Si bien la mayoría de las personas que se contagian con coronavirus superan la enfermedad sin complicaciones, en algunos pacientes se ha detectado algo que los científicos denominan post-COVID o COVID prolongado, (cuando los síntomas persisten después de 28 días desde la infección), el cual se presenta como una “montaña rusa” de síntomas que se disparan como secuelas.

En total, serían 55 los efectos a largo plazo que pueden aparecer después de haber tenido COVID-19, según un estudio realizado por el Departamento de Neurociencia en Cirugía Neurológica del Colegio Médico Weill Cornell, en Nueva York y del Instituto de Investigación Metodista de Houston, Estados Unidos, con la colaboración de científicos de México y Suecia. El trabajo fue publicado recientemente por el Scientific Reports del grupo de las revistas Nature.

Para el análisis se estudiaron 47.910 casos. Estos síntomas persistentes van de leves a debilitantes y duran de semanas a meses después de la recuperación inicial. El más frecuente de todos es la fatiga, luego sigue el dolor de cabeza. En menor grado fue detectado el trastorno de atención, la caída del cabello, falta de aliento, pérdida del gusto y pérdida del olfato.

También se pueden presentar síntomas relacionados con dolencias pulmonares como: tos, molestias en el pecho, reducción de la capacidad de difusión pulmonar, apnea del sueño y fibrosis pulmonar; problemas cardiovasculares, como arritmias y miocarditis; y problemas inespecíficos, como acúfenos y sudores nocturnos. Los investigadores se sorprendieron al encontrar también una prevalencia de síntomas neurológicos, como demencia, depresión, ansiedad y trastornos obsesivo-compulsivos.

La recomendación de los científicos es estar atentos a la aparición de estos síntomas para brindar una oportuna atención. Al tiempo que subrayan la urgencia de reconocer estas complicaciones crónicas, comunicarlas y definir estrategias terapéuticas para evitar las consecuencias a largo plazo de la COVID-19.

“De lo que no hay duda es que todo aquel que haya pasado por la enfermedad COVID-19, más allá del grado de severidad con que la transcurrió, debería hacer una consulta médica para asegurarse que no ha quedado alguna secuela que pueda ser tratada a fin de prevenir complicaciones”, recomiendan los investigadores.

Se prevé que en los próximos meses investigadores de Estados Unidos, México y Suecia realicen una nueva fase de su investigación, que se centrará en determinar qué hace que algunos individuos sean más susceptibles al COVID prolongado

Por otra parte, aseguran que los síntomas del COVID prolongado se reducen a la mitad cuando las personas están vacunadas.

(LaIguana.TV)