Román Camacho, periodista especializado en la fuente de sucesos, aseguró que la organización delictiva liderada por «El Koki», «El Vampi» y «El Galbis» en la Cota 905, apostaba fundamentalmente menores de edad en los puntos de vigilancia desplegados en la barriada, cuyo propósito era alertar a los antisociales de la presencia policial.

«Ellos ponen a niñitos. Desde los 10 años en adelante, ya les empiezan a vender la idea de un mundo de posibilidades y de riquezas que es falso. Les dan un radio y les dicen: ‘vete para acá o para allá y tu misión es informar cuando venga alguien y en tal caso, llevar las municiones cuando haya algún conflicto‘», explicó este lunes en una entrevista concedida a su colega Vladimir Villegas.

Para Camacho, los niños del sector «convierten a esos delincuentes en líderes y los ven como un ejemplo a seguir».

En la tarde del pasado 7 de julio comenzaron enfrentamientos entre la megabanda y las fuerzas del orden, tras lo cual la ministra de Interior, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, anunció un despliegue policial de amplio alcance para desarticular al grupo delincuencial.

Aunque los cabecillas lograron evadirse, las autoridades desmantelaron las garitas, allanaron distintas viviendas que presumiblemente pertenecían a los líderes negativos e incautaron gran cantidad de armamento de guerra y municiones, una parte de ellos procedentes de Estados Unidos y Colombia.

De otra parte, la vicepresidenta Delcy Rodríguez informó el pasado sábado 10 de julio que tres paramilitares de nacionalidad colombiana habían sido aprehendidos durante la Operación Gran Cacique Indio Guaicaipuro.

De acuerdo la confesión que aportaran a la Policía, desde hace varios meses, unos 20 paramilitares procedentes de Colombia estarían capacitando a los miembros de la banda criminal para que ejecutaran acciones violentas.

(LaIguana.TV)