La Cámara de Comercio de EEUU difundió un comunicado este 11 de septiembre donde solicita al Gobierno de ese país modificar las sanciones contra Venezuela, definiendo como «fracaso» la implementación de medidas coercitivas que afectaron profundamente sectores energéticos del país.

De acuerdo con el medio estadounidense Versión Final, el comunicado señala que las aplicación de estas medidas: «Si bien tuvo buenas intenciones en su objetivo de librar al sufrido pueblo venezolano de Maduro, el fracaso final de las amplias sanciones intersectoriales para estimular una rápida transición democrática desató una cascada de consecuencias negativas no deseadas«.

Lo anterior tras el cese de la participación de empresas estadounidenses y europeas del sector de petróleo y gas, toda vez que estas medidas les acarrearían penalidades y un obstáculo para sus negocios tanto en EEUU como en otras partes del mundo.

Del mismo modo, el diario agrega que este retiro abrupto de la participación de corporaciones trasnacionales ha implicado prácticamente el abandono de sus inversiones y activos en Venezuela —lo que habría fortalecido al presidente Nicolás Maduro— y que en el mantenimiento de la actividad económica desarrollada por PDVSA y sus filiales se ha traducido en un mayor protagonismo de la cooperación de Irán y Rusia en el país.

El documento remata señalando que «el tiempo es esencial para reformar una arquitectura de sanciones que ha ayudado a fortalecer a Maduro, profundizó la grave crisis económica y humanitaria de Venezuela, provocó daños a las empresas estadounidenses y socavó nuestra seguridad nacional».

No deja de mencionar el escrito aspectos de la política interna que pueden incidir en un «cambio de rumbo» con respecto a estas medidas, al mencionar que la política del Ejecutivo estadounidense es objeto de escrutinio en este momento, por lo que esto «es una señal de que se justifica una corrección de rumbo significativa».

A continuación un extracto del comunicado íntegro difundido por los medios, puede leerlo completo haciendo clic aquí:

La Plataforma Unitaria y representantes del gobierno de Nicolás Maduro se volvieron a reunir el pasado fin de semana en busca de una solución a la insoluble crisis política del país.

No hay duda de que los elementos de la estrategia de sanciones de “máxima presión” de la administración Trump, aquellos que incluían la incautación selectiva y / o el congelamiento de los activos personales de Maduro y su círculo íntimo, tuvieron un impacto en llevar al Gobierno a la mesa.

Pero cuando la política del Poder Ejecutivo es objeto de escrutinio tanto de la izquierda como de la derecha en Capitol Hill, generalmente es una señal de que se justifica una corrección de rumbo significativa.

Tal es el caso del amplio conjunto de medidas económicas punitivas asociadas a la “presión máxima” que han demostrado ser un instrumento más contundente que una herramienta quirúrgica.

Si bien tuvo buenas intenciones en su objetivo de librar al sufrido pueblo venezolano de Maduro, el fracaso final de las amplias sanciones intersectoriales para estimular una rápida transición democrática desató una cascada de consecuencias negativas no deseadas.

El tiempo es esencial para reformar una arquitectura de sanciones que ha ayudado a fortalecer a Maduro, profundizó la grave crisis económica y humanitaria de Venezuela, provocó daños a las empresas estadounidenses y socavó nuestra seguridad nacional.

(LaIguana.TV)