Los cables submarinos generan un campo electromagnético que atrae a los cangrejos y los obliga a permanecer en su lugar, según han descubierto biólogos marinos escoceses.

Los científicos de la Universidad Heriot-Watt temen que esto pueda afectar la migración de cangrejos y dañar a las poblaciones. Esto se informa con más detalle en un artículo del Journal of Marine Science and Engineering.

Los investigadores observaron cangrejos en la estación marina de St Ebbs en el condado de Scottish Borders. Los cables de alimentación submarinos tienen un campo electromagnético débil. Si su fuerza es de 500 microtesla (aproximadamente el 5% de la potencia del imán en la puerta del refrigerador) o más, los cangrejos se arrastrarán hasta el cable y se quedarán inmóviles. Esto les impide obtener alimentos y buscar a una pareja, además, la actividad reducida afecta el metabolismo: el cuerpo comienza a acumular azúcar y produce menos lactato, el mismo esquema que suele resultar en la diabetes humana.

Además, los experimentos de laboratorio han demostrado que el campo electromagnético daña las células sanguíneas de los cangrejos. Esto puede provocar una disminución de la inmunidad y otros efectos adversos.

Los datos obtenidos son importantes a tener en cuenta al instalar parques eólicos marinos y otras estructuras asociadas con el tendido de una gran cantidad de cables de alimentación, dicen los científicos. Los cambios en el comportamiento de los cangrejos no solo pueden dañar a los propios animales, sino que también pueden afectar el estado del mercado de productos del mar.

(sputniknews.com)