Mayte García es integrante del Comité de Víctimas del Sicariato Campesino y de la red de organizaciones similares que defienden a quienes sufrieron con las oleadas de violencia de 2002, 2004, 2013, 2014 y 2017. Todos  esos grupos respaldaron la decisión gubernamental de otorgar medidas sustitutivas a la privación de libertad a un gran número de procesados. 

En entrevista con LaIguana.TV,  la vocera explicó por qué están dispuestos a perdonar, sin que ello signifique dar pie a la impunidad.

A continuación, una versión del diálogo sostenido por García  con el periodista Clodovaldo Hernández:

-Ustedes, los voceros de los comités de víctimas, le dieron un total respaldo a la decisión de liberar a buena parte de los procesados por los hechos de violencia política. Es algo difícil de tragar incluso para quienes no sufrieron pérdidas de familiares. ¿Cómo lo digirieron ustedes?

-Como lo dijimos en la Asamblea Nacional Constituyente, respaldamos esas medidas porque creemos plenamente en el amor. Nuestros familiares se hicieron revolucionarios por amor a esta patria, por amor a la humanidad. Este respaldo es en honor a esa lucha que ellos representaron en vida y que siguen representando porque trascendieron y nos acompañan en el día a día para consolidar la paz no solo en Venezuela, sino de la Patria Grande. Nuestros familiares siempre nos hablaban de que Venezuela era la luz y la esperanza de esa Patria Grande. Estamos convencidos de que nosotros los revolucionarios siempre hemos estado del lado correcto de la historia porque luchamos por el amor, por la igualdad. Demostramos nuestra identidad cultural porque creemos que nuestra riqueza más grande no es el petróleo ni el oro, sino ese gentilicio que nos caracteriza. Cuando se indaga sobre el gentilicio venezolano de observa que es amor, es solidaridad, es respeto, es hermandad. Perdonar es difícil, no podemos decir que es fácil. Muchos de nosotros hemos visto como asesinaron a nuestros familiares. El 19 de septiembre de 2002 vi asesinar a mi papá (Armando «Pelaíto» García) y justamente respaldo esas medidas porque sé que él no hubiera querido que otras familias vieran lo que tuvo que ver la suya.

La entrevistada recordó cómo en la IV República eran habituales los allanamientos a familias campesinas, sin respeto a los derechos humanos, a los niños y niñas, pero su padre siempre les aconsejaba no engancharse al odio porque es el amor lo que va a libere a la sociedad de la esclavitud  y la explotación. «Él expresaba que la solución era la educación, que todos los ‘pelaítos’ (de allí nació su apodo) del campo tienen derecho a la educación» y les  decía que cuando él saliera a luchar no quería que sus cuatro hijos fueran detrás sino a su lado, luchando, amando y creyendo en Venezuela, que es el mejor país del mundo”. 

Añadió que tuvo la fortuna de que su padre le hablara de los héroes nacionales, de Bolívar, de Zamora y de figuras como Alí Primera. «Y nos hablaba de ese amor por la humanidad, del encuentro, de la solidaridad con el otro, aunque tenga un pensamiento o una religión distinta. «Por eso que nosotros no podemos negarnos al perdón ni al encuentro. Incluso si la persona no ha pedido perdón, nosotros la hemos personado. Así lo dijimos cuando se dio la medida (arresto domiciliario) para Leopoldo López”, puntualizó.

-En estos procesos de reconciliación se pide que una parte perdone y la otra acepte su responsabilidad y se comprometa a no incurrir de nuevo en la conducta por la que se les privó de libertad. En este caso  no hemos visto eso en los beneficiarios. Por el contrario, se han observado actitudes arrogantes y la negativa a admitir los hechos. ¿Cómo lo reciben ustedes?

-Nosotros hemos dicho que probablemente esos líderes no van a cambiar. Seguirán pidiendo sanciones contra Venezuela y sembrando el odio entre hermanos, pero es que nuestro mensaje de paz no está dirigido a los líderes, sino a los hermanos como usted y como yo que, a través de los medios de comunicación se les hizo una manipulación tremenda y que muchos cayeron en esos llamados de odio. Estamos tendiendo la mano a esos hermanos para que si les toca escuchar de nuevo ese tipo de llamados de violencia, ese hermano entienda que no es a través del odio y la agresión como se dirimen las diferencias políticas, sino que es a través de la democracia, y este país ha dado lecciones de eso al mundo. Queremos transmitir la idea de que es a través del entendimiento, del respeto, del amor, de la convivencia como debemos dirimir nuestras diferencias.

García señala que la posición de los voceros de las víctimas es que la verdadera justicia para sus familiares será hacer irreversible la Revolución porque significa mantener sus luchas, su pensamiento, sus vidas. «Del mismo modo creemos que es el pueblo organizado quien sanciona a los violentos. Cualquiera puede dudarlo, sobre todo cuando se han otorgado estas medidas de libertad, pero nosotros creemos que sí es el pueblo organizado el que va a responder cuando vayan a solicitarle su voto esas personas que han promovido la violencia, que han hecho llamados a linchar o a quemar. Es allí cuando uno debe preguntarse qué le conviene al país, no para el de nosotros, sino para el de los hijos de nuestros nietos. Si uno quiere que asuma un cargo de elección popular una persona que llame a la violencia, a sancionar, al bloqueo del país, o si debe asumirlo una persona que llame a la paz, al respeto, a la convivencia, al entendimiento. Por eso es que dirigimos el llamado a las personas como nosotros, para que no sucumban ante esos engañosos cantos de sirena que los invitan a enfrentarse entre hermanos».

 

La Comisión de la Verdad

-Usted ha participado en la Comisión de la Verdad. ¿En qué estado se encuentra el trabajo de esta instancia?

 

-Todo lo que se ha dicho en los informes es el reflejo de lo que ha sucedido en el seno de las reuniones de la comisión. Allí han sido invitados todos los comités de las víctimas del fascismo. Se ha consultado y se ha revisado junto con las víctimas. De hecho, una de las últimas medidas que anunció Delcy Rodríguez (quien la presidió hasta que fue designada vicepresidenta ejecutiva de la República) fue que recibirían asistencia jurídica. Allí hemos estado todos los comités de víctimas en la búsqueda permanente del encuentro, pero también de la justicia. Porque debemos decir que cuando decidimos perdonar y buscar un encuentro armonioso, no significa que le estemos dando un aval a la impunidad. Eso sería dar un mensaje erróneo. Nosotros creemos en la justicia y sabemos que ha avanzado de un  modo impresionante desde que el Ministerio Público fue asumido por el doctor Tarek William Saab. Aquí puedo hablar específicamente por mi caso, como hija de «Pelaíto». Durante el período de la doctora Luisa Ortega Díaz no se me había permitido ver el expediente de papá. Y nosotros teníamos cartas y cartas dirigidas al Ministerio Público. Cuando asumió el doctor Tarek William Saab se le dio acceso a los expedientes a todas las víctimas. Ahora se está solicitando que se creen los fiscales especiales para atender los casos de la violencia política. 

Ley contra el Odio sigue vigente

-Una de las primeras medidas que tomó la Asamblea Nacional Constituyente cuando entró en funciones fue aprobar la Ley contra Delitos de Odio. ¿Cómo queda esa ley luego de esta especie de amnistía general?

-No fue una amnistía. La amnistía elimina y borra los expedientes y los delitos. A ellos no se les ha borrado ningún expediente ni delito. Solo se les otorgó medidas. La Ley queda vigente contra los delitos de odio. Solo que como un gesto para que los venezolanos podamos encontrarnos, hablar de nuestras diferencias sin que se repitan esos lamentables hechos, nosotros decidimos perdonar. La ley sigue vigente porque además crea una cultura de paz. Papá siempre dijo que es más difícil consolidar la paz que hacer la guerra. Después que nos ha tocado vivir esto, pensamos que papá tenía razón. El presidente Nicolás Maduro también la tiene cuando tiende su mano y pone su corazón al servicio del diálogo. Que no es un diálogo entreguista, que no es el fomento se la impunidad, sino un llamado al encuentro productivo para avanzar juntos  y superar todas las circunstancias que nos han intentado imponer.

 

Casos de sicariato contra campesinos

-Específicamente en torno al sicariato contra campesinos, que ha sido constante durante toda la Revolución, en especial desde que se aprobó la Ley de Tierras, ¿qué cifra de dirigentes asesinados manejan en su comité?

-Como Fundación de Familiares contra el Sicariato Campesino manejamos 312 denuncias consignadas ante el Ministerio Público, en las que hemos solicitado que se imparta justicia, que se revisen los casos, que se les dé continuidad a las audiencias de los juicios. 

Explicó la entrevistada que el asesinato de líderes no comenzó con la vigencia de la Ley de Tierras, pues a lo largo de la etapa de la democracia puntofijista (1958-1998), una gran cantidad de campesinos fueron asesinados por pensar diferente. «Si se revisan los grandes casos de se tiempo, como Cantaura o Yumare, se llega a la conclusión de que esas personas eran campesinas. Era una práctica de esa derecha que no cree para nada en el humanismo, en la vida, en el encuentro. Fue una práctica sistemática de asesinato de líderes sociales».

A su juicio, esa búsqueda del exterminio se debe a que las fuerzas antipopulares rechazan la cultura campesina que es de vida, de amor, de respeto, de humanidad, que habla a los ojos de los otros seres humanos con honestidad y transparencia. «Ese fue el ejército de Bolívar y el de Zamora y por eso ellos han tenido siempre el objetivo de erradicar esa cultura, ese pensamiento distinto. Entre el 58 y el 98, la estrategia era criminalizar, acusar al campesino de ladrón para justificar su muerte, y lo hicieron como práctica de Estado. Después de que el presidente Chávez asume el poder político, cambiaron la estrategia. Empezaron por asesinar moralmente a nuestros familiares para luego asesinarlos físicamente. Por eso, los que han sido eliminados son líderes que amaban profundamente al país y que fueron asesinados por su ideología política, por su pensamiento revolucionario».

García cuenta que su padre era orgullosamente comunista. “Nos mostraba al Che y a Alí y nos decía que ellos luchaban para que todos los pelaítos del campo tuvieran derecho a la educación y así puedan ser los que tomen decisiones en el futuro en el país. Nos decía que nos sintiéramos orgullosos de  él porque por amor era comunista y revolucionario. Por eso siempre digo que he tenido el inmenso honor de tener un padre como el que tengo porque a pesar de que nos lo quitaron físicamente, esas balas no callaron jamás ni la educación que nos dio ni su lucha ni su memoria. Siempre van a estar allí, en quienes lo conocieron, y los que no lo conocieron, lo harán a través de nosotros y de quienes lo acompañaron en su lucha”.

-De esos 312 casos registrados, ¿Ha habido castigo para algunos o todos siguen impunes?

-Mucho daño hizo quien dirigió al Ministerio Público durante diez años. Esos casos están en fase de juicio, en audiencia preliminar. Tenemos un caso al que acompañamos, el del cacique Sabino, en el que fueron sentenciados a 30 años de cárcel los autores materiales, los sicarios, pero que se solicitó, en esta nueva etapa del Ministerio Público, que se condene a los autores intelectuales. Lo mismo vale para los 312 casos y estamos muy esperanzados.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)

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