El presidente peruano, Pedro Castillo, declaró su intención de vender el avión presidencial para destinar esos recursos en salud y educación. Similares planteamientos han propuestos distintos mandatarios de la región, con suerte dispar.

«Venderemos el avión presidencial, recursos que serán utilizados en la salud y en la educación de niños y niñas del Perú», expresó el presidente Castillo a medios de prensa en la ciudad peruana de Ayacucho, donde expuso las acciones realizadas en sus primeros 100 días de gobierno.

No es la primera vez que un presidente del Perú o sus homólogos latinoamericanos han suscitado el cuestionamiento sobre la utilidad —principalmente económica— de contar con un avión presidencial.

El expresidente Alan García (1985-1990, 2006-2011) ya había manifestado su intención de vender el avión presidencial peruano, adquirido por un total de 25 millones de dólares en 1995 durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000).

El pedido del expresidente García quedó sin efecto en 2008 y desde entonces el avión permanece en las filas de la Fuerza Aérea peruana y ha sido utilizado incluso para emergencias y traslado de personal y material médico durante la pandemia por COVID-19.

Aviones presidenciales en la región

Distintos mandatarios latinoamericanos han recorrido la senda de Castillo, al menos en los anuncios, sobre la necesidad de deshacerse de los aviones presidenciales, debido al derroche económico que estos significan.

En 2015, el expresidente de México Enrique Peña Nieto (2012-2018) encargó a una consultora la venta de la aeronave presidencial, llamada José María Morelos y Pavón, adquirida durante la administración de Felipe Calderón (2006-2012). La venta finalmente no prosperó.

A pocos días del inicio de su gestión, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, expresó la necesidad de vender el avión y el helicóptero presidencial que «usaron los políticos corruptos».

El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, autorizó la venta del avión presidencial del Ecuador Legacy EMB-135 BJ, adquirido durante la administración de Rafael Correa (2007-2017), que tuvo intentos previos de venta durante el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021).

Distintos gobiernos argentinos han pretendido vender el avión Tango 01 de la Fuerza Aérea argentina, adquirido durante la administración Menem (1989-1999), para «evitar escalas y paradas técnicas».

Uno de los casos más emblemáticos en la materia es el de Uruguay. El actual primer mandatario, Luis Lacalle Pou, esgrimió los mismos argumentos de «ahorro y austeridad» que varios de sus colegas de la región para poner a la venta el avión presidencial adquirido por el expresidente Tabaré Vásquez (2005-2010, 2015-2020) en 2018 por un millón de dólares.

Logró su cometido en su primer año a la cabeza del Estado uruguayo, pero sin embargo, fue criticado por lo alejado del concepto de buen negocio al vender el avión Hawker en 180.000 dólares, menos de un cuarto del valor de transacción de la aeronave dos años atrás.

(Sputniknews)