Corea del Norte celebró su 73 aniversario con un gran desfile militar, pero no mostró sus misiles balísticos. Sin embargo, en los días siguientes a la parada, el país lanzó su nuevo misil de crucero. Sputnik te cuenta qué mensaje busca mandar Kim Jong-un a la comunidad internacional.

La política de Corea del Norte se caracteriza por su aparente incoherencia, sin embargo, esto no es una debilidad. Las autoridades en Pyongyang usan esta imagen a su favor para conseguir sus metas.

En el pasado los Kim se reunieron en varias ocasiones con los líderes de su vecino sur, pero en 2018 y 2019 se celebraron tres cumbres sin precedentes entre el entonces mandatario estadounidense, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un. Una de las reuniones contó con la participación del presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in.

Luego, las relaciones internacionales de Corea del Norte volvieron a enfriarse. Esto no tomó por sorpresa a los expertos en Corea del Norte. Era de esperar que diese este paso porque Pyongyang ha recurrido repetidamente a su política preferida: primero establecer buenas relaciones y luego romper casi todos los lazos.

El 9 de septiembre Corea del Norte celebró su 73 aniversario. Como ya es costumbre, la plaza central de Pyongyang albergó un gran desfile militar, pero esta vez las autoridades decidieron no lucir sus novedosos misiles balísticos. En su lugar, el mundo vio soldados vestidos con uniformes de protección biológica.

Todo el mundo percibió este inusual desfile como un intento de la cúpula dirigente norcoreana de dar a entender al mundo que está concentrado en la solución de sus problemas internos.

En realidad, apenas tres días después Kim envió un nuevo mensaje al mundo con el lanzamiento de un misil de crucero de largo alcance. Sin duda, esto forma parte de la táctica norcoreana de recurrir a las ‘incoherencias’ en su política.

De esta manera, Kim recuerda que su país es capaz de protegerse a sí mismo, incluso cuando el país está sumergido en sus problemas internos.

¿Qué busca Corea del Norte con esta nueva prueba?

Hay indicios de que una nueva ronda de negociaciones sobre el problema nuclear norcoreano está siendo considerada, explicó a Sputnik Andréi Lankov, profesor de la Universidad Kookmin y especialista en los asuntos coreanos. El experto subrayó que Rusia también participará en las negociaciones, «lo que es bastante inesperado».

«La meta de las pruebas de Corea del Norte sigue sin cambios, busca elevar un poco las tensiones. Quiere que el mundo recuerde su existencia y su capacidad de causar problemas. En la actualidad la RPDC trata enérgicamente de atraer la atención, pero al mismo tiempo lo hace con bastante cautela», recalcó.

Pyongyang realiza ensayos de misiles de crucero y no balísticos. De este modo, evita violar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Al mismo tiempo, atrae la atención de Estados Unidos para persuadirlo a sentarse en la mesa de negociaciones, algo que Washington preferiría no hacer, dijo Lankov.

Pyongyang busca ejercer presión sobre Washington hasta un punto que sea aceptable para su principal aliado, Pekín. China no está interesada en un conflicto que provoque una respuesta dura por parte de Estados Unidos. Es posible que este comportamiento por parte de Corea del Norte resulte en una nueva etapa de consultas, pero no habrá que esperar que haya un evento parecido a la cumbre entre Trump y Kim celebrada en Hanói, Vietnam, en febrero de 2019.

«Desde mi punto de vista, la posibilidad de conseguir la desnuclearización de Corea del Norte está perdida desde hace 18 años, pero Washington no puede reconocer este hecho porque esto significaría reconocer el estatus de la RPDC como una potencia nuclear. La gente ordinaria en Estados Unidos no puede aceptar que su país ya no es capaz de conseguir el desarme nuclear completo de la RDPC», declaró el entrevistado.

Agregó que mientras que Pyongyang actúe de manera tranquila, Washington tratará de olvidarse del problema norcoreano. La cúpula dirigente de Estados Unidos solo se preocupa de una cosa: seguir en el poder. Por esta razón no tiene conocimiento de la situación real en la península de Corea. No forma parte de la lista de sus prioridades.

Pese a todo esto, a Lankov le parece que «estamos entrando en una etapa interesante de estabilidad duradera en la península». Según él, esta etapa podría durar hasta medio siglo, pero aún así los problemas irán acumulándose y tarde o temprano se manifestarán.

(Sputnik)