Richard Drew, fotógrafo de la agencia Associated Press, llegó el 11 de septiembre de 2001 a la zona de impacto en las Torres Gemelas y fue testigo de la angustia y desesperación que llevó a varias personas a lanzarse al vació, en medio de un clima que anticipaba un trágico final para aquellos que habían quedado atrapados en los edificios.

Con su cámara, registró una de las imágenes más icónicas del atentado, “El hombre que cae”. En ella se observa a un hombre con sus brazos pegados al cuerpo y su cabeza apuntando al suelo, segundos después de haberse arrojado desde la Torre Norte del World Trade Center.

En diálogo con la revista Time, Drew contó detalles de la secuencia.

Ese día, tomó el metro desde Times Square a la calle Chambers, la parada anterior al World Trade Center, y lo primero que vio al salir de la estación, dice, fueron las columnas de humo en las dos torres.

Cuando se dio cuenta de que había personas que salían por las ventanas en los pisos incendiados, sacó la cámara instintivamente y empezó a tomar fotos. Al revisarlas, notó que había una diferente.

“Es una fotografía muy tranquila, no es como otras tomas violentas de otros desastres. No hay sangre, no hay agallas, no hay nadie que reciba un disparo. Pero la gente reacciona a ella, de una forma en la que sienten que pueden relacionarse con ella. Porque ellos podrían haber estado en la misma situación y podrían haber tomado la decisión del hombre que se ve en la fotografía”, relató Drew.

Pese a algunas especulaciones que circulan en las redes e internet, nunca se difundió oficialmente el nombre de la víctima. Hasta el día de hoy se lo conoce como The Falling Man.  

(lavoz.com.ar)