La Iglesia Católica vuelve a estar nuevamente en el ojo del huracán debido a un escándalo de abuso sexual en Francia, donde sacerdotes pederastas abusaron de unas 216.000 víctimas a lo largo de siete décadas. 
 
En ese orden, el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela analizó las implicaciones de este y otros escándalos, frente a los cuales la jerarquía católica ha optado por encubrir a los victimarios y guardar silencio todo cuanto ha sido posible.
 
A su juicio, se trata de uno de los peores escándalos «éticos y políticos» de los últimos tiempos, si bien no se trata, lamentablemente, de un hecho aislado, sino que es transversal a la Iglesia Católica a lo largo de toda su existencia y frente a esto, las autoridades han respondido con silencios y encubrimientos. 
 
Escándalo: revelan que sacerdotes de Francia abusaron de 216.000 víctimas en 70 años
 
Para entrar en materia, refirió que este martes 5 de octubre, un informe reveló que entre 1950 y 2020, unas 330.000 personas habían sufrido abuso sexual por parte de clérigos y laicos al servicio de la Iglesia Católica en Francia.
 
El documento, que consta de unas 2.500 páginas y es el resultado de varios años de investigación, determinó que 216.000 personas habían sido víctimas de abuso sexual –en su mayoría varones entre 10 y 13 años–, por parte de sacerdotes.
 
Adicionalmente, precisó que uno de los hallazgos más importantes es que, independientemente del lugar, las víctimas refieren un mismo patrón de conducta, aunque hayan transcurrido décadas del abuso: silencio, negativa a denunciar, culpa y trauma.
 
Unos 3.000 depredadores sexuales ligados a la Iglesia Católica actuaron en Francia por 70 años, sin que las autoridades los denunciaran o hicieran algo para proteger a las víctimas o para evitar agresiones futuras.
 
Pérez Pirela enfatizó que la Iglesia Católica francesa, que paradójicamente es uno de los pilares del Estado –que se dice laico–, actuó con total impunidad durante todo ese tiempo, porque es uno de los poderes fácticos de esa nación. 
 
Regresando al caso, mencionó que Jean-Marc Sauvé, presidente de la comisión a cargo de la investigación, destacó que la Iglesia Católica francesa fue negligente en la atención de la situación y optó por guardar silencio y encubrir la situación, a pesar de que unos 3.000 presbíteros abusaron sexualmente de menores. 
 
Apuntó, asimismo, que las víctimas ratifican que esta conducta ha sido sistemática en esa institución, a pesar de que desde hace décadas está salpicada por escándalos de pederastia y abuso sexual.
 
Cuentan que incluso existe un sistema de encubrimiento institucionalizado de los perpetradores: cuando las denuncias de violencia sexual aparecen, los superiores trasladan al abusador a otra parroquia, donde sigue asaltando sexualmente. 
 
En el acto de presentación, Sauvé manifestó que durante las pesquisas a menudo se topó con la incapacidad de la Iglesia para referirse a los abusos y a la pedofilia por su nombre, prefiriendo en su lugar hacer uso de eufemismos y de lenguaje indirecto. Subrayó, además, que los casos de pederastia y abuso sexual no han desaparecido.
 
Reacción del Vaticano ante el más reciente escándalo
 
El comunicador comentó que dadas las repercusiones de estas revelaciones, El Vaticano divulgó el parecer del papa Francisco, que fue difundido por el portavoz de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
 
Según el vocero, el papa dedicó una oración a las víctimas «para que el señor les dé consuelo y alivio y para que, a través de la justicia, se produzca el milagro de la curación», declaraciones que a su parecer son ampliamente cuestionables porque las víctimas, antes que justicia divina, esperan que los culpables sean sancionados por la justicia civil.
 
En ese orden, refirió que los abusados acusan a la Iglesia de intercambiar los papeles, al presentar a los victimarios como víctimas e ignorar el sufrimiento de las víctimas reales.
 
El escándalo de abusos sexuales en la Diócesis de Boston
 
Saliendo de las fronteras europeas, el experto refirió que en el año 2002 una investigación realizada por el diario estadounidense The Boston Globe reveló casos de abusos cometidos por sacerdotes a niños durante décadas.   
 
La repercusión de los más de 600 artículos de investigación publicados provocó la renuncia de Bernard Francis Law, cardenal de la Diócesis de Boston, denunciado por encubrir muchos de esos casos.
 
Esta historia, en particular, era potencialmente explosiva, puesto que lo que empezó por denuncias de unos pocos –y siempre lamentables– casos, acabó convirtiéndose en una contabilidad monstruosa de cientos de miles de víctimas y cientos de sacerdotes sindicados de perpetrar crímenes sexuales, solamente en Boston, que para la época tenía el más alto porcentaje de católicos de todas las grandes ciudades de Estados Unidos, sintetizó el analista.
 
Adicionalmente, recordó que El ‘Globe’ debió enfrentar la activa obstrucción de la Iglesia Católica para obtener gran parte de su información, pues está amparada por la quinta enmienda de la Constitución estadounidense y sus miembros no están obligados a dar información a la Policía. 
 
Con todo, el escándalo fue tal que muchos estados ampliaron los límites de prescripción de los delitos sexuales, pues las víctimas acuden a la justicia tras décadas de haber sido abusadas, pues cargan con el peso de sus traumas. 
 
Para cerrar este tema, Pérez Pirela destacó que este caso fue tan importante que hay una película que dramatiza todo el proceso de investigación y los constantes obstáculos en medio de una sociedad católica. Esta película fue tres veces nominada al Oscar y ganó uno.
 
De otra parte, compartió el testimonio de Alberto Athié, exsacerdote mexicano y activista por los derechos humanos, en el que explicó brevemente cómo los altos mandos de la Iglesia han hecho la vista un lado con las denuncias, todo con el propósito de mantener la imagen de la Iglesia en desmedro de las víctimas. 
 
Los escándalos de abuso sexual que han salpicado a la Iglesia en América Latina
 
Desde hace décadas las denuncias de abuso sexual asociadas a sacerdotes en todo el mundo son tristemente comunes, y en América Latina también sucede este fenómeno. 
 
Hasta el momento, apuntó el también director de LaIguana.TV, existen unas 4.000 denuncias documentadas en la región. La lista la encabezan Chile, México, Colombia y Argentina, casos que procedió a analizar en detalle.  
 
Chile
 
En el presente –y aunque suene difícil de creer en Chile–, la situación de repudio hacia la institución es tal, que en enero de 2018, el papa Francisco fue recibido con una ola de protestas. Los chilenos demandaban un Estado laico y la separación de la Iglesia de las escuelas, lugares privilegiados para la perpetración de abusos sexuales.
 
En este país el escándalo estalló en 2018, pero los orígenes del caso se remontan a 2008, cuando el médico James Hamilton denunció los abusos que sufrió por parte de un sacerdote llamado Francisco Caradima.
 
Su denuncia cayó en saco roto hasta que en 2012, la Iglesia designó como obispo a Juan Barros, un sacerdote que había sido señalado de cubrir los crímenes de Caradima y eso derivó en unas protestas sociales que, además, estuvieron signadas por el contraste entre ricos y pobres, sintetizó.
 
Tres años después, cuando el Vaticano se dignó a responder, el papa Francisco defendió a Barros y calificó de «zurdos» –izquierdistas– a quienes manifestaban contra el prelado, pero al ser recibido con hostilidad en tierras chilenas, el pontífice se vio obligado a aludir al «dolor» y «la vergüenza» que le causaban los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia en ese país, conocidos como «La Cofradía». 
 
México 
 
A continuación, el experto abordó el caso de mayor relevancia en México: el de la congregación Legionarios de Cristo, cuyos clérigos cometieron pederastia sobre 175 víctimas. De estas, unas 60 fueron violentadas por su fundador, Marcial Maciel.
 
El escándalo se hizo visible gracias a la denuncia de una actriz y presentadora de televisión, Ana Lucía Salazar, quien fue violada en su infancia por el sacerdote de su parroquia. 
 
Lo dicho por Salazar, agregó al analista, hace que muchas víctimas opten por guardar silencio, pues temen ser revictimizadas o que su esfuerzo no valga para nada, pese a que obligadas por las circunstancias, las autoridades eclesiales mexicanas han anunciado procesos de investigación contra 426 sacerdotes. 
 
Argentina
 
En Argentina, uno de los países con mayor cantidad de denuncias de pederastia en la que miembros de la Iglesia Católica figuran como victimarios, ya se ha empezado a juzgarlos y condenarlos, refirió Miguel Ángel Pérez Pirela. 
 
A este respecto, puntualizó que en 2019, tribunales impusieron penas a dos sacerdotes y a un jardinero, principales acusados del llamado Caso Próvolo, el mayor escándalo de abusos sexuales de la Iglesia argentina. 
 
Estas personas fueron condenadas entre 45 y 18 años bajo cargos de abuso sexual relacionados con 20 casos diferentes debidamente comprobadas, puntualizó el analista. 
 
De otra parte, indicó, los agraviados y sus familiares manifestaron su regocijo por las sentencias, pues si bien no se pueden deshacer de lo que sufrieron, al menos en esta ocasión obtuvieron la justicia que reclamaban.
 
En opinión del analista, este caso deja claro que en tales situaciones, «se trata de tomar el poder que representa la religión para aplastar la dignidad humana».   
Increíblemente, tras conocerse el fallo judicial, el Vaticano, así como otras instancias de la Iglesia en Argentina, no se solidarizaron con las víctimas, alegando que esperarían por la sentencia firme e incluso se preveía que la defensa apelara el dictamen. 
 
Desde su punto de vista, tampoco puede omitirse que uno de los aspectos que le dio mayor notoriedad al caso, es que los crímenes fueron cometidos en una institución educativa que atendía a niños y jóvenes con discapacidad auditiva. Más específicamente, precisó, los pederastas se vieron favorecidos para abusar de sus víctimas por cerca de una década, porque el Instituto Próvolo, además de colegio, era un internado. 
 
Colombia 
 
Para cerrar los casos de denuncias de abusos sexuales que han salpicado a la Iglesia Católica en América Latina, el filósofo recordó que en abril de 2020, la Arquidiócesis de Villavicencio (departamento del Meta) suspendió a 19 sacerdotes sindicados de operar una red de abuso sexual contra menores de edad, con extensiones hacia Estados Unidos e Italia. 
 
A este respecto, relató que con base en los hallazgos de una investigación preliminar sustentada en una denuncia ciudadana, los jerarcas de la Iglesia del vecino país solicitaron apoyo a la Fiscalía para que se iniciaran las pesquisas formales, sin prescindir de las instancias de administración de justicia en El Vaticano.  
 
La destrucción de archivos sobre abusos sexuales en El Vaticano
 
Para cerrar la edición, Pérez Pirela subrayó que a pesar de los ligeros avances en la obtención de justicia y reparación de las víctimas de abuso sexual por parte de miembros de la Iglesia Católica, aún queda mucho trecho por andar. 
 
Desde su punto de vista, la Santa Sede es el obstáculo más grande no solamente para que terminen de salir a la luz muchos otros casos de pederastia perpetrados por miembros de la Iglesia Católica, pues los jerarcas no se han contentado con guardar silencio, sino que además han destruido expedientes en los que se documentaron algunos. Con ello, además de proteger a los pederastas, han condenado a miles de víctimas al olvido. 

 

 

(LaIguana.TV)