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Las contradicciones y el tira y encoje en los sectores opositores definitivamente están a la orden del día. Esta vez la dicotomía vuelve a generarse debido al más reciente berrinche de los líderes ultraderechistas Leopoldo López y Daniel Ceballos.

 

Y es que la directiva de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) el pasado martes 26 de mayo había emitido un comunicado en el que expresaba la decisión de no respaldar, «por motivos de forma y de fondo», la concentración convocada por López y Ceballos para este próximo sábado 30.

 

Destacaron que respaldaban las razones de la movilización y las exigencias de los encarcelados, pero al mismo tiempo se deslindaban de estas acciones.

 

Esta ambigüedad, este «sí, pero no» volvió a ser referido por el propio secretario ejecutivo de la MUD, Jesús «Chuo» Torrealba, en declaraciones emitidas este jueves 28 a través de la emisora 88.1 FM. «No se puede descalificar la invitación a marchar», dijo, calificando al mismo tiempo la protesta como legítima aunque la coalición no la acompañe.

 

«Esta es una convocatoria legítima. Ahora hay un tema de fondo y es cómo se construyen las decisiones en alianza para poder avanzar», señaló Torrealba. Ante esta afirmación cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Si es legal la convocatoria, entonces por qué no la acompañan? ¿Existe algún motivo o fin oscuro en ese llamado y por esto prefieren mantenerse a raya?

 

Lo que queda claro, a fin de cuentas, es lo mucho que molesta cuando, por culpa de las malcriadeces de dirigentes como López, la «alianza opositora» se ve obligada a transitar hacia callejones sin salida.

 

Pero también queda claro el miedo, o mejor dicho, el terror que le tienen los integrantes más moderados de la MUD a los sectores más radicales. Recordemos que no han sido pocas las críticas y los señalamientos que se han recibido de parte de los mismos luego de no aceptar el llamado a marcha.

 

La cola otra vez está moviendo al perro, dicen por ahí. Y la derecha venezolana, más patética que nunca, vuelve a dejarse manipular y a naricear por las minorías fascistas.

 

(LaIguana.TV)