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El izquierdista Andrés Manuel López Obrador prometió una «transformación pacífica y ordenada» en México, al cierre de su campaña antes de las elecciones de este domingo, en la que va como favorito dejando atrás a candidatos de partidos tradicionales que han gobernado durante casi un siglo.

  

«Estamos a punto de llevar una transformación sin derramamiento de sangre», dijo este miércoles López Obrador con aires de triunfo en el emblemático Estadio Azteca, donde arropado ante decenas de miles de seguidores celebró su último acto de campaña.

  

«El principal problema de México es la corrupción. Esa es la principal causa de la desigualdad económica, por la corrupción se desató la inseguridad», añadió en otro momento del acto, desatando miles de ovaciones y aplausos.

  

En un ambiente festivo, al son de la cumbia y vallenato, la palabra que más se oyó es «cambio» y los mexicanos se preparan para dar vuelta a la página con entusiasmo desbordado, tras la calificación este miércoles de México a octavos de final y un gran debut de su selección ante Alemania (1-0) en el Mundial Rusia-2018.

  

López Obrador, de 64 años y conocido como AMLO, parece haber capitalizado bien ese hastío en su tercer intento por alcanzar la presidencia mexicana con una coalición encabezada por su Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

  

Según las últimas encuestas, lleva una cómoda ventaja, superior a 30 puntos sobre Ricardo Anaya, impulsado por una coalición de derecha e izquierda (formada por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano), mientras que José Antonio Meade, del oficialista PRI, aparece tercero.

  

«Un fracaso económico»

  

El sexenio que deja Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó ininterrumpidamente desde 1929 hasta el 2000, estuvo marcado por reformas de gran calado (no exentas de polémica) y varios escándalos de corrupción y denuncias de violaciones de derechos humanos.

  

Si se cumplen los pronósticos, los retos para López Obrador serán gigantescos: además de combatir la corrupción, debe cumplir su promesa de «poner en su sitio» al presidente estadounidense Donald Trump, quien amenazó con romper el Tratado de Libre Comercio con México porque el país latinoamericano no es lo suficientemente duro con la inmigración irregular.

  

«México ha sido un fracaso económico en las últimas cuatro décadas (…) El salario real está por debajo de lo que fue en 1980, la pobreza está peor que hace un cuarto de siglo. Entonces si AMLO puede hacer avances en estos frentes, ya será una mejoría significativa», matizó Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR) en Washington. 

 

«Nos han robado»

  

Todos los candidatos mexicanos cerraron sus campañas este miércoles, el mismo día en que la selección mexicana cayó goleada ante Suecia (3-0) en Ekaterimburgo, pero aún así logró clasificar debido al triunfo de Corea del Sur ante Alemania (2-0), que se va de Rusia 2018 humillada.

  

«Eso que dicen que va a gobernar mal y quién sabe cuántas más cosas no importa, los otros tienen experiencia, hablan quién sabe cuántos idiomas y de qué nos ha servido, nos han robado, son corruptos», se lamentó Teresa Rivera, de 68 años, una empleada doméstica que no quiso perderse el acto en el estadio de la capital mexicana.

  

Sus rivales y críticos advierten que un gobierno de AMLO sería «populista como el de Hugo Chávez» en Venezuela. En las últimas semanas, López Obrador y sus allegados han buscado desmarcarse de propuestas radicales en asuntos clave para la economía.

  

Como prueba de sus intenciones, el izquierdista prometió que recibirá «la mitad del sueldo» de lo que recibe Peña Nieto, y aseguró que no vivirá en la residencia Los Pinos ni viajará en el avión presidencial. 

  

Una victoria de AMLO promete cambiar por completo el tablero político mexicano, que desde 1988 gira en torno a tres formaciones: el PRI, el PAN, como principal opositor desde el centro derecha, y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que consiguió aglutinar apoyos en el centro izquierda.

  

México culmina esta semana su campaña electoral «más violenta» de los últimos años, según un informe de la consultora Etellekt, ante las elecciones en las que el país elige presidente, legisladores federales y más de 18.000 cargos locales. 

  

Desde septiembre, cuando arrancó la precampaña, suman 124 políticos asesinados, entre ellos 29 precandidatos y 18 candidatos, según recuentos de la firma y medios locales.

 

(AFP)