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Para el geólogo David Rothery, la velocidad de las rocas y cenizas expulsadas por el Volcán de Fuego de Guatemala y la falta de rutas de evacuación provocaron la tragedia equiparable a la erupción que hizo desaparecer la ciudad romana de Pompeya.

 

La naturaleza no da tregua en Guatemala. Mientras los países de la región se solidarizan por el desastre que causó la violenta erupción del volcán de Fuego, a unos 50 kilómetros de la capital del país, un sismo de magnitud 4,9 en la escala de Richter sacudió la costa sur del país sin causar víctimas ni daños materiales.

 

En las cercanías del volcán de Fuego la cifra de víctimas alcanzó las 30 personas mientras los equipos de rescate esperan encontrar todavía más cuerpos calcinados.

 

A diferencia de otros tipos de volcanes, que expulsan largas y fluidas columnas de lava, la erupción del volcán de Fuego generó columnas de rocas y gas cuyo flujo puede alcanzar los 100 km/h, explicó el geólogo David Rothery de la Open University de Inglaterra y quien equiparó eltipo de erupción que hoy enfrenta Guatemala con la que en el año 79 d.C. destruyó la ciudad romana de Pompeya.

 

El experto no se explica por qué, si el volcán estuvo en fase eruptiva desde 2002 y mantuvo actividad continuada desde 2017, no se establecieron rutas de evacuación.

 

También menciona un incidente reciente, cuando el pasado 17 de mayo, un lahar (un flujo fangoso) de 25 metros de largo bajó por la ladera del volcán. Pocos días después, el 19 y 21 de mayo se registraron explosiones y nubes de cenizas volcánicas.

 

“El Instituto Nacional de Sismología y Vulcanología de Guatemala (Insivumeh) indica que la erupción terminó, pero que los lahars todavía representan un peligro. En efecto, cuando la lluvia cae sobre las cenizas frescas, éstas pueden transformarse en un barro denso (como cemento húmedo) y devastar rutas o destruir puentes”, advierte el geólogo.

 

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ofreció hoy ayuda a su homólogo de Guatemala, Jimmy Morales, para enfrentar la tragedia que vive ese país por la erupción del Volcán de Fuego, que deja al menos 25 muertos, numerosos heridos y 1,7 millones de personas afectadas. Del mismo modo se han expresado, entre otros,  los Gobiernos de Bolivia, Panamá, Ecuador y Argentina.

 

Al mismo tiempo, el aeropuerto internacional la aurora reanudó sus operaciones aunque para evitar los daños que pueden provocar las cenizas en las aeronaves hacen que estas tengan que apagar sus motores inmediatamente después de aterrizar y, desde allí, deben ser remolcadas hasta las puertas de abordaje.

 

Según Francis Argueta, de la Dirección General de Aeronáutica Civil (Dgac), a lo largo del domingo cuatro vuelos comerciales y dos cargueros fueron cancelados por el cierre del aeropuerto.

 

(El Mundo)