Dos países de América Latina van este domingo a procesos electorales trascendentales para esas naciones y para toda la región: la segunda vuelta presidencial en Perú y una auténtica megaelección en México. En el país suramericano se observa la desesperación de la derecha por evitar a toda costa el triunfo del líder popular Pedro Castillo, mientras en México, la consulta ocurrirá luego de una campaña bañada en sangre.

El doble escenario electoral fue analizado por el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde donde sea.

“Quisimos revisar estos dos procesos, observar aspectos preocupantes en común, conjugar ambos temas, buscando lo que los medios convencionales no quieren decir”, explicó.

Perú
En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales peruanas se hace evidente la doble moral de la oligarquía enquistada de esa nación y de las derechas de otros países, que se han dado el tupé de crear el Grupo de Lima, organizado por Washington para establecer mecanismo de injerencia en países alternativos.

Perú llega a esta encrucijada en medio de grandísimos problemas económicos, políticos y sociales. Solo 14% de los estudiantes tienen acceso a Internet en las zonas urbanas y 6% en las zonas rurales. 90% de planteles están sin infraestructura. La promesa de resolver este tema educativo ha sido una de las fundamentales.

Utilizando videos, presentó algunos detalles del reciente debate presidencial entre los dos candidatos de este balotaje, advirtiendo que Castillo no se enfrenta solo a Keiko Fujimori, sino también a la prensa, al establishment y la oligarquía de Perú.

Castillo ha tenido que dedicar buena parte de su campaña a defenderse de la guerra sucia que se centra en su supuesta ideología comunista. “Nosotros no vamos a quitarles sus ahorros a la gente que trabaja, respetaremos la propiedad privada. No más abusos de las AFP, y las ONP. Los trabajadores son los dueños de sus ahorros”, dijo en el debate.

“Castillo, representante de una alternativa, un antisistema, habla bajo el chantaje de la propiedad privada porque las campañas electorales de las derechas se basan siempre en que cualquier alternativa a ellas o a los bipartidismos, significa que se le va a quitar a la gente su propiedad privada. Dicen que ‘llega el comunismo’, un discurso pasado de época”, comentó el moderador.

Señaló que la soberbia de las élites se hizo sentir en cada palabra y gesto de Fujimori y ofreció un video de una de sus intervenciones: “Si se cierran las importaciones, el precio del trigo va a volar de manera inmediata pasará de 20 céntimos a 1 sol con 60. Las propuestas del señor Castillo afectarán directamente tu bolsillo”, alegó.

“Hay que ser caradura para hablar del bolsillo de los peruanos, viniendo de esta señora Fujimori, que es una gran corrupta. Sorprende en la forma, los tonos, la manera en que se expresan los grupos poderosos cuando se dirige a un maestro campesino, alguien que se parece mucho más al ciudadano de a pie del Perú”, añadió Pérez Pirela.

Castillo respondió a este ataque de marketing señalando los intereses de los poderosos, de las trasnacionales. Explicó que no se trata de prohibir importaciones sino de proteger a los productores nacionales. Indicó que en el caso de la papa, esta se pierde en los centros productivos mientras se importa el producto de otros lugares, por intereses de sectores poderosos.

En Perú, por  solo mencionar un tema, ya hay más de 150 conflictos medioambientales con el sector minero local y trasnacional por su cualidad de depredador.

“En la campaña, Fujimori pretendió congraciarse con el movimiento feminista, catalogando de machista a Castillo, como si ser una mujer candidata le confiriera conciencia de clase o de género, cuando el fujimorismo avaló la esterilización forzada de mujeres en Lima”, agregó el presentador.

La corrupción es un tema fundamental en Perú, un país en el que todos sus expresidentes están procesados por delitos contra el patrimonio público. Castillo, solo por no estar ligado a partidos tradicionales sería el único, hasta ahora, con moral para hablar de lucha contra la corrupción. Y así lo ha hecho:

“Quisiera agradecer a todas las ciudades del país que claman en las calles y en las plazas, una lucha frontal contra la corrupción. ¿No le suena a ustedes que hablar de corrupción es sinónimo de fujimorismo? ¿No les suena que para hablar de ese tema debes tener una pizca de moral? La corrupción está enquistada en todos los estamentos del Estado, la hay por todos lados y en ese contexto hay que entender que la corrupción ha ido más allá, afectando la moral de la juventud, de la familia, de la sociedad. Los funcionarios en el marco de los últimos años es normal decir ‘haz una obra aunque robes’. Creemos que deben ampliarse las funciones de la Contraloría para que sancionen directamente a los corruptos y crear el Consejo Nacional Anticorrupción, integrado por el presidente del Poder Judicial, el fiscal de la Nación, el defensor del Pueblo y otros representantes”, dijo en el debate.

Pérez Pirela abundó en este punto, indicando que la corrupción y la violencia política tienen una ligazón genética con el fujimorismo.

Crisis política y represión
Para una comprensión cabal de lo que está en juego en el proceso electoral de este domingo, hizo un recuento de las últimas evidencias palpables de la crisis política en Perú. En noviembre de 2020, el Congreso eligió a Francisco Sagasti como presidente interino. Previamente, Manuel Merino había renunciado al cargo, luego de los hechos de violencia registrados en esos días. Las protestas dejaron dos muertos, represión y ataques contra equipos de prensa. Al inicio de las protestas ya se registraban 41 casos de desapariciones. La ONU rechazó el uso de la fuerza contra los manifestantes, pero el Grupo de Lima ni se inmutó.

Datos socioeconómicos y políticos
Las elecciones culminarán un quinquenio en el que, hasta ahora, ha habido cuatro presidentes.

Perú ha sostenido durante los últimos 20 años una economía en crecimiento sumamente excluyente, pero exitosa en tanto ha fortalecido la moneda y abarcado el tejido social. Grandes masas de latinoamericanos han migrado a Perú los últimos años buscando cobijarse bajo su progreso económico.

Perú aún sufre los efectos de la época de Alberto Fujimori, cuyo movimiento presidido por su hija, Keiko Fujimori, lograba, hasta las legislativas de enero de 2020, generar una tendencia, un voto duro, minoritario pero sólido, que impedía el logro de mayorías políticas, lo que hacía ingobernable al país. Eso cambió en las legislativas de enero, cuando el fujimorismo se desplomó.

El epicentro de la crisis política crónica de Perú es que no se respetan los poderes entre sí. Se ha hecho casi habitual disolver el Congreso. Por ejemplo, el que estaba en ejercicio en 2019, fue disuelto por Martín Vizcarra (uno de los cuatro presidentes del período) y es recordado el autogolpe de Fujimori en 1992.

“El problema radica en la Constitución que deja demasiado espacio para la injerencia del Poder Legislativo sobre el Ejecutivo. Basta muy poco para que el Congreso cambie al gobierno. Algo que debe ser modificado”, aseveró Pérez Pirela.

Mientras el circo político se abre cada tanto, se mantiene una situación económica y sanitaria, por decir lo menos, crítica.

Perú registra una caída de -13,9 puntos del PIB, según el Fondo Monetario Internacional y también una de las tasas más alta de muertes per cápita por el coronavirus en el mundo, una situación explosiva de cara a las elecciones. Supera los 70 mil muertos. Han vacunado a 5,6% de la población lleva ritmo de 136 mil ciudadanos por semana. Hasta20 de mayo se habrían administrado 4 millones 635 mil 340 dosis.

Los candidatos, obviamente, han tenido que abordar el tema. Fujimori promete un bono de 10 mil soles (2 mil 630 dólares) a cada deudo de fallecidos de covid-19. Esto significa 184 millones de dólares si la pandemia acabase hoy. No se ha dicho de dónde saldrá ese dinero.

También prometió aumentar el salario de los trabajadores de salud para pagar la deuda que el Estado tiene con ellos. Rechaza el empleo de pruebas rápidas que se compraron en grandes cantidades durante el gobierno de Vizcarra porque han probado ser ineficaces. Ha propuesto construir cien nuevas plantas generadoras de oxígeno medicinal que se sumarían a las 277 existentes y que ya resultan insuficientes. Y dotar a las zonas rurales de mil concentradores de oxígeno.

Castillo, en tanto, ha dicho que la pandemia demuestra el problema estructural del sistema de salud pública. “¿Acaso antes de la pandemia los hospitales no estaban igual de colapsados y miles de compatriotas debían hacer colas a sus puertas?”, se ha preguntado.

Es partidario de cambiar la Constitución de 1993, y demanda que en la pandemia, la salud sea un derecho y no un negocio para las empresas privadas. Hace énfasis en reforzar el primer nivel de atención al ofrecer kits por la vida, con los fármacos necesarios para tratar la covid.19. Propone crear 5 mil brigadas de salud que permitan que el médico vaya al paciente y no viceversa, tal como en Cuba.

El moderador del programa se mostró de acuerdo con la necesidad estructural de modificar la Constitución peruana, que data precisamente de la época de Alberto Fujimori.

Proceso electoral
La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) ha elaborado un estricto protocolo sanitario para evitar el aumento de casos por coronavirus y por ello se ha establecido un nuevo horario escalonado que evite aglomeraciones. El horario se determina por el último dígito de su documento nacional de identidad del elector.

Las elecciones se realizan luego de una campaña muy dura caracterizada por masacres para que los medios peruanos puedan hacer su agosto, para que se vote por miedo, al vincular a Castillo con remanentes de Sendero Luminoso.

También ha sido una campaña de ataques sin tregua a Castillo por su origen de clase. Mostró en pantalla una colección de memes en la que se denigra de él por ser un maestro y pobre.

“Igualmente han querido venezolanizar la campaña, como se hizo en Ecuador. Espero que no sean venezolanos en verdad los que han contratado para hacer campaña contra Castillo. Leopoldo López, el titiritero de Juan Guaidó, se fue hasta Lima a hacer campaña con Fujimori, pero se llevó un revolcón por venezolanos opositores descontentos que lo acusan de falso, engaño y traidor”. Presentó un video en el que varios venezolanos migrantes increparon a López durante un acto público.

“Si Fujimori fue un dictador ¿por qué López apoya a su hija, si se supone que él lucha contra una dictadura?”, preguntó, en varias oportunidades, Pérez Pirela.

¿Qué es el fujimorismo?
El cuadro planteado para la segunda vuelta ha hecho resurgir el debate que durante años fue central en Perú, acerca de estar a favor o en contra de Fujimori y del fujimorismo.

Existe en Perú un fuerte antifujimorismo, que se opone tanto a Alberto Fujimori por sus crímenes y modelo político, como a su hija Keiko. Pero otros sectores, en cambio, reivindican al fujimorismo y sus políticas de los años 90.

El apellido Fujimori está nuevamente en el centro de la política peruana y las conversaciones en las calles, comercios y plazas. El apellido ha estado presente en los últimos 30 años, desde la victoria de Alberto Fujimori en 1990, sus 10 años de gobierno, su huida a Japón y renuncia desde allá en el 2000, su condena a 25 años de prisión en el 2007, la llegada de su hija Keiko Fujimori a la segunda vuelta presidencial en el 2011, 2016 y en la actual.

Según el Instituto de Estudios Peruanos, el resultado es 40,3% a 39,3%; según la Compañía Peruana de Estudios de Mercado de Opinión la diferencia es de 41% a 40,2%; para Ipsos es 51,1% a 48,9%, y, finalmente, la encuestadora Datum marca 42,6% a 41,7% siempre a favor de Castillo.

En la primera vuelta, del 11 de abril pasado, Fujimori obtuvo 13,3% frente al 19,9% de Castillo. Ella, en 2016, había logrado 40% en primera vuelta y aun así no pudo ganar la segunda. Ahora, en teoría, tiene menos oportunidad.

La campaña de miedo se ha basado en que si no gana Fujimori lo hará un comunista. Quien apuesta por ella, avala su lucha contra el terrorismo y haber estabilizado la economía.

Sobre el primer aspecto, en el Perú actual esa lucha contra el terrorismo la están dando dirigentes estudiantiles, sindicales, de derechos humanos, familiares de víctimas de tortura y desaparición, congresistas, excongresistas y un exprocurador, y todos rechazan el legado de Alberto Fujimori.

Respecto a la salvación de la economía, la verdad es que se trató de una política de ajuste implementada a inicios del gobierno de Fujimori, en agosto del 2000. El mandatario eliminó los subsidios al consumo; los alimentos aumentaron entre 75 y 300%; la gasolina, cerca de 30 veces su precio, lo que desató protestas, saqueos, el decreto de estado de emergencia, y una de las primeras traiciones a las promesas de campaña.

Fujimori, que era desconocido políticamente al momento de su primera candidatura y en 1990, fue condenado a 25 años de prisión en el 2007 por crímenes de lesa humanidad. Entre los hechos está la creación del Grupo Colina que realizó las masacres de Barrios Altos en 1991, de la universidad de Cantuta en 1992.

Julio Arbizu, quien fue procurador anticorrupción del Estado, también se encuentra en el bando antifujimorista. «La señora Fujimori no solo no ha deslindado del gobierno  de su padre y de quienes lo representaron, sino que su propio equipo, entorno, lleva consigo a una serie de personajes que estuvieron ligados a esa organización criminal que capturó el Estado desde adentro. Lo que está en juego en estas elecciones, explica, es ‘evitar lo que sería un colapso de las instituciones nuevamente, lo que sería una crisis estructural que ya nos mató, ya nos robó’».

En abril de 1992, Fujimori clausuró el Congreso, el Poder Judicial, y el Ministerio Público. Sucedió el «autogolpe» como se recuerda, o el inicio de la dictadura, a partir de lo cual profundizó la implementación de su modelo económico, político, social, institucional que, hasta el día de hoy, no fue desmontado y contempla mecanismos de enriquecimiento ilícito.

Keiko Fujimori  niega estar vinculada con los crímenes atroces, pero tiene sus propios “muertos” estuvo dos veces en prisión preventiva entre el 2018 y el 2020 acusada de lavado de activos en la causa Odebrecht. Si es elegida, la justicia estará ante un gran dilema, pues ella se encuentra en libertad bajo fianza

México
Pasó entonces a analizar la situación electoral de México, donde unos 93 millones de ciudadanos están habilitados para participar en los comicios más grandes de la historia de ese país, en los que  se renovarán la Cámara de Diputados, 15 gobernaciones y más de 23 mil cargos de elección popular a nivel local y estatal. Con más de 126 mil candidatos, se trata de los comicios más grandes que ha tenido México. Desgraciadamente, la campaña se ha caracterizado por la violencia

Mencionó el caso de Erika Briones, aspirante a la reelección en la alcaldía de Villa Reyes, en San Luis Potosí. Su vehículo fue embestido por otro, del que bajaron varios desconocidos con armas de fuego. Ella iba con su hijo. La Guardia Nacional iba detrás de ella «y no hizo absolutamente nada». Responsabiliza a sus opositores, del centroderechista Partido Revolucionario Institucional (PRI), de estar detrás de estas acciones.

Antes de ese ataque hubo una balacera en las cercanías de su casa de campaña, que también fue grabada y difundida en las redes sociales.

En esta campaña signada por la violencia, 88 políticos fueron asesinados desde que se inició el proceso electoral, en septiembre de 2020, hasta el 25 de mayo. Según el Indicador de Violencia Política en México de la consultora Etellek, 34 eran aspirantes o candidatos a puestos de elección.

Las elecciones serán una especie de referendo sobre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador que está entrando en su segunda y última parte

El presidente apuesta a mantener, incluso aumentar, la mayoría parlamentaria. Hoy, su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) cuenta con 253 escaños. Es el 51,4 %, mayoría simple, pero con sus aliados del Partido del Trabajo (PT) y del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), aumenta a 312. Busca gobernabilidad para terminar el mandato en diciembre de 2024 cumpliendo las promesas de reivindicación y reforma social que ha hecho. Necesita ganar 334 diputaciones, es decir, una mayoría calificada de dos terceras partes que garantice el aval a todas sus iniciativas.

Por eso sus simpatizantes han convertido el «voto todo Morena» en su grito de batalla en esta elección. Confían en que el sufragio masivo en favor del oficialismo consolidará la transformación integral del país prometida por López Obrador.

Como en toda elección, los medios han jugado un papel crucial. La semana pasada el semanario británico The Economist con una portada, artículo y editorial dignos del mejor ejemplo de periodismo amarillista: sin información, ni análisis, ni sustento, solo descalificaciones y el dejo de superioridad que suelen tener este tipo de medios cuando aborda temas latinoamericanos. Sobre esa publicación, el canciller Marcelo Ebrard fue impecable: cuestionó la debilidad argumentativa, la virulencia y la visión elitista que suele creer que las mayorías están equivocadas y no saben lo que realmente les conviene.

AMLO en persona respondió a través de su cuenta Twitter, que el Equipo de Producción de Desde donde sea puso en pantalla: “Contra viento y marea y aunque no le guste a The Economist, a los conservadores ni al sabiondo de Zaid, la transformación pacífica, democrática y con dimensión social es imparable. Terminamos gira en las hidroeléctricas del río Grijalva que están en proceso de modernización”.

Luego fue presentado, en video, un fragmento de una rueda de prensa de AMLO, en la que habla sobre los medios. Dice que se trata de algo normal que en vísperas de las elecciones se encrespen las pasiones y que se eleve el tono. Es parte de la democracia, de la libertad y de que no todos pensemos igual. Pronosticó que después del domingo bajará el tono, pero no por el resultado, sino porque siempre es así en México y en cualquier país.

“Admiro mucho el talante, la paciencia, la parsimonia de AMLO. Es diferente a la parsimonia de algunos políticos venezolanos, de los que no voy a decir nombres, que lo que da es sueño”, comentó Pérez Pirela.

Correlación de fuerzas e intereses
Ofreció algunos datos acerca de la situación de las diversas fuerzas políticas y liderazgos en México. Precisó que la popularidad de AMLO no baja de 50%, mientras la oposición tiene poco y nada para ofrecer. Morena es un  partido sólido en todo el país, pero llegó al proceso electoral con algunos problemas internos. La Alianza Juntos Haremos Historia (Morena, Partido de los Trabajadores y Partido Verde Ecologista de México) reitera el discurso de AMLO, quien habla de un cambio verdadero para México y combate a la corrupción.

En la acera opositora está la alianza VA por México que integran el centro-derechista Partido Revolucionario Institucional (PRI); el derechista Partido de Acción Nacional (PAN); y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que dice ser de izquierda. Nunca ha logrado una posición ideológica común, pero está unida con el propósito de retomar el peso político de los partidos tradicionales, el que tuvieron por más de 70 años. La gente los ve como la mafia del poder, como un grupo desacreditado. Por eso solo apuestan al descontento.

La alianza encabezada por Morena gobierna hasta ahora 5 de los 32 estados de México. Si los vaticinios se cumplen, ganará otros 9, entre ellos Baja California, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacateca. Está en veremos si el votante descontento de Morena votará por su partido o por alguna de las alternativas opositoras.

Coda jazzística
Como sorpresa para la audiencia, en esta oportunidad el programa finalizó con la intervención en vivo del maestro Manuel Barrios, con su saxo soprano. Aprovechó para incrementar la cultura musical del colectivo al explicar que el saxofón es un instrumento que tiene al menos ocho o nueve variantes. Las más conocidas son el saxo soprano, el saxo alto, el saxo tenor y el saxo barítono. El saxo tenor es el que está aprendiendo a interpretar el moderador del programa, quien también brindó algunos acordes al público.

Barrios tocó Las hojas muertas, un clásico del jazz. Luego lo acompañó, en otro tema, el cineasta y bajista Juan Carlos Yegres.

“Esto es Venezuela, la que no se cuenta, la que muchos no quieren que se cuente, un país donde hay talento para regalar”, expresó Pérez Pirela en la despedida del programa.

(LaIguana.TV)