Corea del Sur confirmó el primer caso de efectos secundarios en una persona que recibió la vacuna AstraZeneca, consistentes en el desarrollo de síntomas de púrpura trombocitopénica trombótica, reveló la Agencia Coreana para el Control y la Prevención de Enfermedades (KDCA).

Según la KDCA, un trabajador de un centro de salud, un hombre de 30 a 40 años que recibió la vacuna el 27 de abril, presentó síntomas del padecimiento, que consiste en una disminución en los niveles de plaquetas en la sangre y la formación de trombos.

El 9 de mayo el paciente comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza, y el 12 de mayo fue ingresado después de presentar calambres musculares. Los médicos le diagnosticaron hemorragia cerebral, epilepsia y trombosis venosa cerebral. Ahora el estado de salud del paciente es estable.

En marzo de este año comenzaron a aparecer informes de complicaciones peligrosas en algunos pacientes vacunados con el fármaco de AstraZeneca y la Universidad de Oxford.

Más tarde algunos países suspendieron la vacunación con ese medicamento o con una vacuna perteneciente a un lote en particular.

A mediados de marzo, varios países europeos suspendieron temporalmente la administración de la vacuna de AstraZeneca después de que se registraran varios casos letales de trombosis tras su aplicación.

El 7 de abril, la Agencia Europea de Medicamentos y la Organización Mundial de la Salud reconocieron que hay una posible relación causa y efecto entre la vacuna anti-COVID de AstraZeneca y la formación de trombos, si bien apuntaron que el número de estos casos es muy bajo.

La vacuna contra el coronavirus de Johnson & Johnson también provocó cierto número de casos de trombosis, y esa información fue incluida en la descripción del fármaco, los médicos igualmente recibieron instrucciones de informar a los pacientes y pedirles que observen su estado después de la vacunación.

En Corea del Sur ambas vacunas están aprobadas para su uso en pacientes a partir de los 18 años, pero aún no se aplican a personas con menos de 30 años, ya que las autoridades sanitarias consideran que los beneficios de la vacuna no superan el riesgo de efectos secundarios.

(Sputniknews)