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Siempre se le ha dado el suministro de lo que ha necesitado, agrega, “incluso en años como el 2007, cuando se dedicaron a importar vehículos”. Aunque se dice que para esa fecha se fabricaron 492 mil vehículos en el país, en realidad el 67% fue importado, reveló el sindicalista.

 

La industria automotriz, según Christian Pereira, secretario general del sindicato de trabajadoras y trabajadores de la FCA Venezuela, “es muy compleja” porque genera mucho empleo -más de 100 mil a escala nacional- pero a pesar de todo el tiempo que lleva operando en el país, su compromiso con este no ha sido suficiente.

 

“Es casi inconcebible que, después de 70 años de haberse establecido en Venezuela, no haya sido capaz de generar su autosustento, pues depende de 70% de la materia prima importada, y en algunos casos hasta de 80%. Además la industria de autopartes no se ha desarrollado como debería”.

 

Con base en informes económicos, revela que esta es la que más divisas absorbe. “De hecho, en el ranking nacional, es la tercera más atendida por el gobierno nacional, después de la industria de alimentos y medicinas. Desde que se comenzó a implementar el control de cambio se le han otorgado más de 23 mil millones de dólares”, contrastó.

 

Siempre se le ha dado el suministro de lo que ha necesitado, agrega, “incluso en años como el 2007, cuando se dedicaron a importar vehículos”. Aunque se dice que para esa fecha se fabricaron 492 mil vehículos en el país, en realidad el 67% fue importado, reveló el sindicalista.

 

Demanda ficticia

Comenta que “la industria llegó a generar una demanda ficticia solamente para pedir certificados de insuficiencia de producción”, y de esa manera, el gobierno le otorgaba divisas para traer carros armados. “Nosotros fuimos muy críticos de eso porque nos preocupaba el destino de nuestros puestos de trabajo”, recordó.

 

En su criterio, si la producción era insuficiente, ellos debieron haber redoblado los turnos, establecer otras plantas y sustituir las importaciones a través de la fabricación de partes nacionales, “pero actuaron de manera contraria, cerrando plantas de autopartes para que cada vez más las divisas provenientes del petróleo salieran a las plantas matrices”.

 

Ha sido un descuido del gobierno, a su parecer, “no generar, a través de la entrega de divisas, compromisos para que esta industria verdaderamente genere beneficios, no solamente de generación de empleo, sino también en la absorción de gran parte de la renta petrolera”.

 

En un país que depende de una economía rentista, esgrime, “cuando estamos en los tiempos de las vacas gordas y los precios del petróleo suben, no se ven esas realidades, pero ahora que estamos en los tiempos de las vacas flacas, porque el precio del petróleo disminuyó, es que se están observando esas debilidades”. En tal sentido, sentencia que “los representantes de estas industrias carecen de moral hoy en día para exigirle al gobierno cualquier cosa”.

 

(CO)