Dos ladrones intentaron asaltar un salón de belleza en Curitiba (Brasil), pero no se esperaban que una policía militar se estuviese pintando el cabello.

 

La agente, que tenía la cabeza cubierta con un gorro plástico, sacó su pistola. Ante esta situación inesperada, los ladrones no tuvieron otra opción que salir corriendo.

 

Se informa que la policía no tuvo que hacer ni un solo disparo, que los delincuentes lograron escapar, que nadie salió herido y que no lograron robar ni un solo centavo.

 

(RT)

 

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