El Occidente ejerce más presión sobre Bielorrusia con sanciones a ciudadanos y entidades, instrumentalizando derechos humanos, y apoyo al “tráfico de migrantes”.

“Hoy, en respuesta a los continuos ataques contra los derechos humanos y las libertades fundamentales en Bielorrusia, el desprecio de las normas internacionales y los repetidos actos de represión, hemos vuelto a tomar medidas coordinadas de sanciones contra determinadas personas y entidades”, han indicado este jueves Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y la Unión Europea (UE), en un comunicado conjunto.

En concreto, han impuesto sanciones a altos funcionarios de Seguridad y Justicia de Bielorrusia, entre ellos destacadas figuras de los medios de comunicación, un hijo del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, empresas relacionadas con la Defensa y un importante exportador de fertilizantes.

Asimismo, han exigido a Minsk detener de inmediato y por completo “su orquestación de la migración irregular” a través de sus fronteras con el bloque comunitario.

En este sentido, el Departamento del Tesoro estadounidense ha restringido esta misma jornada la negociación de la deuda soberana bielorrusa por entidades de EEUU.

Además, ha cursado restricciones a 20 personas y 12 entidades, e identificando tres aviones, los que, según ha alegado en un texto, han permitido “el tráfico de migrantes” del Gobierno hacia la UE y han participado en la actual represión de los derechos humanos y la democracia.

Las tensiones entre el Occidente y Minsk han intensificado por el creciente flujo migratorio de bielorrusos que se dirigen a las fronteras con el bloque comunitario.

Desde el Occidente acusan a Bielorrusia de impulsar esta crisis con fines políticos, mientras que pone en peligro la vida de miles de personas que se encuentran en pésimas condiciones en la frontera bielorrusa-polaca con la esperanza de entrar en Europa.

No obstante, las autoridades bielorrusas han rechazado una y otra vez tales acusaciones y denunciado el despliegue militar polaco cerca de sus fronteras y la obstaculización de migrantes, usando incluso “violencia física”, “gases” y “disparando por encima de sus cabezas”.

El jefe de Estado bielorruso aseveró el 9 de noviembre que “¿luchar hoy contra los migrantes con los [tanques de] Leopard? Disculpe. Somos militares, entendemos lo que es hoy librar la guerra con esta gente desafortunada en la frontera de Polonia, por ejemplo, con Bielorrusia, y enviar tanques. Evidentemente, se trata de un entrenamiento o un chantaje”.

(HispanTV)