Leo Messi está asimilando todo lo sucedido en las últimas horas, un giro inesperado que le deja fuera del FC Barcelona después de haber alcanzado un preacuerdo con el club catalán por cinco temporadas, tal y como había informado MD. El delantero argentino se quedó en shock, según afirmaban ayer fuentes cercanas al excapitán del Barça, y de momento no tenía pensado hacer ninguna reacción pública de manera inminente.

El futbolista sí que tiene claro que no quiere irse antes de despedirse de la afición del Barcelona, pero quiere dejar pasar unas horas para digerir su final en Can Barça. Es más, quiere valorar bien cómo hacerlo, quizás también de la mano del mismo club, como fue el comunicado emitido que anunciaba su desvinculación definitiva con el Barça. Un escrito preparado conjuntamente y con un entendimiento rápido desde el inicio. Un escrito de nueve líneas y media, tres párrafos, alrededor de 100 palabras. Escueto, pero que decía lo que tocaba para cerrar una etapa que empezó en el año 2.000 cuando se firmó aquella famosa servilleta que le cambió la vida a él y le cambiaría la historia al club.

Messi estaba realmente afectado, según contaban sus allegados. El argentino regresó ayer de Ibiza para firmar su nuevo contrato con el Barça. Lo tenía totalmente asumido. Aseguraban que todo estaba atado y listo para formalizarse, con el contrato redactado. Que el acuerdo se firmaba ayer jueves y de hecho había una celebración programada para festejarlo en ‘petit comité’. Una cena que ya se desprogramó el miércoles por la noche, cuando ya se empezaron a torcer las cosas y se creía que la firma del nuevo contrato se tendría que posponer como mínimo 24 horas. Pero por la mañana, lo que parecían algunos flecos a resolver, se convirtieron en un problema que acabó siendo irreparable y definitivo. Ayer desde el club le llamaron para comunicarle que no lo podían inscribir debido a las restricciones de LaLiga, según explican la versiones oficiales de ambas partes.

Un adiós inesperado para todos y que abre un nuevo capítulo en el futuro del 10 argentino. Ahora Messi, que asegura que no había negociado con ningún otro club durante el verano porque solo pensaba en quedarse en el Barça, deberá redirigir y relanzar su carrera lejos del Camp Nou, donde ha vivido los mejores años de su vida futbolística.

Le toca dejar Barcelona, donde llegó siendo un niño de 13 años y se marchará con 34 y tres hijos que nacieron en la capital catalana. Veremos qué soluciones le quedan al argentino a 5 de agosto, con muchos de los equipos ya definidos. Aunque Messi es una opción demasiado apetecible y algunos grandes se activaran pronto. Eso sí, será un viaje con regreso a su Barcelona y a su Barça.

(Mundo deportivo)