Lo que está ocurriendo entre Israel y Palestina no puede ser presentado como una guerra entre iguales. Es un genocidio a cuentagotas perpetrado por una de las mayores potencias militares del mundo en contra de un país desarmado, bloqueado y fragmentado territorialmente. 

El filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela dedicó una vez más la emisión de su programa Desde Donde Sea al tema del Medio Oriente y lo hizo rechazando de plano los chantajes y presiones que se imponen en el mundo para que esta situación sea planteada como un conflicto entre dos actores con fuerza equivalentes. 

“Es muy preocupante el silencio y las tergiversaciones de los medios transnacionales privados. Quieren vendernos esto como un conflicto entre iguales. El cuadro es doblemente triste: por lo que está pasando el pueblo palestino, convertido en el polígono de tiro de los israelíes; y triste por las pocas voces que se levantan contra el genocidio a cuentagotas que se está desarrollando”, dijo. 

Gracias a las innovaciones en el formato del programa de televisión 2.0, fue posible mostrar imágenes que evidencian el despropósito inhumano de lo que hace Israel. “No se puede ser neutral cuando uno de los mayores ejércitos del mundo, con un poder armamentístico al nivel de las grandes potencias del planeta, incluidas armas nucleares, ataca a un pueblo desarmado, bloqueado y sancionado –expresó de manera vehemente, mientras aparecían las escenas de la destrucción en Gaza-. No es lucha entre iguales: cohetes contra misiles. De un lado, se rompen vidrios y del otro se destruyen ciudades. Israel es el octavo vendedor de armas en el planeta. Ahora están probando armas que hacen caer a edificios enteros. Imaginemos estar en una ciudad sitiada, de la que no se puede salir y en el edificio de al lado cae un misil y lo derrumba. No cuenten conmigo para que yo hable en términos de igual a igual”. 

Cronología de la escalada de violencia

Para actualizar el tema, presentó una cronología de los hechos más recientes en la escalada de violencia:

7 de mayo. Enfrentamientos estallaron cuando los musulmanes abarrotaron la mezquita del Al-Aqsa, Jerusalén, para orar en el mes sagrado del Ramadán. La violencia se había ido acumulando en la Ciudad Santa y Cisjordania. Los palestinos lanzaron piedras, botellas y fuegos artificiales contra la policía israelí, que disparó balas de goma y granadas aturdidoras en un primer momento. 220 personas, en su mayoría palestinos, resultaron heridos.  

8 de mayo. La violencia estalla en Jerusalén Este con enfrentamientos. 121 heridos. Hasta ese momento no puede hablarse de una escalada de violencia represiva. 

10 de mayo. Más de 330 palestinos resultaron heridos en la mezquita, según la Media Luna Roja, antes de una marcha para conmemorar la captura de Jerusalén por Israel en 1967. 

11 de mayo. Hamás dijo que había disparado 130 cohetes contra Telaviv, en respuesta a un ataque aéreo israelí contra edificaciones en Gaza que mató a nueve niños palestinos. Amenazó con “convertir a Israel en un infierno” a Israel. El ejército israelí dijo que sus bombardeos fueron en represalias contra los ataques con cohetes. Se dijo que los militantes de Hamás cruzaron una línea roja al disparar en la zona de Jerusalén por primera vez desde 2014. 

12 de mayo. La Corte Penal Internacional manifestó su preocupación por la escalada de violencia. La fiscal jefa, Fatou Bensouda, dijo que “observo con gran preocupación la escalada de violencia en Cisjordania, incluida Jerusalén Este, así como en Gaza y sus alrededores y la posible comisión de crímenes bajo el Estatuto de Roma”. Está ocurriendo de esa manera: los aviones de guerra bombardean sin cesar Gaza y han asesinado a más de 200 palestinos entre ellos 61 niños. Pese a los reiterados llamados a cese el fuego, los bombardeos no han parado, como tampoco el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás. Entre los mártires se encuentra el doctor Abu Al-Auf, quien dirigía la lucha contra el coronavirus en el mayor hospital de Gaza, Al Shifá. A esto se suma el cierre de vía que impide a las ambulancias llegar a los hospitales. Los ataques no distinguen objetivos militares de civiles, son desproporcionados. También fue bombardeado y demolido un edificio donde se encontraban las agencias de noticias Asociated Press y Al Jazeera. 

“No queremos sucumbir al chantaje internacional según el cual el mundo entero debería quedarse callado o hablar de esto como si fuera un conflicto entre iguales. Lo más indignante es el silencio sepulcral que se está dando. Destruyeron sedes de hospitales, de la Media Luna Roja y de medios internacionales”, enfatizó Pérez Pirela. 

Reacciones internacionales

Organismos internacionales claman por el cese a las hostilidades que afectan a la población civil. Al menos 30 escuelas han sido destruidas por los ataques provenientes de Israel. 

En EEUU, el presidente Joe Biden hizo un muy tibio llamado a un alto el fuego sin usar la palabra inmediato, luego de que el secretario de Estado, Anthony Blinken, defendió la renuencia de Washington a unirse a otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU en su rechazo a la agresión israelí.  

Blinken argumentó que un apoyo así “dañaría supuestos esfuerzos intensos pero privados que se realizan para persuadir a Israel y Hamás de que establezcan una tregua”.  

Para el moderador, es impresionante lo que pasa en pleno siglo XXI. “Esto es solo comparable con lo que vivió el mundo entre los años 39 y 40”.  

A lo interno de EEUU, el diario The Hill señaló que aumentan los esfuerzos de la diplomacia de Biden para poner fin a la violencia, igual que la preocupación de los defensores más feroces de Israel en el Capitolio y algunas agrupaciones judías estadounidenses han roto el consenso casi completo de apoyo a Tel-Aviv que prevaleció en Washington durante décadas. 

“No podemos ser ingenuos y obviar los lobbies israelíes que existen en la Casa Blanca y el Congreso, que ejercen una presión gigantesca para que EEUU se mantenga apoyando este genocidio continuado”, comentó Pérez Pirela. 

Los senadores Chris Murphy (partido Demócrata) y Todd Young (partido Republicano), figuras claves del comité con jurisdicción sobre el Medio Oriente, emitieron un llamado bipartidista para alcanzar un alto el fuego rápidamente y que se adopten medidas adicionales para preservar el futuro de los dos estados.  

El líder de la mayoría del Senado, Charles Schumer (demócrata) se pronunció el lunes por un alto el fuego inmediato haciéndose eco de una petición de 30 senadores de su mismo partido. Esto no ha movido ni un poco las intenciones belicistas de la Casa Blanca, que sigue apoyando de manera irrestricta a Israel. 

Unas 140 organizaciones progresistas en EEUU emitieron una declaración en la que exigen a Biden que denuncie al gobierno de Israel por crímenes de guerra, por sus políticas de desplazamiento forzado y represión. 

El presentador de Desde Donde Sea, descartó por completo que EEUU se ponga en contra de su satélite. “Israel existe por obra y gracia de EEUU. Es su enclave en el Medio Oriente, una zona estratégica. Nunca van a pronunciarse contra Israel y de ahí entonces los muy tibios planteamientos de Biden sobre este genocidio. El mandatario sostuvo al menos tres conversaciones telefónicas con el genocida Benjamín Netanyahu y habló por separado con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, pero sus gestiones evidentemente no tuvieron éxito. ¿Por qué? Porque al no condenar a Israel no considera a EEUU un interlocutor válido para mediar”. 

The Washington Post publicó que, en medio de estos ataques, EEUU aprobó una venta de misiles guiados de precisión a Israel por 735 millones de dólares. La Casa Blanca espera la aprobación del legislativo. “EEUU está armando a un país ya armado hasta los dientes para que practique tiro, cual si Palestina fuese su polígono exclusivo. Israel compra el silencio de EEUU comprándole armas. ¿En qué mundo estamos viviendo?”  

Mientras tanto, el Estado de Israel sigue presionando a periodistas en todo el mundo para que no se hable de esto, apelando al chantaje de que quien los critique es antisemita. 

Sacha Llorenti, secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), tuitéo: “Estados Unidos impide que el Consejo de Seguridad emita un comunicado sobre la situación en Palestina. Entiéndase bien -un comunicado- ni hablar de una resolución ni de sanciones. Aún más, en medio de ataques despiadados, EEUU aprueba la venta de $735 millones en armas a Israel.” 

Organismos internacionales han llamado al fin de los ataques contra Palestina, asegurando que el territorio no es seguro para nadie, especialmente para los niños. Países como Noruega, Túnez y China pidieron a EEUU no obstruir la solución a la cuestión palestina. El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian dijo que su país continuará buscando que la cuestión palestina reciba una solución integral, justa y duradera. Instó a Washington a adoptar una posición justa y trabajar con la mayoría de la comunidad internacional. Propuso el cese el fuego y el inicio inmediato de la ayuda humanitaria, pero los obstáculos de la Casa Blanca impidieron adoptar una resolución. Como presidente temporal del Consejo de Seguridad de la ONU, pidió a Israel acogerse a las resoluciones de la ONU, respetar el estatus de Jerusalén como sitio sagrado, no hostigar a los musulmanes y abstenerse de demoler sus viviendas, expulsar a sus dueños y expandir sus asentamientos. Beijing, presiona para que el Consejo de Seguridad cumpla su deber, China opta por la solución de dos Estados como el camino a seguir y llamó a reanudar conversaciones de paz en una fecha próxima. 

El ministro de Asuntos Exterior y Expatriados de Palestina, Riyadh al-Maliki,  se pregunta cuántos civiles palestinos muertos harán falta para que el Consejo de Seguridad encabezado por China emita una condena a los ataques de Israel. “Yo elevo esta pregunta a las usuarias y los usuarios”, acotó Pérez Pirela. 

La solución de dos Estados se basa en que Palestina e Israel coexistan en paz dentro de las fronteras establecidas en 1967. Esta postura fue respaldada por sucesivas administraciones de EEUU hasta la de Donald Trump (2017-2021).  

Alrededor de 700 mil israelíes viven en asentamientos construidos desde la ocupación israelí de Cisjordania y Jerusalén en 1967, tierras que los palestinos consideran suyas y reclaman para crear su futuro Estado independiente. 

Apelando una vez más a los nuevos recursos disponibles en el programa, mostró un conjunto de mapas que lo dicen todo. “Se puede apreciar el despojo territorial al que se ha sometido al pueblo palestino desde la creación del Estado de Israel, en 1947. De izquierda a derecha se observa cómo se ha venido coartando el territorio acordado por la ONU a Palestina. Desde el mapa de 1946, cuando todo el territorio era de Palestina, hasta 2010, cuando Israel ha minimizado el territorio palestino y hasta 2020, cuando ya Palestina ni siquiera se ve en los mapas. Ha quedado reducida a una pequeña mancha verde que es un punto de fuego donde Israel prueba sus armas de alta tecnología, como uno de los diez grandes vendedores de armas a escala planetaria”. 

Citó una nota de LaIguana.TV, titulada “Alerta: Conflicto Israel-Palestina podría derivar en una guerra religiosa a gran escala”. 

La nota se basa en declaraciones al portal Sputnik de Mahmud al Habash, el asesor del presidente palestino, Mahmud Abás, quien afirma que “el conflicto entre Israel y Palestina podría convertirse en una guerra religiosa a gran escala”  

“Si el statu quo continúa como está, y si Israel y sus colonos no dejan de provocar los sentimientos religiosos de los palestinos y los musulmanes en general, el mundo se enfrentaría a una guerra religiosa, cuyo fuego iría más allá de Palestina, y el mundo entero pagaría por esto”, dijo Al Habash. 

“No se debe olvidar que en esa región confluyen las tres grandes religiones monoteístas. Tampoco se debe olvidar que las guerras santas vienen desde el Medioevo. Esto puede llevar a un conflicto mundial”, advirtió el conductor del programa. 

La Organización para la Cooperación Islámica (OCI), que agrupa a 57 países, instó al cese el fuego, la protección de los civiles y los lugares sagrados. 

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, aseguró estar consternado por el número cada vez mayor de víctimas civiles palestinas, incluidas muchas mujeres y niños a causa de los ataques. Advirtió de la consecuente espiral de violencia con devastadores resultados para ambas comunidades si no se detienen los enfrentamientos. Estas acciones podrían desencadenar una crisis humanitaria y de seguridad incontenible y fomentar el exterminio, no solo en Gaza, sino en la región en su conjunto, creando así un nuevo lugar de inestabilidad peligrosa. Finalmente deploró el ataque a un campo de refugiados y demandó seguridad para personal civil y de prensa en el área. En ese ataque murieron diez miembros de una familia.  

Posibles consecuencias

La primera consecuencia podría ser la guerra religiosa a gran escala mencionada por el vocero palestino Al Habash, quien denunció que la repuesta del mundo árabe e islámico y de la comunidad internacional en general es deficiente. Aun así, las autoridades palestinas seguirán reclamando apoyo internacional, tanto oficial como social para defender los derechos legítimos de su pueblo. 

El riesgo de esta conflagración generalizada aumentaría si Irán asumiera la defensa de Palestina en este momento específico, planteó Pérez Pirela, respondiendo la inquietud de un integrante de la audiencia. 

Una segunda consecuencia es el deterioro de las relaciones de Israel con el mundo árabe. Para profundizar en este punto, citó datos del corresponsal de BBC, Frank Gardner:  

La agudización del conflicto entre Israel y los palestinos está causando una vergüenza considerable para los gobiernos árabes que recientemente normalizaron sus relaciones con Israel. 

Los muy celebrados Acuerdos de Abraham -que vieron a los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán firmar acuerdos con Israel- siempre iban a depender de los eventos sobre el terreno. Ahora que esos eventos han tomado la forma de violencia mortal, cualquier acercamiento público entre los estados árabes e Israel ha quedado en suspenso. 

Mediante los Acuerdos de Abraham, que concluyeron con gran fanfarria en los últimos meses del gobierno de Donald Trump, varios países árabes no solo formalizaron sus relaciones con Israel, sino que también se embarcaron en una cooperación sin precedentes con este país, en una amplia gama de sectores, incluidos los de seguridad e inteligencia. 

A las pocas semanas de la firma en Washington, al jefe de la agencia de inteligencia externa de Israel, Mossad, le dieron una bienvenida VIP en el Golfo, algo impensable incluso hace un año. 

Tras haberles comunicado a sus ciudadanos los beneficios de asociarse con Israel en el campo del comercio, el turismo, la investigación médica, la economía verde y el desarrollo científico, ahora se encuentran retorciéndose metafóricamente mientras las imágenes de televisión de 24 horas muestran el bombardeo israelí en Gaza, la amenaza de desalojo de palestinos de sus hogares en Jerusalén Este y el reciente asalto por parte de la policía al recinto sagrado de la mezquita Al-Aqsa de esa ciudad. 

Los sauditas, que se vieron sometidos a una fuerte presión de Estados Unidos para subirse al tren de la normalización, están respirando aliviados por haberse resistido, tal vez temiendo que algo exactamente como esto pudiera suceder. 

Entonces, ¿cómo afectará este conflicto las relaciones entre Israel y sus socios árabes a largo plazo? Eso depende en gran medida de cuánto más dure y de si las víctimas siguen aumentando. 

El gobierno de Bahréin ha sido uno de los varios que emitió declaraciones esta semana reafirmando su apoyo a la causa palestina. 

Estos países no simpatizan con las prácticas de Hamas, pero sí con los palestinos que sufren las consecuencias de los ataques israelíes. Si hubo alguna renuencia entre ellos a aceptar la nueva amistad con Israel después de tantas décadas de antipatía, los acontecimientos recientes solo habrán profundizado su escepticismo. 

Origen, objetivos y proyectos de Hamás

Para completar el conocimiento general del tema, dio datos sobre el Movimiento de Resistencia Islámico Hamás. Dio que es una organización militante palestino-suní islámica con presencia significativa en la Franja de Gaza, al oeste de Israel. Tiene dos alas: Dawa, el ala de servicio social y el ala militar, Brigadas Qassam.  

Durante la primera Intifada, 1987 estaba en una etapa incipiente como facción separatista de los Hermanos Musulmanes Egipcios. Para entonces, el cofundador, jeque Ahmed Yassin, reveló que el objetivo era liberar Palestina de la ocupación israelí, incluyendo Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza. Desde entonces ha moderado algunas aspiraciones, sobre todo si Israel sigue ciertas condiciones.  

Hamás también funge como uno de los dos principales partidos políticos de Palestina. A lo largo de los años, ha llevado a cabo ataques con disparos, bombardeos y cohetes hacia Israel. Desde 2008, luego de tomar el control de Gaza en 2007, los militantes de Hamas en Gaza han librado tres guerras transfronterizas y han sostenido escaramuzas. De hecho, las operaciones militares de Israel tienen la justificación de atacar a Hamás. Lo que quiere Hamás sería un estado islámico basado en el modelo iraní, por eso rechaza el proceso de paz con Israel por considerarlo una rendición al sionismo, al que considera una fuerza alienígena y racista, sostenida por el imperialismo occidental. Algunos dirigentes conciliadores han aceptado hablar de un acuerdo de paz en etapas, sin explicar qué significa eso. 

¿Quiénes lo respaldan?

La creciente fuerza refleja el alejamiento del laicismo por los palestinos en los últimos veinte años y el redescubrimiento del islam como símbolo de identidad nacional. Muchos profesionales de clase media apoyan a Hamás y hacen parte de su liderazgo. Hamás tiene una red de instituciones, desde jardines de infancia y escuelas hasta entes benéficos. 

Entre 15 y 20% de la población de Gaza apoya a Hamás. Gaza Es el bastión de Hamás, donde grandes masas lo respetan y en algunos casos sienten veneración por este movimiento.  

EEUU lo incluyó en la lista de organizaciones terroristas en 1997 por haber recibido fondos, armas y entrenamiento de Irán. Pero es vista como una organización que defiende a los palestinos de la ocupación israelí. Es la mayor organización islamista militante palestina y principal opositor a los Acuerdos de Oslo.  

Tras la muerte del líder de Al Fatah (el otro gran movimiento político palestino), Yasir Arafat, 2004, la ANP fue tomada por Mahmud Abás, un opositor de los ataques de Hamás a Israel por considerar que causan muy poco daño y generan una dura respuesta el Ejército israelí, justo lo que está pasando ahora. 

Se ha mantenido fiel a su juramento de no firmar nunca un alto el fuego permanente mientras Israel ocupe territorio palestino y sus tropas sean responsables de la muerte de palestinos. 

El apoyo extranjero a Hamás está fragmentado: Irán, Siria, Qatar y Turquía le apoyan. EEUU, la UE y Japón los etiquetan de terroristas. Nueva Zelanda, Reino Unido y Australia consideran terrorista al ala militar, pero salvan al ala política. 

Lo cierto es que, a los ojos de muchos palestinos, luce como la única facción que ha encarado los planes expansionistas de Israel y su plan de judaizar a Jerusalén 

Interacción 

Gracias al nuevo formato, la interacción se mantiene presente a lo largo del programa a través de los comentarios de los participantes que se divulgan en los inserts de la pantalla. En esta emisión se incorporaron también otros recursos, como fotografías, mapas y textos de artículos y tuits. Entre los artículos se presentó uno, titulado: “Gaza el derecho a escapar”, del propio Pérez Pirela, publicado en enero de 2009. 

“Mi felicitación al Equipo de producción. No es poca cosa contar con estas herramientas, pues ayudan al esfuerzo comunicacional y didáctico”, dijo Pérez Pirela. 

Luego de algunos baches ocurridos en la transmisión, el conductor de Desde Donde Sea cuestionó duramente a la empresa de telecomunicaciones Digitel, alegando que mientras más aumentan las tarifas, peor es el servicio que presta. 

El usuario Carlos García señaló que todos los árabes deben saber que están en la mira del sionismo El moderador expresó su acuerdo y dijo que por eso es incomprensible que algunos países árabes den la espalda a Palestina en las actuales circunstancias. 

Una participante expresó que el tema tratado en esta oportunidad es una aplicación práctica de la clase del anterior Viernes de Filosofía, referida a la banalización del mal, la tesis de Hannah Arendt. 

Interrogado sobre la diferencia entre oponerse al sionismo y ser antisemita, precisó que el filósofo descolonial Enrique Dussel explica muy bien este punto, al demostrar que el semita no es solo el judío. 

El usuario Franc Bastidas hizo un paralelismo entre lo que ocurre entre Israel y Palestina y la situación de Colombia. En ambos casos, a su juicio, se trata de un conflicto por la tierra: en el Medio Oriente, los israelíes despojan de la tierra a los palestinos; y en Colombia, los ricos despojan de la tierra a los pobres. “Mejor no puede ser dicho, tiene mucho que ver”, dijo Pérez Pirela y aprovechó para presentar un afiche que ha circulado intensamente en redes, en el que se muestran las respectivas banderas con la leyenda: “Resiste como Palestina, lucha como Colombia, vota como Chile”. 

(LaIguana.TV)