Independientemente de quién ocupe la Casa Blanca, quien gobierna en los Estados Unidos es el ‘establishment’ asociado al aparato militar-industrial, que necesita de las guerras para asentarse, una situación que cobra todavía más riesgos cuando quien dirige el país, el presidente Joe Biden, exhibe crecientes de senilidad. 
 
Así lo aseguró el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela en la edición 353 de su programa, en la que analizó las recientes declaraciones belicistas de Biden hacia Rusia, puestas en el contexto de las crecientes provocaciones de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en las fronteras rusas. 
 
Ciberataques, la nueva excusa para el belicismo estadounidense
 
Para iniciar la discusión, trajo a colación el artículo: «Es probable que terminemos en una guerra»: Biden amenaza a Rusia por ciberataques, que puede leerse en el portal de LaIguana.TV.
 
A su juicio, la afirmación del mandatario resulta completamente peligrosa y preocupante, dada la relevancia del personaje, que amén de dirigir la primera potencia militar del país, encabeza también la alianza militar más grande del mundo: la OTAN.
 
Ya entrando en materia, refirió que Joe Biden advirtió sobre una posible guerra con Rusia a causa de los ciberataques y dijo que Moscú ya está interfiriendo en las elecciones legislativas que se celebrarán en el país norteamericano en 2022.
 
Dichas declaraciones se produjeron durante su visita a la oficina del director nacional de Inteligencia. «Miren lo que Rusia está haciendo con las elecciones de 2022 y la desinformación. Es una violación a nuestra soberanía», dijo el presidente estadounidense, tras lo cual anunció que era «probable» que los dos países se vieran envueltos en una guerra.
 
Pérez Pirela recordó que estas acusaciones no son tan nuevas, pues ya antes de la cumbre entre los presidentes que se celebró en junio de este año, Biden había atacado a Putin: lo llamó «asesino» directamente, y también lo acusó de interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
 
Rusia calificó como «desinformación» las afirmaciones del mandatario y destacó que se trataba de una política reiterada orientada a imponer nuevas sanciones sobre la base de presuntas interferencias rusas en los asuntos internos de Estados Unidos, como ya ocurrió en 2020, cuando desde Washington acusaron al presidente ruso, Vladimir Putin, de ordenar la interferencia en las elecciones presidenciales. 
 
Los más recientes desvaríos públicos de Biden
 
Con el propósito de ilustrar los desatinos públicos del presidente Biden, mostró un video de la rueda de prensa de la reunión que sostuviera con el primer ministro de Irak en la que el gobernante dijo a una reportera que era «un dolor en el cuello», frase que puede interpretarse como que era «pesada» o «fastidiosa», cuando esta lo inquirió sobre un tema relacionado el departamento de Asuntos de Veteranos.
 
En otro episodio, Biden confundió a Donald Trump con Barack Obama y lo explicó como un «desliz freudiano». El lapsus, relató el comunicador, tuvo lugar el 28 de julio, cuando el mandatario hablaba sobre su papel en el rescate de la industria automotriz estadounidense afectada por la crisis económica mundial de 2009.
 
Además, el pasado 25 de junio, Biden y Kamala Harris, ofrecieron una rueda de prensa. Biden la dio por terminada, y cuando estaba a punto de retirarse, la vicepresidenta tuvo que hacer frente un momento incómodo y «recordarle» que no la finalizara y dedicara algún tiempo al colapso de un condominio en Florida, que dejó más de 100 desaparecidos.
 
El bochornoso incidente quedó registrado en un video que se difundió ampliamente. En él se ve a Harris acercarse al mandatario para susurrarle: «Florida, sí». «¡Oh, sí! Discúlpenme», se excusó Biden e hizo un breve pronunciamiento sobre la tragedia, diciendo que enviaría ayuda federal al sitio en caso de que fuera necesario.
 
Respuesta de Rusia a las últimas acusaciones de la Casa Blanca
 
De su parte, Rusia no ha guardado silencio a las últimas acusaciones de Biden, que se recogen en el trabajo periodístico «Rusia no interfiere en procesos electorales de otros países»: Kremlin tras acusaciones de Biden, aparecido en el portal de LaIguana.TV.
 
«Por supuesto que Rusia no interfiere ni tiene la más mínima intención de interferir en los procesos electorales de otros países», aseveró el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, quien consideró que con toda probabilidad se trata de «otro de los informes poco profesionales proporcionados al presidente de Estados Unidos».
 
El portavoz del Kremlin subrayó que «Rusia nunca se ha inmiscuido en los procesos electorales de Estados Unidos, lo que corroboran los resultados de numerosas investigaciones que se han llevado a cabo en el país norteamericano».
 
El analista recordó que después de la cumbre Putin-Biden de junio de este año, Putin propuso unir fuerzas  para evitar los ataques que sí son amenazas para Estados Unidos, también lo son para Rusia.
 
Cuando se produjo el encuentro, advirtió que no confiaba en los compromisos asumidos entre las partes y las ruedas de prensa que ofrecieron tras la cumbre, fueron una demostración de la coherencia de Putin y de la actitud pendenciera de Biden. 
 
Sobre el tema, Putin dijo que las dos naciones se enfrentaban a «las mismas amenazas», descartó que el poder político estadounidense estuviera «interesado» en participar de las «interferencias» y propuso que expertos de los dos países estudiaran conjuntamente cómo atender la situación. 
 
Por su parte, el miembro del Comité Internacional de la Cámara Baja del Parlamento ruso, Serguéi Zhelezniak, declaró a Sputnik que las declaraciones de Biden sobre un posible conflicto militar por los «ciberataques rusos» son irresponsables y agresivas.
 
Este diputado sostuvo que «las acusaciones contra Rusia, que presuntamente interviene en los procesos políticos en Estados Unidos, no tienen fundamento. A su vez, las declaraciones del presidente estadounidense sobre un posible conflicto bélico provocado por los ‘ciberataques por parte de Rusia’ son agresivas e irresponsables». 
 
En ocasión del 80 aniversario de la invasión de la Alemania nazi a la Unión Soviética, el presidente ruso manifestó su preocupación ante el creciente expansionismo de la alianza atlántica hacia las fronteras de Rusia y ante su negativa a disminuir la conflictividad en la zona. 
 
Zhelezniak señaló que Biden, de hecho, anuncia sus intenciones de declarar la guerra a cualquier país que Washington considere responsable de los ciberataques e indicó que tanto Rusia como Estados Unidos son blancos de constantes ataques informáticos, pero solo Washington crea tensiones.
 
La reacción de Rusia ante las acciones de la OTAN cerca de sus fronteras
 
Las provocaciones estadounidenses no se limitan a los micrófonos, sino que además se han expresado en el plano militar, donde la OTAN insiste en realizar acciones cerca de los límites rusos.  
 
A este respecto, el analista destacó, de acuerdo con la reseña ofrecida por la agencia Sputnik, el gobierno ruso criticó los más recientes ejercicios militares ‘Agile Spirit 2021’ realizados por la OTAN en Georgia y advirtió que tomaría «medidas de seguridad». 
 
En ese orden, detalló que de estos simulacros, que comenzaron el pasado 26 de julio, toman parte 12 países miembros del tratado atlántico y en calidad de invitados, Azerbaiyán, Georgia y Ucrania. 
 
Seguidamente, compartió fragmentos del artículo «Actos provocativos»: Rusia tomará medidas por acercamiento de OTAN a sus fronteras, que se puede leer en extenso en el portal de LaIguana.TV. 
 
En rueda de prensa, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, dijo que «esto es una prueba más de que la OTAN, con su infraestructura militar, está en nuestras fronteras. Es más, ha entrado en contacto con nuestras fronteras en lugar de limitarse a rodearlas. Esto, por supuesto, nos lleva a vigilar de cerca la situación. Y lo que es más importante, esto nos hace tomar medidas para garantizar nuestra seguridad». 
 
Asimismo, comentó que de acuerdo con medios locales, en los ejercicios participan más de 2.500 militares de Azerbaiyán, Reino Unido, Alemania, Georgia, España, Italia, Canadá, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía, Estados Unidos, Turquía, Ucrania y Estonia. Adicionalmente se reportó que 1.500 (60%) de ellos proceden de Georgia y 700 de los Estados Unidos. 
 
Por estos motivos, al realizarse tales movimientos tan cerca de sus fronteras, Moscú ha exigido garantías de que las maniobras no impliquen «ninguna acción encubierta» contra Rusia, aunque el gobierno da por descontado quién es el enemigo, porque la alianza «no lo oculta». 
 
En el mismo orden, resaltó que últimamente, las autoridades rusas vienen alertando, con mucha frecuencia, de las medidas provocativas de la alianza atlántica cerca de sus fronteras y, de hecho, el Kremlin ha venido denunciando las medidas desestabilizadoras de la OTAN en Europa. 
 
¿Qué es la OTAN y por qué Estados Unidos se siente tan confiado moviéndose con ella?
 
Llegados a este punto de la emisión, el experto estimó pertinente explicar qué es la OTAN y comenzó relatando que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el continente europeo se dividió en dos bloques claramente definidos: al oeste, Estados Unidos y sus aliados; al este, la Unión Soviética.
 
Aclaró que no se trataba solamente de influencia ideológica o política de cada bloque, sino que en la práctica, las dos potencias mantenían bases y fuerzas militares desplegadas en los territorios cuyos gobiernos les eran afines, y fue en este contexto donde nació en 1949 la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuyo objetivo era «proteger» a los países occidentales –Estados Unidos y Europa occidental– de un eventual ataque de la Unión Soviética.
 
En tiempos contemporáneos, un enfrentamiento bélico entre Rusia y el bloque Estados Unidos-OTAN se traduciría en una catástrofe para la humanidad entera, como se muestra en una simulación realizada por la Universidad de Princeton (Estados Unidos) difundida por la cadena RT. 
 
En ella se proyecta lo que sucedería si, para detener el avance de la OTAN, Rusia hace disparos nucleares de advertencia, el organismo responde y, seguidamente, las partes disparan parte de su arsenal nuclear. 
 
De acuerdo con ese escenario, en las primeras tres horas, Europa quedaría destruida y 2,6 millones de personas fallecerían antes de que se produjera el contraataque nuclear desde tierra y perecerían 3,4 millones de personas más en apenas 45 minutos. 
 
El ataque final, que implicaría el bombardeo con ojivas nucleares a 80 de las ciudades más importantes del adversario, ocasionaría la muerte de 8,5 millones de personas en 45 minutos. 
 
En total, perderían la vida inmediatamente 34,1 millones de personas y 57,4 millones más resultarían heridas, si bien la cantidad de víctimas fatales crecería con el tiempo, dados los efectos de la radiación. 
 
En todo caso, esta supuesta amenaza se convirtió en la justificación para mantener activa durante cuatro décadas a la que ya entonces era la mayor alianza militar del planeta, apuntó el comunicador. 
 
Con respecto a los países que la conforman, destacó que inicialmente, formaron parte de ella Francia, Bélgica, Luxemburgo, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Islandia, Italia, Noruega y Portugal; en 1952 se unieron Grecia y Turquía y en 1955, Alemania Occidental y tras estas incorporaciones, si se excluye la adición de España en 1982, el grupo permaneció estable por más de cuatro décadas.
 
Dados sus antecedentes, era esperable que su fin llegara con la culminación de la Guerra Fría, pero en realidad sucedió lo opuesto: comenzó un período de fortalecimiento del organismo que aún no se detiene y de incesante expansión hacia el este, al punto de haber alcanzado la frontera occidental rusa, como señalara recientemente el presidente de ese país, Vladimir Putin. 
 
La OTAN: de alianza «preventiva» a brazo ejecutor de la política exterior de Estados Unidos
 
En ese orden, países como Georgia o Ucrania, con los que Rusia comparte frontera y además ha protagonizado enfrentamientos armados en data reciente, también han pulsado por incorporarse a la organización.
 
Para los expertos, la ausencia de coherencia entre lo que establece la carta fundacional y lo que ha terminado haciendo el organismo, está directamente relacionada con las pretensiones hegemónicas de los Estados Unidos.
 
Así, José Luís Orella, doctor en Historia y Derecho, considera que «la OTAN ha dejado de funcionar con los principios fundacionales con los cuales se creó y se ha convertido en una especie de brazo armado del cumplimiento de los intereses de los Estados Unidos».
 
En particular, este especialista destaca que Washington estaría usando a la organización para asegurarse «el control» de las zonas ricas en recursos energéticos, de la que el control en la zona del mar Báltico y los reiterados intentos por controlar la zona del mar Negro son dos de los ejemplos.
 
De su lado, el analista Luis Illanas García considera que esta institución sigue existiendo para «reforzar la hegemonía de los Estados Unidos sobre sus aliados europeos», que alcanza, en su parecer, las esferas política, económica, cultural y militar.
 
La OTAN empezó sus acciones militares en la década de 1990, resaltando los bombardeos radioacitivos sobre Serbia en 1999, incluyendo posiciones civiles, razón por la cual esta nación está denunciando al organismo; así como la guerra contra Afganistán en 2001, que aún no se resuelve. 
 
Frente a las acusaciones de expansionismo, además de reiterar sobre una presunta «amenaza rusa», la alianza atlántica asegura que no persigue sumar nuevas naciones, sino que son los países los que manifiestan su interés en unirse.
 
Lo que no suele decirse demasiado es que estas incorporaciones implican desde siempre la cesión de soberanía del país miembro, pues el organismo tiene la potestad de establecer bases militares y enviar tropas cuando así lo estime conveniente.
 
Además de la ceder la soberanía, los Estados miembros de la OTAN acordaron en 2014 que deberían destinar cerca del 2% de su producto interno bruto al financiamiento del ente, si bien solamente Estados Unidos, Grecia y el Reino Unido han cumplido con la meta.
 
A lo anterior, destacó el comunicador, se suman múltiples denuncias por violaciones a los derechos humanos, hostigamiento a la población civil e incluso, crímenes de guerra. 
 
Por si ello fuera poco, según reseña el diario español El País, en promedio, los 30 socios de la alianza incrementaron su gasto militar en casi 4% durante el año 2020, inclusive a pesar de la crisis económica derivada de la pandemia.
 
Colombia es el único país de América Latina vinculado formalmente a la OTAN
 
Antes de dar paso a los comentarios de la audiencia, Pérez Pirela recordó que Colombia es la única nación de la región relacionado formalmente de la OTAN, luego de que el mayo de 2018 el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, formalizara su ingreso en calidad de socio global. 
 
Seguidamente, explicó que se trata de un estatuto de cooperación mayor, por lo que naciones de la región y organismos de integración como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), lo calificaron como «una amenaza». 
 
En aquel momento, recordó, el politólogo y sociólogo, Atilio Borón, aseguró que esta situación complica los procesos de paz y la estabilidad en todo el continente latinoamericano.
 
«Me parece una pésima noticia para los colombianos y para los habitantes del resto de la región que vivimos en una zona de paz libre de armas nucleares. A partir de esa vinculación esto queda en cuestión», citó, a modo de conclusión. 

 

(LaIguana.TV)