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Venezuela triunfó nuevamente ante Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos, a pesar de meses de terribles presiones del gran imperio contra pequeños países del continente e islas del Caribe.

 

“Lograron los mismos 19 votos que tienen hace dos años. Ni con todas las presiones logró Pence vulnerar la dignidad americana”, dijo el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, en su cuenta Twitter.

 

A pesar del nuevo fracaso de la tentativa, hay elementos que deben ser analizados por los encargados de la política exterior venezolana. Uno de ellos es el aparente reblandecimiento de algunos países aliados.

 

Por ejemplo, República Dominicana y Dominica, que se habían abstenido en febrero pasado, el primero votó a favor de la resolución injerencista impulsada por EEUU.

 

Países muy cercanos ideológicamente como Nicaragua y El Salvador esta vez se abstuvieron, igual que lo hicieron Saint Kits y Nevis, Surinam, Haití, Ecuador, Trinidad y Tobago, Uruguay y Antigua y Barbuda.

 

Todas estas naciones fueron objeto de los más brutales chantajes y presiones tremendas por parte nada menos que del vicepresidente de EEUU, Mike Pence y del secretario de Estado, Mike Pompeo, la artillería pesada del imperio.

 

Las presiones fueron especialmente inclementes sobre el Caribe. Antes de la reunión, el embajador de EEUU ante la OEA, Carlos Trujillo, admitió en entrevistas con agencias internacionales de noticias que “Estados Unidos está tratando de contrarrestar la influencia que Venezuela tiene sobre los países del Caribe, que contrajeron abultadas deudas con la nación petrolera y, desde la creación de Petrocaribe, han tenido acceso a combustible barato”.

 

Para “contrarrestar la influencia”, EEUU utilizó todos los recursos disponibles, desde las promesas de inversiones, préstamos y ayudas para la construcción de obras públicas hasta la vulgar amenaza de aplicarles a esos otros países castigos similares a las que ya sufre Venezuela.

 

El internacionalista Basem Tajeldine dijo que la forma como EEUU pretende que la OEA tome medidas injerencistas es “la más grotesca manifestación de violación de los pactos internacionales establecidos en la Carta de Naciones Unidas, donde se consagran los derechos soberanos de todos los países a dirimir sus asuntos internos de forma independiente y establecer su modelo económico y político sin intervención de potencias extranjeras”.

 

Aunque esta vez han llegado a extremos, Tajeldine estima que esa conducta no es nueva en la OEA. “Esa organización nefasta está violando el derecho internacional desde su nacimiento. Venezuela ha debido retirarse de la OEA desde el triunfo de la Revolución Bolivariana. Una vez que renunció, tardíamente, debió dejar de participar en las reuniones. Defenderse desde afuera, en el seno de la ONU y de otros entes multilaterales”, opinó.

 

Calificó de especialmente deplorable que EEUU esté chantajeando a los Gobiernos, incluso los amigos de Venezuela, para se sumen a la resolución de suspensión. “Seguirá haciéndolo hasta que logre sus objetivos. Es lamentable que países aliados terminen cediendo ante el chantaje y la presión de EEUU”, señaló el especialista.

 

“Es sorprendente esa posición de Nicaragua. Así serán las presiones que están recibiendo… No me esperaba algo así de parte de Daniel Ortega. En estas situaciones uno no sabe quiénes son de verdad los amigos”, comentó Tajeldine.

 

En el caso de Nicaragua es necesario considerar la situación particularmente delicada que sufre ese país, sometido a una operación de golpe de Estado continuado similar a la aplicada contra Venezuela en 2017. La diplomacia nicaragüense, al parecer, ha intentado no caer en una confrontación abierta con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien ha demostrado con Venezuela una enorme capacidad de ensañamiento. “Nicaragua vive un momento crítico”, analizó la periodista y profesora universitaria Luisana Colomine.

 

Ya en febrero pasado, Nicaragua tuvo una postura menos radical que en oportunidades anteriores en lo que respecta a la defensa del Gobierno de Maduro. Fue cuando EEUU, Canadá y el Grupo de Lima se aliaron para retirar la invitación a Venezuela para la VIII Cumbre de las Américas, celebrada en la capital peruana. El representante nicaragüense no votó a favor de la resolución, pero tampoco lo hizo en contra, sino que optó por abstenerse. Esto fue aprovechado por el opositor diario La Prensa, de Managua, para afirmar que “Daniel Ortega le da la espalda a Nicolás Maduro en la OEA”.

 

El bloque financiero impuesto por EEUU y la Unión Europea, sumado a los problemas de la industria petrolera, han causado dificultades en los programas de cooperación de Venezuela con sus socios de Petrocaribe. No obstante, sigue estando muy claro para todas las naciones beneficiarias que EEUU no ofrece ninguna alternativa viable a las facilidades de pago y descuentos del petróleo venezolano. No puede hacerlo porque el modelo de cooperación entre pueblos es de naturaleza socialista, y entra en contradicción diametral con la política exterior de EEUU, guiada por los intereses de sus empresas. “Los gringos solo ofrecen promesas y exigen beneficios para sus corporaciones. Por eso es que no pueden vencer la influencia de Venezuela”, dijo un ejecutivo de Pdvsa

 

En medios diplomáticos se comenta que será necesario afinar el trabajo con varias de las naciones del Caribe y Centroamérica, pues probablemente hay funcionarios venezolanos en esas naciones que no están desempeñando a cabalidad su trabajo.

 

(LaIguana.TV)