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Nicaragua vive desde el 18 de abril una serie de protestas generadas por la oposición “bajo la bandera de “democracia y libertad” y la cual califican de “pacíficas”, sin embargo es público y notorio que los hechos violentos tienen como finalidad acabar con la Revolución Sandinista y deponer al Gobierno que preside el mandatario Daniel Ortega, además la operación cuenta con la colaboración y financiamiento de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que contribuyen al golpe suave en el país centroamericano.

 

En este sentido, la comunicadora @OrlenysReport informó sobre parte del financiamiento de las ONG que intervienen y que se dedican a crear y a fortalecer grupos rebeldes.

 

Entre 2014 y 2017, la Nation Endowment for Democracy (NED) o Fondo Nacional para la Democracia en Nicaragua entregó la considerable cantidad de cuatro millones dólares a organizaciones que operan en la nación nicaragüense en proyectos como Estado de Derecho, Derechos Humanos, Libertad de Información entre otros.  

 

El año pasado, la NED dio $305,794 a organizaciones anónimas en Nicaragua, consignados a proyectos para «fortalecer» a la sociedad civil y de esta manera «defender la democracia».

 

Para ese el citado período el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas recibió $55,000 de la NED. Su director, Felix Madariaga quien pertenece a esta sector denominado sociedad civil que fue a Washington, a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), para denunciar la supuesta “represión gubernamental”.

 

Madariaga es señalado de presuntamente contratar una banda delincuencial cuyo cabecilla era alias «El Viper», el responsable del asesinato del ciudadano norteamericano Sixto Henry Vera.

 

De esta manera también se vinculan para estas maniobras las principales ONG financiadas desde Estados Unidos como la Comisión Permanente de DDHH, la Asociación Hagamos Democracia, el Centro para Empresa Privada, el Instituto Republicano Internacional.

 

La participación de la administración norteamericana en estas operaciones de desestabilización son evidentes y así lo reseñó detalladamente el periodista y director académico de SIT Managua Benjamin Waddell para Global Americans, en el que pormenoriza la incuestionable participación directa en el afianzamiento de la revuelta presente en Nicaragua.

 

(LaIguana.TV)