Hace tres meses, cuando se produjo el peor brote de contagios de COVID-19 en Venezuela, el Hospital Pérez de León II, ubicado al este de Caracas, llegó a tener 90 pacientes ingresados en las unidades de  (UCI), mientras más de 144 miembros del personal de salud capeaban el temporal.

«Todas estas camas de UCI estaban llenas de pacientes y allá afuera había requerimientos de pacientes que querían ingresar a la zona de cuidados intensivos de nuestro centro, motivo por el cual tuvimos que abrir otras salas de cuidados intensivos», relató a Sputnik la médica Zayra Medina, directora del nosocomio.

En el presente, la realidad es cualitativamente distinta, porque, aseguró, «ninguna cama UCI está ocupada con pacientes con COVID-19«.

«Es un gran placer para nosotros, nos trae orgullo y nos hace pensar (…) que el paciente está llegando con menos complicaciones porque acude tempranamente al médico», agregó.

(LaIguana.TV)