Irán considera como un “acto de desesperación” los nuevos embargos anunciados por Estados Unidos contra seis ciudadanos y una entidad iraníes.

“La República Islámica ve como ilegítimo y un acto de desesperación los intentos de Estados Unidos por imponer nuevas sanciones a Irán y cree que son la continuación de la derrotada política de máxima presión de [el expresidente estadounidense Donald] Trump”, ha dicho este viernes el portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade.

El diplomático persa ha condenado los embargos anunciados el jueves por el Departamento del Tesoro de EEUU que acusa a los ciudadanos y la entidad iraníes sancionados de supuestamente tratar de intervenir en los comicios presidenciales de 2020, a través de una operación informática con el objetivo de “socavar la confianza” en el sistema electoral estadounidense.

Jatibzade ha tildado de “infundada” la acusación del Tesoro y ha aseverado que es un intento desesperado por parte de un país que, por sí mismo, “tiene un historial de interferencia en los asuntos internos de varias otras naciones”, y está destinado a “manipular la opinión pública estadounidense”.

Irán ha rechazado una y otra vez las acusaciones de EEUU que vinculan a la República Islámica con intentos de inmiscuirse en los comicios 2020, en los que el demócrata Joe Biden venció a su rival republicano Donald Trump.

Durante esos comicios, las autoridades iraníes dejaron muy claro que, para Teherán, no importaba quién entre en la Casa Blanca, fuese Trump o Biden.

Los nuevos embargos se imponen a pocos días de la reanudación de la séptima ronda de las conversaciones en Viena (Austria) entre Irán y el Grupo 4+1 (el Reino Unido, Francia, China y Rusia, más Alemania), a fin de revivir el acuerdo nuclear de 2015, que pende de un hilo tras la salida unilateral de EEUU hace tres años.

Después de abandonar el acuerdo nuclear, de nombre oficial Plan integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), Estados Unidos reimpuso todos los embargos que se habían levantado en virtud del pacto firmado en 2015, e impulsó una campaña de “máxima presión” para obligar a Teherán a sentarse a la mesa de diálogo y forjar uno nuevo.

A pesar de que la Administración de Biden habla de su intención de regresar al PIAC, sigue con la política de “máxima presión”, enviando así el mensaje de que no es para nada confiable, según denuncia Teherán.

El Gobierno iraní al rechazar cualquier concesión más allá del marco del pacto, ha aseverado que las próximas negociaciones —previstas para el 29 de noviembre— no abarcan temas nucleares, sino el levantamiento de las sanciones ilegales impuestas al país persa.

(Sputnik)