Entre la noche y la madrugada del 17 y 18 de noviembre podrán ser visibles las Leónidas, una lluvia de meteoritos que se presenta cada año, en diferentes puntos de América Latina.

Las Leónidas son bólidos espaciales de color brillante que pueden presentar diferentes intensidades de color, además de que viajan a 71 kilómetros por segundo, algunos de los más rápidos del espacio exterior, según información de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

Llamados Leónidas por su ubicación cercana a la visión terrestre de la constelación de Leo, estos meteoritos son más fáciles de percibir hacia la medianoche del punto local de avistamiento, de acuerdo con la agencia estadounidense.

La lluvia de meteoritos asciende a tormenta cuando son miles los que entran por segundo a la atmósfera terrestre. La última ocurrió en 2002.

Algunas recomendaciones de la NASA para avistarlas son:

-Buscar un área sin demasiada iluminación de la ciudad.

-Defenderse de la proximidad del frío invernal con una bolsa de dormir o alguna colcha.

-Apuntar la punta de los pies y recostarse bocarriba en el suelo.

Tras media hora en la noche, los ojos se adaptarán a la oscuridad, por lo que comenzará el avistamiento de meteoritos.

-El espectáculo de la lluvia de meteoritos dura hasta el amanecer, por lo que hay suficiente tiempo de encontrar alguna de las Leónidas.

«Los meteoritos provienen de partículas abandonadas de cometas y fragmentos de asteroides destruidos», explica la NASA.

«Cuando los cometas giran alrededor del sol, el polvo que emiten gradualmente se esparce en una cola polvosa alrededor de sus órbitas. Cada año la Tierra atraviesa las estelas de estos restos, lo que permite a los fragmentos colisionar con nuestra atmosfera, donde se desintegran hasta crear fúricos y coloridos rayos en el cielo», abunda la agencia astronómica.

Las piezas en interacción para crear las Leónidas provienen del cometa 55P/Tempel-Tuttle, que necesita 33 años para dar una vuelta alrededor del sol. Esta entidad espacial tiene un núcleo de 3,6 kilómetros de diámetro.

Sin embargo, para avistar Leónidas no solo hay que perfilar la mirada hacia la constelación de Leo. Inclusive, alejar la perspectiva del radiante permite avistar estos fragmentos espaciales en un viaje más prolongado y espectacular para la perspectiva humana.

(Sputnik)