Las escenas de desesperación en el aeropuerto de Kabul son «una vergüenza para Occidente», dijo el martes el presidente alemán, cuyo país suspendió su ayuda al desarrollo a Afganistán tras la llegada de los talibanes al poder.

«Las imágenes de desesperación en el aeropuerto de Kabul son una vergüenza para Occidente», afirmó Frank-Walter Steinmeier, insistiendo en la «tragedia humana» vivida por los afganos, que intentan desesperadamente salir del país, y de la que «somos corresponsables».

Tras una rápida ofensiva coincidiendo con la retirada de las tropas extranjeras del país, los talibán tomaron el control de Afganistán, lo que provocó escenas de caos en el aeropuerto de la capital, la única puerta de salida del país.

Alemania, que está también evacuando a sus ciudadanos y a personas bajo su protección, «debe hacer todo lo que esté en su mano para garantizar la seguridad de los alemanes» en Afganistán y de todos los afganos «que les han apoyado durante estos años», dijo el presidente.

Los dirigentes alemanas no escondieron en estos días su disgusto hacia Estados Unidos, cuya retirada militar ha precipitado el triunfo de los talibán, según ellos.

La ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, pidió este martes a la OTAN que saque sus conclusiones del fracaso en Afganistán.

Y la canciller Angela Merkel calificó la situación de «amarga, dramática y terrible», dando a entender que la decisión estadounidense de salir de Afganistán estuvo motivada por cuestiones de política interna.

La primera consecuencia del retorno de los talibán al poder ha sido la suspensión por Alemania de su ayuda al desarrollo para Afganistán.

«La cooperación al desarrollo del gobierno ha quedado suspendida», dijo el ministro de Desarrollo, Gerd Müller, en una entrevista con el diario regional Rheinische Post.

Alemania entregaba cada año unos 430 millones de euros (505 millones de dólares) a este país, según cifras de su ministerio de Relaciones Exteriores. 

(AFP)