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El Gobierno de Italia negó la entrada a su país a un barco con bandera holandesa de la ONG alemana Lifeline con 224 inmigrantes a bordo, rescatados frente a la costa de Libia.

 

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, a través de un video grabado en directo en su cuenta en Twitter, aseguró que el barco no respetó las órdenes de la Guardia Costera italiana ni de Libia, razón por la cual llamó “desgraciados” a los responsables de la organización alemana por poner en peligro la vida de los inmigrantes, a quienes calificó como “carne humana”.

 

«La Guardia Costera italiana les ha escrito para que no se movieran, que se ocupaba Libia, pero estos desgraciados, incluso poniendo en peligro la vida de los inmigrantes en estos botes, no han escuchado a nadie y han intervenido cargando a la fuerza una valiosa cantidad de seres humanos, de carne humana a bordo», expresó.

 

En este sentido, Salvini advirtió que «las ONG no pisarán nunca más los puertos italianos», pues –a su juicio– «no hacen voluntariado» sino que «ayudan al tráfico de seres humanos».

 

«Este barco Italia lo va a ver solo en postal porque las reglas se respetan. Queremos acabar con la mafia de la inmigración clandestina que causa miles de víctimas. (…) Estos falsos socorristas miran más a la cartera que a salvar vidas», aseguró el ministro, al tiempo que señaló que el Gobierno no permitirá la existencia de los «taxis del mar que luego desembarcan en Italia».

 

Salvini mostró una carta enviada el pasado 16 de junio a la Embajada de los Países Bajos en Roma pidiendo explicaciones sobre la actividad y procedencia del barco de Lifeline a la que –afirmó– no ha recibido aún respuesta.

 

«Si son barcos holandeses con bandera holandesa llevaos a toda vuestra carga de seres humanos a Holanda, o a Gibraltar, a Reino Unido, a España, a Francia o donde queráis. Italia no se puede hacer cargo de los costes económicos y sociales de una inmigración fuera de control», añadió.

 

Por su parte, el ministro de infraestructuras y Transportes, Danilo Toninelli, también informó de que la embarcación de Lifeline está actuando «en aguas libias fuera de las reglas del derecho internacional» y que «han embarcado a 250 náufragos sin tener los medios técnicos para garantizar su seguridad».

 

Esta no es la primera vez que la administración italiana niega la entrada a su país a un barco con inmigrantes, hace más de diez días se registró una situación similar con un buque de las ONG Médicos sin Fronteras y SOS Mediterranée, el cual tuvo que desviar su rumbo hasta Valencia (España), acompañado de dos barcos de la guardia costera italiana.

 

 

(LaIguana.TV)