Las elecciones presidenciales chilenas, en su segunda vuelta, son una encrucijada histórica para ese país y para toda la región y los pueblos del mundo. Los votantes deberán decantarse entre seguir con el camino de cambios -que marcaron las protestas iniciadas en 2019 y que derivaron en la elección de la Constituyente- o retornar al pinochetismo. 

El dilema quedó plasmado en el programa Desde Donde Sea, del filósofo y comunicador político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela, que fue dedicado a analizar el momento crucial que vive Chile, a pocas horas de las elecciones. 

“En Chile está que arde la temperatura política. Chile es una herida abierta en Latinoamérica, representa la amenaza siempre latente del golpe de Estado contra los gobiernos de avanzada como lo fue el de Salvador Allende en los años 70. En esa conspiración participaron el presidente de Estados Unidos de entonces, su secretario de Estado, la CIA y trasnacionales como la Pepsicola y la Chevrolet –rememoró-. Pinochet acabó con una de las democracias más pujantes del continente, un derrocamiento que terminó con la muerte de Allende. A los pocos días muere también Pablo Neruda. Artistas como Víctor Jara fueron asesinados y torturados. A partir de entonces, junto con el Plan Cóndor, se forjaron arduas dictaduras todas teleguiadas desde Washington y desde la Escuela de las Américas, forja de torturadores y represores para las fuerzas armadas latinoamericanas, en muchos casos prusianas y elitescas, de países como Chile, Argentina, Uruguay y Brasil”. 

Prosiguiendo con el contexto histórico, señaló que luego de 17 años de dictadura, “la transición chilena a la democracia no fue tal porque el espíritu, el poder económico, político, cultural y constitucional de Chile ha seguido siendo pinochetista, desgraciadamente, y a lo sumo han logrado avanzar hacia gobiernos de centroizquierda, como los de la señora Bachelet, pero con poco margen de maniobra por la Carta Magna ha seguido siendo la que se hizo a imagen y semejanza del dictador. Varias generaciones han venido pasando y el silencio histórico ha sido la característica fundamental de Chile. Los chilenos en general no conocen la historia verdadera, pues la educación privatizada ha pintado a Pinochet como un héroe nacional que salvó al país de un supuesto comunismo. No se habla de los desaparecidos, exiliados y torturados. Se impuso en Chile un modelo educativo y de memoria basado en Pinochet”.  

Destacó que en los últimos años ha surgido la protesta de densos sectores sociales, reprimida con métodos pinochetistas por los Carabineros, con jóvenes tirados desde puentes, otros que han perdido la vista por disparos de balas de goma hechos adrede directo al rostro. “El mito que nos vendieron de la economía y la democracia ejemplar chilena, se ha caído a pedazos. Es una democracia débil, con una fuerza armada de castas y de élites, mientras la mayoría sigue sin acceso a la educación, sin garantías sociales y sin una Constitución que realmente cierre el capítulo de Pinochet”. 

“Es necesario este contexto para entender lo que se está jugando en Chile en estas elecciones, que marcan el final de los partidos políticos tradicionales que subsiguieron a la dictadura de Pinochet, con la emergencia de nuevos actores que no son revolucionarios o de avanzada, pero al menos representan una centroizquierda que podría ayudar a pasar la página del pinochetistmo”, dijo. 

La introducción del tema finalizó con una caricatura de Iván Lira, en la que la figura central dice: “En Chile la democracia obtuvo una victoria, ahora tenemos que propinarle una derrota”. 

Los datos

El próximo 19 de diciembre, los chilenos concurrirán a las urnas para elegir en segunda vuelta al sucesor de Sebastián Piñera en medio de un escenario altamente polarizado.  

Los dos candidatos de esta segunda vuelta representan opciones tan distintas como el cielo y la tierra. Son Gabriel Boric, postulado por la coalición de izquierda Apruebo Dignidad y el conservador José Antonio Kast, abanderado del derechista Frente Socialcristiano.  

Boric, abogado de 35 años, inició su carrera política dentro del movimiento universitario chileno y fue electo diputado por primera vez en 2013 por la región de Magallanes, en la zona más austral del país, de donde es oriundo.  

En julio de 2021, aún en ejercicio de su cargo, resultó ganador de las primarias presidenciales de la izquierda, lo que le valió la postulación por la coalición Apruebo Dignidad, en la que convergen partidos y movimientos sociales que impulsaron la Constituyente, que es otro de los factores decisivos para entender lo que está pasando en Chile. 

En contraste, José Antonio Kast, también abogado, tiene 55 años y desciende de alemanes. Fue un militante de larga data de la Unión Demócrata Independiente, una organización política de ultraderecha cuyas filas abandonó para formar el Partido Republicano.  

Es un personaje conocido por reivindicar públicamente la dictadura de Augusto Pinochet, por ser un activista ultracatólico y por manifestarse admirador de personajes como Jair Bolsonaro y Donald Trump, a lo que se suma el hecho de que su padre, Michael Kast, fue militante del partido nazi, aunque el abanderado lo niega.  

La nota de LaIguana.TV al respecto se titula: El padre del candidato chileno, Michael Kast, sí estuvo afiliado a los nazis, según investigación. 

El texto indica que el periodista de investigación Mauricio Weibel dejó en evidencia la mentira de Kast, al publicar en sus redes sociales fotografías de documentos que reposan en el Archivo Federal de Alemania y que demuestran que Michael Kast, padre de José Antonio Kast, había pertenecido al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP).  

“Ustedes me dirán que una cosa es el padre y otra el hijo, pero sabiendo de sus simpatías políticas por Trump y Bolsonaro, parece evidente que pertenecen a las mismas tendencias, lo que abona a la preocupación de la sociedad chilena”, acotó Pérez Pirela. 

Mostró las fotografías de los documentos obtenidos por el periodista Weibel y citó sus palabras en un programa de la televisión chilena: «O no tenía idea de su historia familiar o sabía del pasado nazi de su padre y prefirió esconder la verdad cuando se le preguntó».   

Primera vuelta cerrada, balotaje incierto 

En la primera vuelta, que se celebró el pasado 21 de noviembre, ninguno de los dos acumuló más del 30% de los sufragios, pero Kast partió con ventaja para competir en el balotaje.  

El periodista franco-español Ignacio Ramonet opinó el día de la primera vuelta que era un mal signo que Katz, identificado con la extrema derecha pinochetista y el conservadurismo más radical, liderara esa votación.  

En su criterio, esto es particularmente preocupante en lo que corresponde a la concreción de los cambios estructurales que anhela la sociedad chilena y que Boric garantizaría en mayor medida, si arribara a La Moneda.  

“No es cualquier elección. Un triunfo de la extrema derecha truncaría el camino constitucional en la ruta de los cambios y ataría de nuevo a Chile al pinochetismo”, sentenció Pérez Pirela. 

Presentó un video de Telesur con declaraciones de Ramonet, quien afirma que los resultados sorprenden porque “no creíamos que Kast se encontrara a la cabeza, pues representa una visión muy retrógrada, neopinochetista, nostálgica de la dictadura y de su Constitución, que ha sido rechazada por 80% de la población. Aunque Boric ha reducido la diferencia, si sumamos todas las fuerzas conservadoras, la segunda vuelta va a ser difícil. Si el país quiere estar a la altura de lo que fue la protesta de 2019, se gran rechazo del modelo neoliberal, ese reclamo de unas pensiones dignas, de una escuela de calidad y gratuita, de una salud gratuita (en especial luego del desastre de la covid), es evidente que Boric representa mucho más que Kast las esperanzas de la ciudadanía”. 

Al conocer de su victoria, Kast ofreció un discurso ante sus seguidores donde se presentó como la única alternativa capaz de poner «fin al terrorismo» y a otros flagelos, al tiempo que acusó a su rival de pretender liberar –junto al Partido Comunista– a los manifestantes encarcelados en el marco de las protestas sociales que azotaron al país, a los que tachó de «vándalos».  

“Es el discurso de la lucha contra el terrorismo en el que los terroristas son los comunistas, los jóvenes que protestan por una nueva Constitución, los estudiantes que claman por una educación gratuita. Considerar terrorista a una parte del pueblo chileno fue acaso la característica más importante del pinochetismo, y es el discurso exacto y milimétrico que avanza este señor Kast”, advirtió el moderador del programa. 

Un reportaje de RT presenta a Kast diciendo que su candidatura es la única que le pondrá fin a la amenaza de los terroristas, los delincuentes y los narcotraficantes, porque Boric quiere indultar a los vándalos. 

Carlos Casanueva, representante del Partido Comunista de Chile en Venezuela, analizó para Telesur las declaraciones del derechista en medio de la polarización, en las que destacó que la confrontación se presentará ante la opinión pública en términos dilemáticos.  

Casanueva precisó que la emergencia de la candidatura de Kast obedece a dos factores: por una parte, el fracaso de la derecha tradicional; y por la otra, la avanzada estadounidense en la región a través de iglesias ultraconservadoras, como sucedió en Brasil con Bolsonaro.  

Ilustró con un video Telesur sobre el escenario altamente polarizado para la segunda vuelta electoral en Chile. El analista Casanueva indica que no es un fenómeno nuevo, sino que ha sido cultivado hace varios años desde EE.UU. utilizando a sectores fanáticos de la iglesia católica, que cumplen en Chile un rol similar al que han desarrollado otras ramas de la religión cristiana en el continente. 

De su parte, Boric enfiló su discurso hacia aquellos sectores de las izquierdas chilenas a los que su candidatura no logró convencer en primera instancia. Además, prometió desplegarse intensamente por el país, para evitar que «el miedo» –como califica a la propuesta de su rival–, se imponga.  

Presentó imágenes de un discurso de Boric en el que contrapone la esperanza, el diálogo y la unidad a la amenaza del miedo. 

Tras la primera vuelta, analistas como Pablo Jofre advertían que el margen relativamente estrecho que separó a los candidatos, así como la fragmentación política existente en Chile, obligarían a Kast y a Boric a esforzarse en el terreno y a movilizar votantes.  

Un análisis de LaIguana.TV habla de un Chile dividido en el que Kast y Boric pasaron a la segunda vuelta con menos del 30% cada uno.  

«Es muy difícil pronosticar quién podría triunfar en segunda vuelta porque el abanico político quedó muy fragmentado», dijo Jofre en una entrevista concedida a Prensa Latina. 

Ente este escenario tan polarizado, la decisión recaerá el conglomerado de centro, que inicialmente no se identificó con ninguno de los candidatos. Empero, en términos generales, los analistas consideran que eventualmente la candidatura de Gabriel Boric tiene más posibilidades de sumar votantes, vista la identificación de José Antonio Kast con el pinochetismo y otras formas del fascismo.  

Casanueva, en otro segmento de su entrevista con Telesur, expresó que los sectores del centro, incluyendo algunos partidos de derecha que fueron también reprimidos durante la dictadura y, por eso, saben muy bien lo que representaría un gobierno de Kast. “Tendrán que decidir entre los avances de la democracia y retrotraernos a los peores momentos de la dictadura fascista chilena. Ante esa disyuntiva, el pueblo chileno, sabio y paciente, como diría Alí Primera, tienen que tomar la mejor decisión para el futuro de Chile y del planeta”, aseveró. 

Una campaña breve con candidatos pescando en el centro 

La baja participación –en la primera vuelta solamente sufragó el 47,3% de los electores– y la ausencia de respaldos masivos a las dos candidaturas, ha forzado a los candidatos a emplear las escasas semanas de campaña para convencer a un electorado incrédulo y poco motivado a votar.  

Para ello, los candidatos se han visto obligados a atemperar su discurso. Del lado de Boric destacan la inclusión de temas como la migración, el narcotráfico o la delincuencia que había procurado mantener en segundo plano; y del de Kast, dar marcha atrás a declaraciones polémicas, como la puesta en cuestión del voto femenino.  

“Sí, aunque ustedes no lo crean, este señor ha hablado de la posibilidad de volver a los tiempos en los que las mujeres no tenían derecho al voto. Así de retrógrado es”, enfatizó Pérez Pirela. 

Al aproximarse la fecha de los comicios y como suele suceder en escenarios polarizados, diversas personalidades del mundo político y del espectáculo han manifestado su respaldo público a una u otra candidatura.  

Así, por ejemplo, el político ultraderechista fascista venezolano Leopoldo López viajó a Chile la semana anterior para dar un espaldarazo a José Antonio Kast y cuestionar el proceso constituyente que se adelanta en ese país, pero fue recibido con hostilidad por el pueblo chileno.  

Un titular de LaIguana.TV recogió lo ocurrido: «Asesino, ¿qué haces aquí?»: a huevazos recibieron a Leopoldo López en Chile. 

El cuerpo de la noticia precisa que a su arribo a Santiago el pasado 7 de diciembre, López fue confrontado por un grupo de personas que le gritaron «asesino» y otras imprecaciones. Inclusive, un hombre le lanzó un huevo.  

El incidente, aunque no pasó a mayores, ameritó la intervención del cuerpo de Carabineros, que se interpusieron entre el prófugo de la justicia venezolana y la gente.  

Presentó el video del incidente, frente al cual López reaccionó verbalmente contra los manifestantes. “Estos fascistas se permiten insultar al pueblo en suelo chileno”, comentó el presentador. 

Del lado de Gabriel Boric, este martes, la expresidenta chilena Michelle Bachelet anunció que le respaldará en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, un gran espaldarazo. 

En un video difundido a través del canal de su fundación, Horizonte Ciudadano, la actual alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, subrayó el carácter definitorio de las elecciones del próximo domingo para el futuro de su país y aseguró que Boric representaba mejor los anhelos de más democracia, más progreso y más libertad.  

“Lo que este domingo próximo se va a definir es fundamental. Nadie puede quedar indiferente. El presidente que sea electo debe garantizar que el país continúe en una senda de progreso para todos, de mayor libertad, igualdad, respeto a los derechos humanos, desarrollo sostenible y una nueva Constitución. No es lo mismo entonces por cual candidato se vota. Yo por eso voy a votar por Gabriel Boric y hago un llamado a todos mis compatriotas a que asistan a votar”. 

El actor mexicano Gael García Bernal invitó a los chilenos a manifestar su voluntad en las urnas y recordó que la polarización presente en Chile, también está en otros lugares del mundo. 

Según él, están enfrentados un proyecto político que apuesta al bien común y otro que derivaría en una suerte de «extinción». «Si yo fuera chileno, votaría por Gabriel Boric», sentenció.  

El pasado 13 de diciembre, Kast y Boric se vieron las caras en el último debate televisado antes de las votaciones.  

A ese debate se refirió el titular LaIguana.TV, Último duelo Boric vs. Kast: ¿qué se debatió y quién ganó?   

En la nota se indica que entre los dimes y diretes, el izquierdista echó en cara a Kast su posición antifeminista y contra el respeto a los derechos humanos.  

Además, intercambiaron opiniones sobre los impuestos. Gabriel Boric prometió una redistribución de ingresos más equitativa, a lo que su rival replicó señalando que esas políticas generarían más inflación.  

Al ser increpado por Boric sobre su apoyo a Pinochet, el ultraderechista defendió nuevamente su posición, aunque la deslizó hacia los asuntos económicos, menos escabrosos que su respaldo a la violencia policial.  

En concordancia con la mayoría que otorgan al candidato de la izquierda una ventaja mínima, el debate finalizó sin un claro vencedor, puesto que la mayor parte de las intervenciones se centraron en los ataques personales.  

Un fragmento del debate, recogido por RT, fue el referido a la represión. Boric censuró a Kast por haber respaldado a los carabineros que dejaron ciegos a centenares de manifestantes, mientras el ultraderechista dijo que fueron los militantes de su partido los agredidos con cadenas y palos en una plaza de Santiago. 

Analistas como Marcos Salgado si bien coinciden con aquellos que aseguran que es difícil vaticinar quién se impondrá el domingo, sí estiman que este proceso electoral ha sentenciado el fin de la hegemonía de los partidos que conformaban la concertación y la derecha de Sebastián Piñera, que se alternaron en el poder desde hace más de 15 años.  

Asimismo, Salgado advierte que las diferencias internas entre las derechas están menos marcadas que entre las izquierdas, situación que beneficia a Kast como particularidad y a los sectores conservadores y prodictadura en general, que ven en la Convención Constituyente una amenaza capaz de cambiar los parámetros con los que ha funcionado el país desde hace casi cuatro lustros.  

En ese mismo orden, este analista precisa que es posible que quienes se echaron a las calles en las protestas de 2019 y 2020 pero aún no están convencidos de Boric, acaben decantándose a su favor, al reconocer en José Antonio Kast una traba real para sus anhelos y aspiraciones.  

Si bien Gabriel Boric pertenece a la centroizquierda, su ascenso al poder representaría, al menos parcialmente, un reequilibrio de fuerzas en la región, en la que más de un lustro de gobiernos derechistas ha dado paso a un ascenso de mandatarios de izquierda.  

De concretarse este escenario, Boric gobernaría en paralelo con la recién electa presidenta de Honduras, Xiomara Castro; con Andrés Manuel López Obrador en México, e incluso, si se cumplen las previsiones, con Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y con Gustavo Petro en Colombia, como parte de una corriente entendida como más moderada por esa centroizquierda que ve con malos ojos a los países del ALBA, particularmente Venezuela, Cuba y Bolivia.  

Colombia: el rey de España premia a «la democracia colombiana» 

Aparte de la expectativa de las elecciones chilenas, en el programa fueron tocados otros temas de la actualidad latinoamericana, entre ellos el de la flagrante alcahuetería de la derecha mundial respeto a los desmanes que ocurren a diario en Colombia. 

Como ejemplo, refirió que el pasado 3 de diciembre, el rey Felipe VI de España entregó el World Peace & Liberty Award al presidente colombiano, Iván Duque, por supuestamente ser ejemplo «de democracia y humanidad». 

Este reconocimiento supone una clara omisión a las reiteradas violaciones a los derechos humanos que se suceden en el vecino país, incluso documentadas por la oficina de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.  

Solamente en las protestas convocadas por el paro nacional que se suscitaron entre abril y junio de este año, las cifras gubernamentales reconocen el deceso de 48 personas, la existencia de más de 2.000 heridos, más de 3.000 denuncias de violencia policial relacionadas con violaciones a los derechos humanos y más de un centenar de desaparecidos. 

Pese al tenebroso historial –que no incluye ni las masacres ni los asesinatos sistemáticos de líderes sociales–, el monarca hispano alabó la «firmeza» de Duque y de la «democracia colombiana» frente «a los muchos riesgos a los que ha tenido que hacer frente durante tantos años».  

El video del discurso del monarca –que Pérez Pirela pidió colocar por segunda vez- registra sus loas a la democracia colombiana y a Duque. Para el rey fue un acierto que el congreso de abogados se haya celebrado en Barranquilla, coincidiendo con el 30 aniversario de la Constitución actual neogranadina y con el bicentenario de la Constitución de Cúcuta, la primera de Colombia. 

La premiación se produjo en el marco de la reunión anual del World Law Congress, organizado por la Asociación Internacional de Juristas, que se desarrolló en la costera ciudad de Barranquilla.  

Además de cuestionamientos sobre lo inadecuado del premio, los colombianos la emprendieron contra Duque porque pretendió homenajear a su invitado real con una representación racista y colonialista.  

El titular de LaIguana.TV ilustra la situación así: Como en la colonia: recepción de Duque a Felipe VI en Barranquilla desata indignación.  

En la noticia se explica que un video difundido a través de las redes sociales mostró que el anfitrión dispuso que él y Felipe VI atravesaran un pasillo con mujeres afrodescendientes ataviadas con vestidos blancos a la usanza de las trabajadoras esclavizadas de la época colonial, mientras se dirigían a un almuerzo oficial. 

Esto desató la ira de los colombianos, que tacharon al mandatario de racista y le acusaron de rendir pleitesía al rey de la antigua potencia esclavista colonial, así como de humillar a las mujeres.  

“Fue indignante por decir lo menos”, subrayó Pérez Pirela y presentó un breve video de esta bochornosa escena. 

La representación mediática alrededor de las palabras del rey contrasta fuertemente con la realidad cotidiana en Colombia, donde amén de la criminalización de las protestas sociales y las violaciones regulares de los derechos humanos, los ciudadanos deben lidiar con las masacres y los asesinatos selectivos de líderes sociales.  

Según cifras del Instituto para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) del 14 de diciembre, en lo que va de año se han perpetrado 91 masacres en el territorio colombiano, con lo que ya se iguala la cifra reportada para el año anterior.  

Asimismo, la organización sostiene que los departamentos en los que se han producido más masacres son: Antioquia con 52, Cauca con 46, Valle del Cauca con 45, Nariño con 36 y Caquetá con 20. 

Activistas de derechos humanos advierten que tras las masacres están disputas territoriales entre grupos irregulares armados que han sucedido al paramilitarismo y a guerrillas –especialmente a las extintas FARC– en la ocupación territorial y que operan en alianza con cárteles mexicanos de la droga.  

Un video de Telesur ahonda en este punto al señalar que continúan en ascenso las cifras de masacres y asesinatos a líderes sociales en Colombia A esto se suma el asesinato sistemático de firmantes del acuerdo de paz de 2016. En 2021, Indepaz computa 164 asesinatos selectivos de esta clase, que forman parte de los 1.278 que han sido ultimados desde 2013.  

Nicaragua da un paso adelante y mira hacia China 

Un tercer tema fue el de Nicaragua, pues el pasado 10 de diciembre, el gobierno del presidente Daniel Ortega anunció que rompía relaciones diplomáticas con Taiwán, con la que mantenía nexos desde 1990, cuando la entonces presidenta Violeta Chamorro acercó nuevamente al país a las esferas de influencia de los Estados Unidos.  

Desde Managua alegaron que en adelante se considerará a la isla como parte integral de China, lo que implicó que, casi de inmediato, Beijing anunciara la reanudación de las relaciones diplomáticas en el más alto nivel con el país centroamericano.  

Un reporte de RT capta el momento en que el canciller de Nicaragua, Denis Moncada, declara que la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China, y Taiwán es parte inalienable del territorio chino. “El gobierno de la República de Nicaragua rompe a partir de hoy las relaciones diplomáticas con Taiwán”, puntualizó.  

Este acercamiento geoestratégico sin dudas obedece a múltiples razones, entre las que podría estar el reimpulso del proyecto de construcción de un nuevo canal interoceánico que pondría fin a la hegemonía del Canal de Panamá para la conexión entre el Atlántico y el Pacífico. 

El proyecto, aunque abandonado por razones económicas en 2018, fue aprobado por la Asamblea Nacional de Nicaragua en 2013 y se presentaba como una alternativa que permitiría incrementar el comercio entre América Latina y China, amén de representar un motor de desarrollo para Nicaragua.  

La propuesta no ha estado exenta de polémicas, pues grupos de activistas medioambientales aseguran que la construcción de una obra de esa envergadura ocasionaría importantes daños ecológicos.  

Sin restar razón a este argumento, muchos de los que se oponían a la obra, en realidad defendían los intereses del Canal de Panamá y llamaban a cerrar filas contra la expansión de China en la región. “Habrá que esperar para ver si esta fue una de las razones que motivó a las autoridades de Nicaragua a acercarse al gobierno chino”, comentó el moderador.  

Puso al aire un reportaje de Eduardo Rothe, en el cual explica detalladamente los pasos que dieron China y Nicaragua entre 2013 y 2018, para iniciar el proyecto y luego declararlo cancelado. 

Al cierre de su disertación, Pérez Pirela recordó que el último programa del año 2021 sería una entrevista con el intelectual franco-español Ignacio Ramonet, en la que prometió ahondar en los entretelones de las largas entrevistas que este sostuvo con los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez. 

(LaIguana.TV)