Las temperaturas subirán en toda Europa a un ritmo mayor a los cambios de la temperatura media mundial, similar a las observaciones del pasado, independientemente de los niveles futuros de calentamiento global.

Así lo recoge el nuevo informe presentado este lunes 9 de agosto por el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (Ipcc, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas, que prevé que los umbrales críticos relevantes para ecosistemas y seres humanos se superen en un calentamiento global de 2 grados y superior.

La frecuencia de las olas de frío y de los días de heladas disminuirá en todos los escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero de este informe y en todos los horizontes temporales, de forma similar a las observaciones del pasado.

La investigación señala que a pesar de la «fuerte» variabilidad interna, las tendencias observadas en las temperaturas medias y extremas europeas no pueden explicarse «sin tener en cuenta los factores antropogénicos».

Antes de la década de 1980, el calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero se compensaba en parte con las emisiones antropogénicas de aerosoles.

Así, la reducción de la influencia de los aerosoles en las últimas décadas ha dado lugar a una tendencia positiva observable en la radiación de onda corta.

Además, las observaciones presentan un patrón estacional y regional «coherente» con el aumento previsto de las precipitaciones en invierno en el norte de Europa.

Se prevé una disminución de las precipitaciones en verano en el Mediterráneo, que se extenderá a las regiones del norte, así como un aumento de las precipitaciones extremas y de las inundaciones pluviales con niveles de calentamiento global superiores a 1,5 grados en todas las regiones, excepto en el Mediterráneo.

Independientemente del nivel de calentamiento global, el nivel relativo del mar subirá en todas las zonas europeas, excepto en el Mar Báltico, a un ritmo cercano o superior al nivel medio global del mar.

Se prevé que los cambios continúen después de 2100, mientras que los fenómenos extremos del nivel del mar serán más frecuentes y más intensos, lo que provocará más inundaciones costeras y las costas arenosas retrocederán a lo largo del siglo XXI.

Asimismo, el informe pronostica un fuerte descenso de los glaciares, del permafrost, de la extensión de la capa de nieve y de la duración estacional de la nieve en altas latitudes/altitudes, que «continuarán en un mundo que se calienta».

(EFE)