Un ciudadano estadounidense de origen paquistaní, detenido por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) tras los atentados del 11 de septiembre, compareció el jueves ante el tribunal militar para relatar detalladamente su experiencia en los centros de detención estadounidense, en particular, Guantánamo, según informa la agencia local de noticias The Associated Press (AP).

Fue la primera vez que un exprisionero en la base estadounidense en Cuba, habló sobre las violentas y crueles programas de interrogatorios que los agentes norteamericanos usaban para extraer información y confesiones de sospechosos.

Mayid Jan, de 41 años, fue residente de los suburbios de la ciudad estadounidense de Baltimore, en Maryland, quien se convirtió en mensajero del grupo terrorista Al-Qaeda. Jan explicó cómo fue golpeado y sometido a torturas y abusos físicos y sexuales en los “lugares negros” mientras le presionaban para obtener información.

El hombre reveló que repetidas veces le colgaron desnudo de techo y le rociaban agua helada para imposibilitarle el sueño. Además, contó que fue castigado con hambruna y enemas forzados.

 “Les rogaba que se detuvieran y les juraba que no sabía nada”, afirmó Jan asegurando que, si supiera algo, “lo habría contado ya”.

Un informe del Comité de Inteligencia del Senado de EEUU, publicado en 2014, también detalla parte del trato que recibió Jan, acusando a la CIA de infligir dolor y sufrimiento a los prisioneros relacionados con Al-Qaeda, más allá de los límites legales.

La tortura es una práctica bien extendida y arraigada entre los agentes estadounidenses, pues las autoridades de este país no solo no lo reprueban, sino que lo aplauden promocionando la carrera de los funcionarios implicados en estas violaciones de derechos humanos.

(HispanTV)