Los intentos desesperados de Estados Unidos y sus aliados europeos por detener el firme crecimiento de China como superpotencia planetaria están creando situaciones que podrían desembocar en una guerra nuclear, según el análisis realizado por Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde donde sea.

El planteamiento surge luego de revisar las actuaciones de los principales actores de la geopolítica planetaria, “unos movimientos que no vislumbran las mejores cosas”.

A juicio del filósofo y comunicador, el punto medular es que China está ya convertida en superpotencia económica y tecnológica, lo que se aprecia en situaciones específicas como la crisis de los chips que golpea a Estados Unidos y Europa. “China está a la delantera en ese campo clave y en otros como tecnología robótica, en el que ya se impuso, y en temas financieros mundiales como la compra de una parte de la deuda externa de EE.UU.  De allí que el mundo esté presenciando los síntomas de la creciente tensión entre quien se cree todavía el hegemón con quien en la práctica lo es”, expresó.

Aukus

Para explicar  el cuadro en proceso, recordó que el pasado 15 de septiembre, Estados Unidos, el Reino Unido y Australia suscribieron un tratado militar a espaldas de la Unión Europea con el que pretenden contrarrestar la creciente influencia de China en la región del Indo-Pacífico. 

Al respecto mostró la ilustración de Iván Lira, titulada Dominación. En ella,  el Tío Sam tiene en sus manos el globo terráqueo y este le saca la lengua.

Con apoyo en un video de France 24, explicó que el pacto permitirá a los tres países compartir avanzada tecnología de defensa para, según ellos, contrarrestar los avances de China en la región del Indo-Pacífico

El acuerdo, que se conoce bajo las siglas de Aukus  (Australia, United Kingdom y United States), generó malestar en otros países miembros de la OTAN, especialmente en Francia, que se vio perjudicada porque Canberra echó al traste un pacto con el que, por 65.000 millones de dólares, parís reemplazaría su flota de submarinos.

“Emmanuel Macron es casi seguramente el presidente francés más entreguista de los últimos tiempos a los intereses de EE.UU., fue colocado en ese cargo por las grandes transnacionales bancarias de influencia estadounidense y ahora ve como ha sido descartado de este acuerdo y humillado su país”, comentó Pérez Pirela.

La afrenta ha supuesto la peor crisis diplomática entre Francia y Estados Unidos en dos décadas y obligó la intervención del primer ministro británico, Boris  Johnson, pues aunque es uno de los firmantes del nuevo tratado militar, su colaboración con el Eliseo sigue siendo estrecha, tomando en consideración el Brexit. 

En un video, el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, manifiesta el descontento: “Estoy realmente enojado. Lo que me preocupa es el comportamiento de los estadounidenses. Esta brutal, unilateral e impredecible decisión se parece mucho a lo que Trump haría”.

Se señala que esa fue la primera reacción oficial francesa ante el hecho de que EE.UU. y Reino Unido le proporcionarán a Australia submarinos de propulsión nuclear. La molestia es porque al ser excluido del pacto, París se queda sin un acuerdo de 65 mil millones de dólares que había pactado con Australia para reemplazar los submarinos clase Collins.

El reportaje pasa a Londres para indicar que Boris Johnson intentó calmar los ánimos al decir, en el Parlamento, que “nuestra relación militar con Francia es sólida como una roca, estamos hombro a hombro con los franceses, ya sea en Israel, donde estamos ejecutando una operación conjunta contra terroristas; en Mali y en Estonia, donde tenemos actualmente la operación más grande de la OTAN”.

Por su parte, la Comisión Europea dijo que el bloque de los 27 países no fue informado de la iniciativa, a pesar de que la UE lanzó una estrategia para fortalecer su presencia naval en el Indo-Pacífico, ya que comparte su preocupación de cómo China tiene cada vez más poder en la región.

Pérez Pirela se preguntó cómo EE.UU. logró convencer a Australia de suscribir este acuerdo. El anzuelo utilizado para atrapar a las autoridades australianas resultaba difícil de rechazar, puesto que se les ofreció dotar a la marina real de ocho submarinos nucleares, lo que marcaría el ingreso del país oceánico al selecto club de naciones que manejan armamento con estas características, a pesar de que Australia ha enfatizado que no se trata de armas nucleares. 

El reportaje de France 24 indica que el punto más polémico es que Australia va a ensamblar y recibir también submarinos de propulsión nuclear, pero el país oceánico asegura que no va a recibir armas nucleares.

La mediación de Johnson no bastó para que el país galo echara atrás sus protestas diplomáticas. Ante el disgusto de Francia, Joe Biden no tuvo más remedio que llamar a su homólogo, Emmanuel Macron, y aunque se frenó el retiro de embajadores, el tema no está zanjado. 

“Ver cómo retiran embajadores Francia y EE.UU. no es poca cosa, siendo ambos integrantes de la OTAN, aunque hay una larga historia de fricciones entre estos dos países, prácticamente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando un presidente de derecha, pero nacionalista, Charles De Gaulle, héroe del entre comillas triunfo francés en esa guerra, le puso límites a EE.UU. que querían llenar de bases militares a Francia. No podemos decir lo mismo de los perdedores como Alemania e Italia”, rememoró el presentador.

Otro incidente bilateral ocurrió cuando Francia envió a EE.UU. un barco cargado de dólares y solicitó su equivalente en oro, demostrando así que la moneda estadounidense no estaba en realidad respaldada por el metal.

De momento, los mandatarios acordaron reunirse en Europa a finales de octubre. Los analistas aún no tienen claro si los franceses podrán pasar la página y olvidar esta deslealtad estadounidense. 

La periodista Ana María Ospina de DW dijo que la de Biden ha sido la llamada más esperada por los franceses, sobre todo porque ya la clase política gala estaba tratando el tema como una crisis. Lo que acordaron fue reunirse a finales de octubre, cuando Biden viaje a París. Se acordó además que el embajador de Francia, Philip Etienne, regresaría a EE.UU. para seguir sus labores, tras haber sido llamado a París como protesta. La periodista en el estudio preguntó cuán confiable será ahora Biden para Francia, tras este impasse. Ospina señaló que para algunos será poco confiable porque, dicho de manera muy brusca, se le dio una puñalada al Gobierno francés no solo por la venta de los submarinos sino porque ha quedado claro que estadounidenses, británicos y australianos venían sosteniendo conversaciones a espaldas del gobierno francés. Otros consideran que luego de esta llamada y de la reunión que sostendrán, la confianza podría recuperarse”.

La usuaria Ana, latinoamericana residenciada en Australia, señaló que lo peor del caso es que ese país está comprando los submarinos sin tener la infraestructura ni la ciencia necesarios para manejarlos. “Imagino que ha sido un tema polémico allá en Australia”, comentó Pérez Pirela.

Otro aspecto que no puede ignorarse son las crecientes tensiones entre China y Australia. El problema de fondo es la disputa de la hegemonía militar y comercial en el Indo-Pacífico, aunque los detonantes han sido varios, incluyendo la presión australiana para que se investigara a China por el origen de la covid-19.

“¡Vaya que necedad!”, acotó el moderador de Desde donde sea

Sin embargo, analistas estiman que para Australia podría ser contraproducente embarcarse en una confrontación directa con China, de cuyo crecimiento económico se ha beneficiado. 

La experta Tatiana Gélvez Rubio, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África, Capítulo Colombia, en un debate televisivo para France 24 dijo: “Australia de alguna manera no ha definido su identidad como país del Pacífico, sino que discurre entre su pasado colonial y lo que es hoy en día, está en una tensión, pero no se puede desconocer que se subió al tren chino en su crecimiento económico, que ha recibido una fuerte inyección en su PIB gracias a la educación universitaria que ha impartido a ciudadanos chinos. Hay un tira y afloje pero hay que preguntarse hasta qué punto puede Australia entrar en una situación de más tensión con China cuando económicamente tiene esta relación tan estrecha”, señaló.

En todo caso, la alianza de la nación insular con potencias occidentales representa para China una amenaza digna de protesta. Zhao Lijian, portavoz de Beijing, acusó a Washington de «socavar gravemente la paz y la estabilidad» en la región del Indo-Pacífico a través de una intensificación de la carrera armamentística y calificó el acuerdo como «extremadamente irresponsable». 

En video  de DW, el vocero dijo que el acuerdo, argumentando que solo servirá para desestabilizar la región. “La exportación de tecnología altamente sensible de submarinos nucleares por parte de EE.UU. y Reino Unido a Australia demuestra una vez más que utilizarán las exportaciones nucleares con fines geopolíticos. Representa una doble moral y es absolutamente irresponsable”.

También protestaron los gobiernos de Corea del Norte, indonesia y Malasia. En el caso de Pyongyang, sus conflictos con la Casa Blanca son de larga data y el Aukus es apenas otro capítulo. Pero en el caso de Indonesia y Malasia, sus resquemores se fundamentan en la emergencia de Australia como potencia militar regional.

“Una vez más vemos como EE.UU. influyen de forma quirúrgica para incentivar conflictos  regionales y sacar provecho de ellos. ¿Tengo acaso que hablar de Irak, Afganistán, Siria y pare de contar? Es la clásica táctica imperial de divide y vencerás, de un imperio serio como lo fue el Romano, que ahora pretenden aplicar estos imperios loser, estos imperios millennials”, añadió Pérez Pirela. 

Los ganadores y perdedores del Aukus

 EE.UU.  Es, a las claras, el principal beneficiario de este nuevo acuerdo militar, pues con él retoma una política de ampliación de influencias que incluye mayor despliegue militar en la zona del Indo-Pacífico, que se inició en la era Obama y que se frenó durante la última década. 

Además, no dejan de resultar llamativas las visitas de los líderes de Corea del Sur y Japón que recibiera Biden en la Casa Blanca semanas antes de anunciarse el acuerdo, pues son bien conocidas las tensiones entre estas naciones y Beijing. 

 Otra parte del análisis de la profesora colombiana Gélvez Rubio indica lo siguiente:

“Es importante remontarse a lo que ha pasado en los últimos diez años en el mar del Sur de China. En la gobierno de Obama se tenía una idea general del Pacífico, se hablaba de la Era del Pacífico, Hillary Clinton, como secretaria de Estado hablaba de ello. Luego hay un silencio de casi diez años por parte de EE.UU. respecto a su rol en la región y ahora viene esta etapa de Biden, que rápidamente se ha desplegado. Las dos visitas de jefes de Estado a la Casa Blanca son de Japón y Corea del Sur, una muestra, una señal de que EE.UU. vuelve al Pacífico”.

Reino Unido. En el caso del Reino Unido, el pacto de seguridad implica una oportunidad para avanzar una política exterior independiente de Bruselas, tras el Brexit (salida de la UE) y con ello salir de la posición de segunda fila en el concierto internacional que ha venido jugando desde hace varias décadas. 

Pérez Pirela agregó que, en rigor, Reino Unido no ha hecho otra cosa que moverle la cola a su excolonia durante muchas décadas.

Al respecto, puso al aire otra declaración del primer ministro Johnson, en la que afirma que para Reino Unido la alianza es un paso importante tras el Brexit. “Tendremos una oportunidad para reforzar el lugar el Reino Unido en la vanguardia de la ciencia y la tecnología fortaleciendo nuestra experiencia nacional y, lo más significativo, estaremos más unidos con Australia y EE.UU.”.

Australia. La posición de Australia en el acuerdo podría interpretarse como la de un socio de segundo nivel, que necesita respaldo de dos potencias occidentales para plantarle cara a China. 

En el mismo material audiovisual de France 24, el analista Florent Sardau dice: “Australia finalmente rechaza la oferta de Francia de ser un socio, prefiere seguir su tradición diplomática histórica de buscar un hermano grande, un protector, como lo fue Reino Unido en el pasado para que lo defiendan. Antes se sentían asediados por los japoneses y ahora por China”. 

Pese a ello, el primer ministro australiano, Scott Morrison, se enfocó en resaltar los beneficios armamentísticos para su país que dejará el pacto en los próximos 18 meses. “La primera gran iniciativa será la entrega de una flota de submarinos durante los próximos 18 meses”, expresó en un reporte de DW.

Sin embargo, como ya se refirió, la posición de Australia no solo es de segundo orden, sino que además es muy complicada, porque mantener levantada el hacha de la guerra con China podría acarrearle importantes consecuencias económicas. 

“No veo cómo Australia puede resistir una avanzada de China”, concluyó Pérez Pirela.

¿Se puede frenar la influencia China en el Indo-Pacífico?

Expertos consideran que tampoco puede dejarse de lado que a pesar de las pretensiones de dominio estadounidense en el Indo-Pacífico, la influencia de China en esa región del mundo es enorme, pues tiene raíces históricas y culturales que no son fácilmente prescindibles. 

Por otra parte, muchos pequeños países de Oceanía, que tienen a China como su principal socio comercial, temen que el incremento de la presencia militar estadounidense convierta la zona en un polvorín y no confían en que Washington mantendrá sus promesas de suscribir acuerdos comerciales compensatorios.  

El periodista Adrián  Foncillas lo explica en otro segmento del video de DW: “La influencia china es enorme por razones históricas y comerciales. Es el primer socio económico de todos los países de la zona. En el mar del Sur de China hay disputas territoriales que vienen de lejos en las que ahora China tiene las de ganar por su mayor poder militar. Allí aparece EE.UU., presentándose como protector de los países afectados y utiliza esos agravios para aumentar su influencia. Los países no se sienten nada cómodos. Por un lado desconfían de una China cada vez más beligerante y que va por la vía de los hechos consumados en las aguas en disputa; pero por otro lado, temen que la cruzada anti-China de EE.UU. acabe por incendiar la zona, y se tienen, además, dudas del compromiso de Washington a largo plazo pues se recuerda que años atrás se salió en el último minuto del Acuerdo Comercial Transpacífico, en el que confiaban los gobiernos para vadear la crisis económica y ahora se le echa en cara también la salida de tropas de Afganistán porque aumentará la amenaza terrorista en toda la zona”

El usuario Diógenes comentó sobre declaración de EE.UU. de enfocarse contra China, tras la salida de Afganistán, señalando que China desestimó esa amenaza.

Pérez Pirela acoto: “China es un gigante serio, que sabe hacia dónde va, mientras EE.UU. es un poderoso desesperado por perder paulatinamente su poder”.

EE.UU. usa a Taiwán para provocar a China

La última semana, las tensiones entre China y su provincia separatista, Taiwán, subieron a niveles no registrados desde hace al menos cuatro décadas. 

El detonante, según Taipei, habría sido un importante despliegue militar por parte de Beijing en las costas próximas a la isla. El ministro de Defensa de Taiwán dijo que las tensiones actuales fueron las peores en 40 años y advirtió que Beijing tendría la capacidad para invadir la isla a gran escala en 2025. En los últimos días, un número récord de aviones de combate chinos sobrevolaron la zona de defensa área taiwanesa”.

Joe Biden agudizó la agitación con una de sus confusas declaraciones. Afirmó que conversó con Xi Jinping sobre el respeto al “acuerdo en torno a Taiwán”. Biden parecía  referirse a la política de “una sola China”, de acuerdo a la cual, Washington mantiene relaciones diplomáticas con Beijing, no con Taipei, a la espera de que el futuro de Taiwán sea determinado por medios pacíficos.

 Biden dijo en rueda de prensa que su país haría cumplir un inexistente «acuerdo de Taiwán», lo que fue interpretado como una amenaza directa de intervención militar como las que realiza la OTAN. El desatino fue aclarado rápidamente por portavoces de la Casa Blanca.  

El enredo fue explicado por dos periodistas de RT: Biden habló de un acuerdo que no existe, pues la intervención militar de la OTAN está planteada respecto a otros países de la región, como Corea del Sur y Japón, pero no respecto a Taiwán.

Una vieja disputa

Los conflictos entre Beijing y su provincia «rebelde» datan desde el establecimiento de la República Popular China en 1949 e inicialmente estuvieron atizados por el respaldo que occidente brindó al gobierno nacionalista que se instaló en la isla, tras su derrota frente a las fuerzas comandadas por Mao Zedong. 

Tanto fue así que el asiento de China en el Consejo de Seguridad de la ONU fue usurpado por Taiwán hasta 1971. 

En el presente, la injerencia estadounidense en la zona ha reaparecido. El diario estadounidense The Wall Street Journal reveló el pasado jueves 7 de octubre que desde hace «por lo menos un año», Washington entrenaba «en secreto» a tropas taiwanesas, de cara a una eventual confrontación con China. 

Un titular de LaIguana.TV dice: The Wall Street Journal: hay fuerzas especiales y marines entrenando tropas en Taiwán (+China) 

El medio estadounidense señala, citando a fuentes no identificadas, que el contingente de marines otorgó entrenamiento anfibio y el uso de botes pequeños, mientras que el grupo de operaciones especiales adiestró a las fuerzas terrestres.

Mientras tanto, los ciudadanos de la isla son instruidos para hacer frente a una supuesta invasión desde la China continental que tendría lugar en 2025. 

Un reportaje de DW muestra los preparativos de la población estudiantil.

“El entrenamiento con bayoneta forma parte del entrenamiento en un instituto privado de secundaria. La estudiante Yeh Yu Ching dice tener temor porque la guerra está cerca, en apenas cuatro años, y ella estará unida al Ejército, pero ya no tiene más remedio que afrontarlo”.

Por su parte, el presidente Xi Jinping advirtió el sábado 9 de octubre que la reunificación con Taiwán tendrá lugar. Beijing ofrece a Taipei un régimen especial como el que en su día se implementara en la excolonia británica de Hong Kong: amplia autonomía económica y política, sin que ello socave la integridad territorial del país. 

Asimismo, Xi cuestionó los intentos separatistas del actual gobierno taiwanés, encabezado por la presidenta Tsai Ing-Wen, quien en el pasado era partidaria de la independencia plena de Taiwán y ahora aboga por mantener el ‘status quo’ con el continente. 

En este punto, el  video fue de Nexo Latino y mostró imágenes y parte del discurso de Xi durante la conmemoración del aniversario de la Revolución. “La reunificación pacífica sirve mejor a los intereses de la nación china en su conjunto que incluye a nuestros patriotas de Taiwán. Mantenemos nuestra fórmula de un país, dos sistemas y el principio de una sola China”.

Advirtió que quienes promocionan la independencia de la isla son un grave peligro. “Los que olvidan su herencia traicionan a la patria, no acabarán bien: serán despreciados por el pueblo y condenados por la historia”.

Reiteró que el conflicto con Taiwán es interno de China, por lo que no deben inmiscuirse otros países, aludiendo a EE.UU. que apoya al separatismo y desarrolla lazos diplomáticos y militares con Taiwán. “No toleraremos injerencia, nadie debe subestimar la determinación, la capacidad y la voluntad del pueblo chino para defender su soberanía nacional e integridad territorial. China considera a Taiwán una parte de su territorio por lo que rechaza que tenga lazos diplomáticos formales con un estado soberano”.

Este 10 de octubre, en la celebración del Día Nacional de Taiwán, la presidenta Tsai nuevamente mencionó el ‘status quo’ como situación ideal de las relaciones con China, pero añadió que el país, que no goza de reconocimiento internacional, se reservaba el derecho de reforzar la defensa nacional e invocó el derecho a defenderse ante lo que considera una imposición «unilateral» por parte del gobierno de Xi. 

En un despacho de RT, la presidenta reitera que Taiwán está dispuesta al desarrollo pacífico de la región en ambos lados del estrecho, pero aseguró que harán todo lo posible para evitar imposiciones unilaterales y por eso seguirán reforzando su capacidad de defensa nacional y demostrando su determinación de defenderse de cualquier agresión.  Señaló que “el camino trazado por China no puede ser asumido por Taiwán porque no garantiza libertad ni democracia para los 23 millones de taiwaneses”.

Para complicar la situación, el pasado viernes 8 de octubre, un submarino nuclear estadounidense colisionó en aguas del mar Meridional de China.  Así lo reflejó un titular de LaIguana.TV: Colisión de un submarino nuclear gringo en aguas de China aumenta la tensión (+radiación)

El portavoz de la cancillería china, Zhao Lijian, expresó que su país estaba gravemente preocupado, tras conocerse que el submarino nuclear estadounidense USS Connecticut golpeó «un objeto desconocido en el mar de la China Meridional» mientras navegaba por aguas del Indo-Pacífico, un incidente que dejó al menos 11 marineros heridos.

 El vocero acusó a Estados Unidos de actuar de manera «irresponsable» y «no transparente», al ocultar información para tratar de encubrir el incidente, que se produjo el 2 de octubre. 

Estados Unidos es el otro actor de peso en esta historia. El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, afirmó que en Washington estaban «profundamente preocupados» por los movimientos de China en el estrecho de Taiwán, pues en su criterio «socavan la paz». 

Sin embargo, el país no dejó de reconocer que realiza acciones concretas para detener el avance chino en la región, incluyendo la preparación de documentos para «preservar la seguridad marítima» en el mundo.   

 Para el analista y profesor universitario Alfredo Jalife-Rahme, esta nueva era de conflictividad entre China y Estados Unidos fue alentada por el exsecretario de estado, Mike Pompeo y reimpulsada por la administración Biden, con estrategias como el Aukus. 

Jalife señala que para China, Taiwán es un asunto meramente interno que EE.UU ha escalado sobre todo con Pompeo, que primero fue director de la CIA y luego secretario de Estado. Ahora Biden parece continuar esa política, e  incluso llevarla más lejos del Cuadrilátero planteado por Trump (India, Japón, Australia y EE.UU.) con el reciente pacto de defensa con el famoso Aukus.

Sin embargo, algunos expertos consideran que Washington podría sufrir un grave revés si optara por agredir militarmente a China en el contexto de una guerra por Taiwán, pues Beijing atacaría sus bases militares y portaaviones e inutilizaría sus comunicaciones. 

Otro titular de LaIguana.TV reza: ¿Podrá EE.UU. hacer una guerra con China usando a Taiwán? (+portaviones)

 Según reseña Hispantv citando al portal estadounidense The National Interest, las fuerzas estadounidenses no solamente tendrían altas probabilidades de ser derrotadas en una guerra con China sino que aun obteniendo una victoria táctica, podrían cargar con «una devastadora pérdida estratégica».

El portal basa su proyección en los resultados de los juegos más recientes de guerra conjuntos desarrollados entre el Pentágono y una contratista cercana, en los que se simula un enfrentamiento militar entre las dos potencias.

Un analista consultado por el medio estadounidense sostuvo que si el gobierno de Xi Jinping se empeña en tomar el control de la isla, podría lograr su objetivo «en un período de tiempo finito, medido en días o semanas».

 Además, el experto indicó que si la Casa Blanca decide intervenir, el gigante asiático atacará, además de sus bases y portaaviones en la región, sensores y enlaces de comunicaciones en el espacio. 

“Yo no creo que EE.UU. quiera ir a un conflicto bélico con China, y si ocurriera, estaríamos ante una Guerra Mundial -respondió el presentador- . EE.UU. no pudo con Siria ni con los talibanes, que no son ni siquiera un ejército. EE.UU. no gana guerras sino cuando obliga a los pueblos a desarmarse y entonces los atacan. Es un gobierno de cobardes. ¿Creen ustedes que podía con China?”.

Miércoles de jazz

El programa marcó el retorno, luego de varios meses, del maestro Manuel Barrios con su saxofón y sus disertaciones sobre jazz y música en general.

“Estoy trabajando en la producción de un álbum de música original, una idea que avanza en el teatro Alameda de San Agustín del Sur, en el proyecto Afro Jazz, dedicado a la interpretación de composiciones propias”, relató.

El álbum será grabado con nueve músicos: el trompetista Alain Henriot y los saxos de Carlos Gracia y el propio Barrios. Participan tres percusionistas de la misma parroquia musical de Caracas (Juan Carlos Betancourt, Richard Parada y Felipe Blanco) y en la armonía estarán tres jóvenes muy talentosos de Unearte, Daniel García (ya graduado)  Wilfred Caldera y Andrés Escalona.

La propuesta de Afro Jazz fue producto del retorno del maestro a San Agustín, con sus amigos y a sus orígenes, que lo llevó a buscar un formato más poderoso e incluyente, sobre todo con los percusionistas de la parroquia. “Ahora mismo estamos de duelo porque partió uno de los mejores bongoseros, Óscar Escobar, con quien estaba trabajando en la Orquesta Latinocaribeña de Venezuela y la salsa en general también está de duelo porque también falleció el gran Larry Machado, el papa de ‘Coquito’, un maravilloso sonero que cantó con La Crítica y otras grandes orquestas”.

Afro Jazz significa una conexión con el origen afrovenezolano de este tipo de música. “Tengo ritmos del Sur del Lago, una gaita de tambora, un calipso y otras composiciones con nuevos arreglos adaptados al nuevo formato”, explicó.

También está trabajando en dos álbumes que estarán disponibles en la plataforma Spotify, lo que demuestra que 2021 ha sido uno de los años más productivos de la vida de este músico y profesor universitario. Paradójicamente, las restricciones de movilidad de la pandemia le han permitido concentrarse en alguno de estos proyectos, pues los conciertos y otras presentaciones consumen bastante tiempo.

Barrios se presentó con una interpretación a capela y con muchas improvisaciones del tema Pablo Pueblo, de Rubén Blades que, según confesó, decidió realizar mientras presenciaba la parte geopolítica del programa.

Hablaron acerca de la improvisación. Citando a su maestro, docente de Unearte, Freddy Sánchez, Barrios dijo que el ejercicio de la improvisación es cotidiano de todos los seres humanos. “La diferencia la hace la experiencia, que es fundamental para la improvisación. Es una toma de decisiones constantes y en tiempo real. Por eso es clave ver a los grandes maestros improvisando”.

Posteriormente presentó el tema Luna de Margarita, permitiendo a la audiencia identificarlo mientras lo interpretaba.

Como bonus track, ofreció algunos acordes del clásico Cómo fue, interpretado en su tiempo por Benny Moré y muchos otros grandes artistas.

(LaIguana.TV)