En ocasión del amplio rechazo recibiera en la Asamblea General de las Naciones Unidas el bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace casi seis décadas, el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela compartió y comentó con la audiencia de Desde Donde Sea algunos fragmentos del discurso que pronunciara el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, en el que denuncia el uso político que le diera Washington a la pandemia para agredir a la isla.  

A modo de contextualización, indicó que «por más de 28 años, la comunidad internacional ha manifestado un amplio rechazo al bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba, calificándolo de violación flagrante del Derecho Internacional y la Carta de Las Naciones Unidas, y como principal obstáculo al desarrollo de la nación caribeña».  

Seguidamente, compartió un fragmento en el que el canciller cubano presentó «una lista de las principales acciones que está realizando los Estados Unidos en su intención por arrodillar la voluntad del pueblo cubano».   

En su intervención, Rodríguez aseguró que «el gobierno de los Estados Unidos asumió el virus como aliado en su despiadada guerra no convencional, recrudeció de manera deliberada y oportunista el bloqueo económico, comercial y financiero, y provocó al país pérdidas por alrededor de 5.000 millones de dólares». 

Refirió, asimismo, que «el presidente Donald Trump aplicó 243 medidas coercitivas unilaterales para restringir el arribo de viajeros estadounidenses y perjudicar terceros mercados turísticos, adoptó medidas propias de tiempo de guerra para privarnos de suministro de combustible, persiguió los servicios de salud que prestamos en numerosos países, incrementó el acoso a las transacciones comerciales y financieras en otros mercados y se propuso amedrentar, con la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, a inversionistas y entidades comerciales extranjeras». 

Adicionalmente, Pérez Pirela presentó otra parte del discurso del diplomático cubano en el que se puntualizan los devastadores efectos del bloqueo sobre la salud del pueblo cubano, arreciado durante la pandemia.  

El representante cubano sostuvo que el bloqueo ha producido daños incalculables y ha afectado, sin excepción, la vida de todas las familias cubanas, razón por la cual, aseveró, «nadie podría afirmar honestamente» que la «inhumana política» «no tiene un impacto real en la población».  

«En el ámbito de la salud persiste la imposibilidad de acceder a equipos, tecnologías, dispositivos, tratamientos y fármacos idóneos que se nos impide adquirir de compañías estadounidenses, y han de conseguirse a precios exorbitantes con intermediarios o sustituirse con genéricos de menor eficacia, incluso para los recién nacidos y niños enfermos», detalló el funcionario. 

Agregó que el daño a las finanzas de la nación, así como los gastos derivados de la pandemia, que están en el orden de los 300 millones de dólares, «provocan, además, la falta o inestabilidad de medicamentos de uso hospitalario que representan la diferencia entre la vida y la muerte, y dificultades cotidianas a las personas para adquirir a tiempo la insulina, los antibióticos, los calmantes, los usados para tratar la presión arterial, las alergias y otras enfermedades crónicas».  

Pese a esta política de cerco, el analista enfatizó que Cuba «ya ha presentado ante el mundo vacunas con niveles muy altos de efectividad, por encima de vacunas, por nombrar alguna, como la alemana».  

Para concluir sus reflexiones, recordó que, a inicios de la pandemia, no sin cierta ingenuidad, planteó que se abría «una oportunidad» para que dirigentes del mundo «tomaran conciencia y se crearan estructuras más solidarias», porque, a su parecer, la única manera de superarla es hacerlo colectivamente.  

Empero, un año después, reconoció que lo que ha sucedido no puede estar «más lejos de esa realidad» y el discurso ofrecido por el canciller cubano es esclarecedor: «el tema de la pandemia fue el punto de partida para agresiones todavía más arduas, para agresiones todavía más inhumanas, más injustas y más inmorales».  

«Los Estados Unidos –y también la Unión Europea– partieron de las vicisitudes propias, viscisitudes colosales propias de la pandemia, para apretar todavía más las tuercas de los bloqueos, de las sanciones, etcétera», dijo, antes de dar por cerrado el punto.   

(LaIguana.TV)