Luego de la captura en Colombia de Darío Úsuga, alias «Otoniel», jefe del narcotráfico el pasado sábado, se conoció que el seguimiento a su esposa y las hermanas de esta, a quienes el capo mandó a operar para que se parecieran físicamente, fueron pieza clave para dar con su escondite.

Blanca Madrid, alias la «Flaca» y esposa de Úsuga, inició encargándose de operaciones de lavado de dinero producto de las actividades ilícitas y en poco tiempo se convirtió en la jefa de operaciones. Luego sumó al clan a sus hermanas María, Sandra y Martha, quienes se sometieron a cirugías estéticas ordenadas por alias «Otoniel».

Las hermanas vivían una vida llena de lujos en Medellín, por lo que fueron fácilmente seguidas y monitoreadas por las autoridades encubiertas en gimnasios, salones de belleza y spas. Gracias al seguimiento, los funcionarios determinaron los movimientos de Úsuga, quien realizaba encuentros con las hermanas Madrid y sostenía amoríos con ellas.

En estas pesquisas, los funcionarios descubrieron que Blanca Madrid comenzó a lavar dinero construyendo iglesias evangélicas en poblaciones de Urabá. En la operación estaba involucrado un pastor dominicano llamado Jorge Cedeño, muy conocido en su país.

Blanca y Martha, alias la «Jefa», eran las encargadas del lavado de dinero con la organización religiosa. entre las dos convencieron a alias «Otoniel» de entregar diezmos de 50 y 120 millones de pesos mensuales a los dos pastores, para que rezaran para que siguiera libre.

Esta investigación llevó a descubrir también una red de prostitución donde se ofrecían catálogos de damas de compañía por páginas de internet. En 2015 fueron capturadas cuatro personas relacionadas con estas actividades, entre ellas, Martha Madrid y su secretaria.

(LaIguana.TV)

Otoniel pagó las cirugías para que su esposa Blanca Madrid (izquierda) y sus hermanas (arriba) tengan un impresionante parecido físico. La mujer del capo y su cuñada Martha (camiseta roja) fueron detenidas, señaladas de lavar dinero por medio de iglesias cristianas.