La Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (Attt) exhortó a todos los gremios, sindicatos y conductores del sector a un análisis con sus representantes, Presidencia, Secretaría Nacional de Energía, ministerios de Economía y Finanzas, Gobierno y Comercio e Industrias, además de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia.

Un comunicado de la institución reconoció “el impacto negativo que produce en la economía nacional el incremento de los precios del combustible” y propuso encontrar “soluciones en una mesa de diálogo”.

Esta nación amaneció el viernes pasado con las más elevadas tarifas de los combustibles en el quinquenio: gasolina de 95 octanos a un dólar el litro, 97 centavos la de 91 y el diésel a 87 céntimos, por lo que conductores y propietarios de vehículos pidieron la intervención urgente del Gobierno.

Panamá depende del mercado de Estados Unidos, proveedor de los carburantes que se consumen en el Istmo, y el Gobierno de aquella nación enfrenta también presiones de los consumidores para que controle el alza local.

Los panameños recuerdan los embates de los precios récord del hidrocarburo, cuando las tarifas para la de 95 alcanzaron 1.236 dólares entre el 21 de abril y el 4 de mayo de 2012, y el diésel 1.078 en la quincena del 22 de febrero al 8 de marzo de 2013.

El viernes pasado, las cotizaciones del crudo subieron después que los productores de la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados) rechazaron un llamado de Estados Unidos para aumentar la oferta y “enfriar” el mercado, por lo que continuaron sus planes de un aumento gradual de la producción.

Según reportes de prensa, el bloque acordó incrementar el suministro de petróleo en 400 mil barriles por día a partir de diciembre venidero, para recuperar los niveles de extracción previos al inicio de la pandemia de Covid-19, decisión que mantuvo la tendencia alcista en los mercados especulativos.

Al cierre de la semana anterior, el crudo West Texas Intermediate (WTI) cayó ligeramente en la bolsa de Nueva York, con 81,17 dólares el barril (entrega diciembre 2021) y el Brent alcanzó en Europa los 82,39 dólares (entrega enero 2022), el primer retroceso semanal de ambos en los últimos dos meses.

“El enfoque (de la OPEP+) cambiará ahora si Estados Unidos y otros países optan por liberar petróleo de sus reservas estratégicas”, aseguró el experto del banco suizo UBS, Giovanni Staunovo, quien aclaró que tal decisión generaría descensos en los precios, pero solo pueden actuar sobre interrupciones temporales de la producción.

Los inventarios de crudo en Estados Unidos subieron en 3,3 millones de barriles en la semana que cerró el pasado 29 de octubre y completó 434,1 millones de barriles, seis por ciento menos que la media del último quinquenio en esta época del año, aseveró la estadounidense Administración de Información de Energía.