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La venezolana Milagros Yanes, quien reside en los Estados Unidos desde los 17 años, específicamente desde 1998, hoy día se encuentra a punto de ser deportada de este país junto a su esposo, el ecuatoriano Luis Mejía, debido a que ambos ya excedieron el período legal de sus visas y también porque, en un momento de desesperación, los dos decidieron firmar la salida voluntaria de norteamérica.

 

La joven en la actualidad denuncia que el Gobierno del presidente Donald Trump, gracias a sus políticas antiinmigrantes, les está colocando trabas para impedir que continúen viviendo en una nación en la que ya han echado raíces.

 

“A ellos no les interesa si me muero de hambre o no en Venezuela. Tengo más tiempo de mi vida viviendo en este país que en Venezuela. Acá estudié, trabajé y nacieron mis dos hijos”, expresó Yanes en entrevista concedida al Nuevo Herald. “Firmamos la salida voluntaria en un momento de desesperación y de rabia. Estábamos cansados de poner nuestras vidas en las manos de personas que te sacan la plata, se aprovechan y te dejan en el aire”, acotó.

 

Yanes arribó a EEUU en 1998 junto a sus padres y se radicó con ellos en el estado de la Florida. Mejía ingresó a este país con visa de estudiante, también en ese año. Los dos se casaron en 2010. La pareja firmó la salida voluntaria de norteamérica en agosto de 2011. Ambos estaban decididos a irse de Estados Unidos; no obstante, un lamentable acontecimiento cambió lo que habían planificado: los padres de Yanes fueron diagnosticados con cáncer (su padre en etapa 4 y su madre en etapa 2).

 

Yanes, por ser única hija, debió quedarse en este territorio para hacerse cargo de sus progenitores. En 2012 logró que le aprobaran la solicitud de aplazamiento de deportación o remoción. Esta le permitía acceder a un permiso de trabajo y también poseer licencia para conducir. Gracias a ello pudo trabajar y comprar una vivienda en el distrito de Brickell. Todos los años solamente debía presentarse en la oficina de inmigración ubicada en la ciudad de Miramar, en el condado de Broward.

 

Pero el ambiente de calma cambió luego de que Trump ganara la Presidencia. Bajo esta nueva administración hubo un cambio en el procedimiento migratorio: la solicitud de aplazamiento de deportación o remoción fue denegada. “Es que la nueva administración no quiere a personas como usted en este país”, fue la respuesta que obtuvo la venezolana. Su caso fue remitido entonces a la la oficina del Programa de Comparecencia de Supervisión Intensiva (Isap) ubicada en Miami.

 

“Ese día salí de una reunión de trabajo y llegué a la oficina de Isap, sin saber que me iban a poner un grillete. Mi esposo había ido en la mañana y se lo habían puesto. También nos dijeron que teníamos que comprar un tiquete de regreso a nuestros países para marzo”, indicó Yanes en la entrevista.

 

Gracias a que alegó que sus hijos perderían el año escolar, la mujer logró que postergaran la salida para este viernes 15 de junio. Esta fecha ya fue pospuesta.

 

Los esposos actualmente están sin empleo y sin vivienda (la familia vive alquilada en casa de unos amigos). El padre de Yanes falleció y la madre aún sigue con ellos. Yanes y Mejía, de no lograr quedarse en Estados Unidos, tienen previsto emigrar hacia Ecuador.

 

“Nosotros estamos obligados como padres a sacarlos de su país. Eso los va a privar de ciertas cosas que se merecen tener y quizá en un futuro, si nos vamos, mi hijo me lo va a reprochar. Pero no puedo hacer nada. Lo que sí les prometo es que van a estar bien, en donde sea vamos a estar bien”, destacó la mujer.

 

(LaIguana.TV)