En una nueva edición de su espacio Desde Donde Sea, para LaIguana.TV, el analista político Miguel Ángel Pérez Pirela refirió que hace 10 años Wikileaks publicó un tramo de 779 archivos secretos de la prisión militar de Guantánamo administrada por Estados Unidos, que revelaron la existencia de una red mundial de detenciones arbitrarias adelantada en nombre de la fraudulenta «Guerra contra el Terrorismo» iniciada por George W. Bush en 2002. 

Forzadas por las circunstancias, las autoridades estadounidenses reconocieron que estaban encarcelando a miles de personas procedentes de Asia Central, Oriente Medio, África del Norte y otros lugares del mundo, a pesar de que sabían que no eran culpables de ningún delito terrorista, e incluso, de ningún otro crimen. 

Según consta en los documentos difundidos por Wikileaks, estos prisioneros fueron víctimas de una nueva frontera sin ley, en el que las personas eran capturadas –a menudo tras haber sido vendidas a la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) por las autoridades locales–, recluyéndolas en secreto en prisiones de «sitio negro» y transportadas al otro lado del mundo, donde permanecían detenidas indefinidamente en la prisión de la Bahía de Guantánamo, que en 2011 ya se había convertido en sinónimo de tortura estatal. 

De esta manera, explicó, tras «cuatro comunicados importantes», Washington acusó al fundador de Wikileaks, Julian Assange, amparándose en la Ley de Espionaje, destacando el hecho de que «es la primera vez que se aplicó una legislación draconiana contra un editor». 

Aludiendo a la versión oficial, relató que los fiscales estadounidenses que buscan la extradición de Assange en Gran Bretaña sostienen que «el crimen» de exponer el régimen de detención ilegal de su gobierno, debería ser castigado con hasta 40 años de prisión en una instalación de máxima seguridad, con condiciones análogas a las de Guantánamo. 

Recordó, asimismo, que estas acciones siguieron a las publicaciones relativas a los registros de guerra en Irak y Afganistán del Ejército de Estados Unidos, que dejaron al descubierto la comisión de miles de asesinatos ilegales y violaciones de derechos humanos, así como 250.000 cables diplomáticos que revelan golpes de Estado, operaciones ilegales de vigilancia y otros muchos abusos de derechos humanos en todo el mundo. 

Además, puntualizó que los archivos fueron proporcionados a Wikileaks por Chelsea Manning, «la valiente denunciante del Ejército estadounidense», cuya hazaña le valió el encarcelamiento durante casi siete años en condiciones de tortura, según asegura la ONU, bajo la administración Obama, y aunque finalmente fue liberada, fue detenida nuevamente por la administración Trump, en un intento fracasado por obligarla a dar un falso testimonio contra Assange. 

(LaIguana.TV)