El escritor peruano Mario Vargas Llosa, habitual opinador político en los medios de comunicación, no ha exhibido una postura consistente en el tiempo en lo que se refiere a Keiko Fujimori, pues de calificarla en el contexto de unos comicios previos como «una desgracia para el Perú» pasó a desear «ardientemente» que venciera al candidato izquierdista Pedro Castillo, quien logró ganarle a la derechista por un estrecho margen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 6 de junio.

En 2011, Vargas Llosa aseveraba que «no votaría nunca jamás» por Keiko Fujimori, al estimar que «sería algo deshonroso que los peruanos reivindicaran una de las dictaduras más atroces que hemos tenido», en referencia al gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) y a la primera candidatura presidencial de su hija Keiko.

Años más tarde, el narrador dijo: «Espero que Keiko Fujimori no gane. Creo que si la señora Fujimori ganara las elecciones, sería una reivindicación de una de las peores dictaduras que ha tenido el Perú, una de las más sanguinarias, una de las más corruptas. Entonces, votar por la hija del dictador, que lo primero que va a hacer es abrir las cárceles y sacar a todos los fujimoristas, empezando por su padre, para que pasen a gobernar, sería una gran desgracia para el Perú. No creo que vaya a ocurrir».

Sin embargo, cuando se conoció que Fujimori y Castillo serían los contendores en el balotaje de 2021, sorprendió a propios y a extraños al manifestar su respaldo a la candidata de una corriente política que cuestionó por tres décadas, al calificarla como el «mal menor» frente a un supuesto comunismo encarnado por el representante de la izquierda.

«He combatido al fujimorismo de manera sistemática, como lo he hecho con todas las dictaduras de izquierda o de derecha, creo que en las elecciones que se vienen —las de la segunda vuelta—, los peruanos deben votar por Keiko Fujimori, pues representa el mal menor y hay, con ella en el poder, más posibilidades de salvar nuestra democracia, en tanto que con Pedro Castillo no veo ninguna», declaró Vargas Llosa al diario mexicano Crónica a mediados de abril.

Posteriormente, avanzó la idea de que si vencía Castillo, la derecha local y las Fuerzas Armadas podrían orquestar un golpe militar, ello sobre la base de que Castillo impondría «un modelo cubano».

Entonces también aseguró que la hija del expresidente Alberto Fujimori era la mejor alternativa, frente a la posibilidad de que el país «se vaya a una catástrofe, como Venezuela».

El novelista fue todavía más lejos el pasado domingo, cuando en su columna Piedra de Toque, que aparece semanalmente en el diario español El País, admitió que deseaba «ardientemente» que la candidata derechista Keiko Fujimori ganara las elecciones presidenciales en su país de origen.

Para justificar su inocultable cambio de posición, alegó que «si Pedro Castillo gana la elección, el marxismo-leninismo-mariateguismo llegará al poder oleado y sacramentado con los votos de los peruanos», mientras que, según él, «Fujimori ha pedido perdón públicamente por sus errores del pasado y ampliado considerablemente su equipo de gobierno, incorporando a antifujimoristas convictos y confesos, y comprometiéndose a respetar la libertad de expresión, al Poder Judicial y a entregar el mando luego de los cinco años como establece la Constitución».

Con su texto, aspiraba convencer a los votantes con vaticinios catastrofistas y por ello aventuró que si Castillo ganaba, «Perú no volverá a tener elecciones limpias» y sostuvo que «las supuestas ‘consultas’ electorales serán idénticas a esas farsas colectivas de Cuba, Venezuela y Nicaragua».

No obstante, a contrapelo de los deseos de Vargas Llosa, hasta la tarde de este 10 de junio, con el 99,252% de las actas escrutadas y con una ventaja de más de 71.000 votos, Pedro Castillo se impone sobre Keiko Fujimori y la tendencia es irreversible.

(LaIguana.TV)