerra a Rabat, rompiendo un acuerdo de alto el fuego que ambos tenían desde 1991. Respondía así a la intervención armada de Marruecos para despejar un paso fronterizo con Mauritania que mantenían bloqueado los saharauis.  

En abril, Marruecos protestó porque al líder y presidente del Frente Polisario, Brahim Ghali, reclamado por la Justicia, se le permitió entrar en España para recibir tratamiento médico en un hospital de Logroño, tras infectarse de coronavirus. Sobre la presencia del líder polisario en España, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, dijo en su día que «la postura de España con respecto a Marruecos es estratégica y no ha variado: amistad, cooperación y partenariado estrecho, entre dos vecinos y socios privilegiados».  

Reconocimiento al Sahara 

EEUU no le consultó a Laya ni a nadie más en el Gobierno español sobre el reconocimiento de la soberanía marroquí en el Sahara Occidental, protectorado al que España renunció en 1975. La República Saharaui ha sido reconocida solo por 82 países entre los que están México, Cuba e Irán. Días antes de este respaldo de Trump a Marruecos, Unidas Podemos instó al Gobierno de coalición, del que es parte, a que garantizara la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental y trabajara con Naciones Unidas para «detener la guerra» y «cumplir las resoluciones» del Consejo de Seguridad. 

Biden, como en muchos otros puntos de agenda internacional, sigue ahora la estela de Trump y mantiene el apoyo a Marruecos, aun en un claro desafío de este a España y por tanto a la Unión Europea. Más llamativo: el presidente estadounidense sigue sin llamar a Pedro Sánchez, algo que ha hecho con muchos otros mandatarios internacionales.  

Fuentes diplomáticas en Washington dijeron a ABC este mismo martes que no consideran que haya un desplante a España, sino que, con la pandemia, Biden tiene una agenda repleta y no puede contactar con todos los socios. Aun así, es llamativa la ausencia de una sola mención a España y la crisis migratoria en el comunicado sobre la llamada de Blinken a Marruecos, y, sobre todo, la fecha para efectuarla. Más, cuando ambos diplomáticos ya hablaron el pasado 30 de abril, para «destacar la importancia del papel de Marruecos dando estabilidad al Sahel y a Libia». 

(ABC)