Este próximo 19 de diciembre, los chilenos concurrirán a las urnas para elegir en segunda vuelta al sucesor de Sebastián Piñera en el Palacio de la Moneda, en medio de un escenario altamente polarizado, en el que optarán entre las candidaturas del izquierdista Gabriel Boric, abanderado de la coalición Apruebo Dignidad y José Antonio Kast, del Frente Socialcristiano.  

En los comicios se juega algo más que la primera magistratura: la posibilidad de concretar cambios sociopolíticos largamente anhelados, cuyo primer paso fue la elección de una Convención Constituyente, que se encargará de redactar una nueva Carta Magna que reemplace a la sancionada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet.  

Tal fue el tema central sobre el que disertó el filósofo político y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela este 15 de diciembre en su programa Desde Donde Sea, en el que además comentó el terrible saldo de masacres y asesinatos selectivos en Colombia, así como el reinicio de las relaciones diplomáticas entre China y Nicaragua.  

Dos candidatos tan distintos como el cielo y la tierra 

Para entrar en materia, el analista recordó que Chile se convirtió «en una gran herida» desde el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende en 1973, en el que participaron directamente el gobierno estadounidense y trasnacionales, en el marco del llamado Plan Cóndor con el que se establecieron sangrientas dictaduras teledirigidas desde Washington.  

Asimismo, destacó que a pesar de la culminación formal de la dictadura y el advenimiento de una transición hacia la democracia, el aparato del Estado siguió siendo el que impuso y diseñó el pinochetismo, empezando por la propia Constitución.   

Así las cosas, apuntó, incluso gobiernos centristas como los de Michelle Bachelet han tenido un escaso margen de maniobra, al tiempo que varias generaciones han padecido la herencia dictatorial.  

Los jóvenes, en particular, privados de derechos elementales como el acceso a la educación pública o a la protesta pacífica, han acusado cansancio del modelo neoliberal y del pinochetismo, y se han volcado a las calles para exigir cambios estructurales, que comenzaron a cristalizar con la elección de la Comisión Constituyente, que redactará una nueva Constitución.   

De vuelta al presente, el también director de LaIguana.TV precisó que los candidatos son Gabriel Boric, postulado por la coalición de izquierda Apruebo Dignidad  y el derechista José Antonio Kast, abanderado del derechista Frente Socialcristiano.  

En primera instancia, mencionó que Boric, abogado de 35 años, inició su carrera política dentro del movimiento universitario chileno y fue electo diputado por primera vez en 2013 por la región de Magallanes, en la zona más austral del país, de donde es oriundo.  

Relató, asimismo que en julio de 2021, aún en ejercicio de su cargo, resultó ganador de las primarias presidenciales de la izquierda, lo que le valió la postulación por la coalición Apruebo Dignidad, en la que convergen partidos y movimientos sociales que impulsaron la constituyente. 

En contraste, comentó que José Antonio Kast, también abogado, tiene 55 años y desciende de alemanes. Fue un militante de larga data de la Unión Demócrata Independiente, una organización política de ultraderecha cuyas filas abandonó para formar el Partido Republicano.  

Además, destacó que es un personaje conocido por reivindicar públicamente la dictadura de Augusto Pinochet, por ser un activista ultracatólico y por manifestarse admirador de personajes como Jair Bolsonaro y Donald Trump, a lo que se suma el hecho de que su padre, Michael Kast, fue militante del partido nazi, nexo que él negó.  

Para fundamentar su opinión, Indicó que el periodista de investigación Mauricio Weibel dejó en evidencia la mentira de Kast, al publicar en sus redes sociales fotografías de documentos que reposan en el Archivo Federal de Alemania y que demuestran que Michael Kast, padre de José Antonio Kast, había pertenecido al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) y mostró las correspondientes imágenes.   

«O no tenía idea de su historia familiar o sabía del pasado nazi de su padre y prefirió esconder la verdad cuando se le preguntó», citó Pérez Pirela las declaraciones que ofreciera Weibel en un programa de la televisión chilena.   

Primera vuelta cerrada, balotaje incierto 

Para el analista, el panorama electoral en Chile es, a no dudarlo, muy complicado, pues en la primera vuelta, que se celebró el pasado 21 de noviembre, ninguno de los dos acumuló más del 30% de los sufragios, pero Kast partió con ventaja para competir en el balotaje.  

A este respecto, refirió que el periodista francoespañol Ignacio Ramonet opina que es un mal signo que Katz, identificado con la extrema derecha pinochetista y el conservadurismo más radical, liderara la primera vuelta.  

Para Ramonet, destacó, esto es particularmente preocupante en lo que corresponde a la concreción de los cambios estructurales que anhela la sociedad chilena y que Boric garantizaría en mayor medida, si arribara a La Moneda.  

Siguiendo con el análisis de la primera vuelta, comentó que al conocer de su victoria, Kast ofreció un discurso ante sus seguidores donde se presentó como la única alternativa capaz de poner «fin al terrorismo». 

El derechista también acusó a su rival de pretender liberar –junto al Partido Comunista– a los manifestantes encarcelados en el marco de las protestas sociales que azotaron al país, a los que tachó de «vándalos».  

«Considerar como terroristas a una parte del pueblo chileno fue un elemento central del pinochetismo», recordó el comunicador. De ahí que, a su parecer Kast represente una entera amenaza para todo anhelo de cambio.  

A continuación, refirió las declaraciones de Carlos Casanueva, representante del Partido Comunista de Chile en Venezuela, que analizó para teleSUR las declaraciones del derechista en medio de la polarización, en las que destacó que la confrontación se presentará ante la opinión pública en términos dilemáticos.  

Casanueva también precisó que la emergencia de la candidatura de Kast obedece a dos factores: de una parte, el fracaso de la derecha tradicional y de otra, la avanzada estadounidense en la región a través de iglesias ultraconservadoras, como sucedió en Brasil con Jair Bolsonaro, sintetizó el filósofo.  

De su parte, mencionó Boric enfiló su discurso hacia los sectores de las izquierdas chilenas a los que su candidatura no logró convencer en primera instancia. Además, prometió desplegarse intensamente por el país, para evitar que «el miedo» –como califica a la propuesta de su adversario–, se imponga.  

Tras la primera vuelta, analistas como Pablo Jofre advertían que el margen relativamente estrecho que separó a los candidatos, así como la fragmentación política existente en Chile, obligarían a Kast y a Boric a esforzarse en el terreno y a movilizar votantes.  

En este orden, Pérez Pirela citó a Jofré, señalando que «es muy difícil pronosticar quién podría triunfar en segunda vuelta porque el abanico político quedó muy fragmentado». 

En todo caso, para él está claro que ante este escenario tan polarizado, la decisión recaerá el conglomerado de centro, que inicialmente no se identificó con ninguno de los candidatos.  

Empero, precisó que en términos generales, analistas consideran que eventualmente la candidatura de Gabriel Boric tiene más posibilidades de sumar votantes, vista la identificación de José Antonio Kast con el pinochetismo y otras formas del fascismo.  

Una campaña breve con candidatos pescando votos en el centro 

A juicio del comunicador, la baja participación –en la primera vuelta solamente sufragó el 47,3%  de los electores– y la ausencia de respaldos masivos a las dos candidaturas, ha forzado a los candidatos a emplear las escasas semanas de campaña para convencer a un electorado incrédulo y poco motivado a votar.  

Esto, en su opinión, es indicio de la desconfianza estructural que sienten los chilenos hacia las instituciones, pues las identifican con la dictadura.  

En todo caso, lo cierto es que este panorama ha obligado a los candidatos a atemperar su discurso. Del lado de Boric destacan la inclusión de temas como la migración, el narcotráfico o la delincuencia que había procurado mantener en segundo plano y del de Kast, dar marcha atrás a declaraciones polémicas, como la puesta en cuestión del voto femenino, comentó.  

Sobre esto, resaltó que no hay que olvidar que al aproximarse la fecha de los comicios y como suele suceder en escenarios polarizados, diversas personalidades del mundo político y del espectáculo han manifestado su respaldo público a una u otra candidatura.  

Así, por ejemplo, comentó que el político ultraderechista venezolano Leopoldo López viajó a Chile la semana anterior para dar un espaldarazo a José Antonio Kast y cuestionar el proceso constituyente que se adelanta en ese país, pero fue recibido con hostilidad por el pueblo chileno.  

En particular, relató que a su arribo a Santiago el pasado 7 de diciembre, López fue confrontado por un grupo de personas que le gritaron «asesino» y otras imprecaciones. Inclusive, un hombre le lanzó un huevo.  

El incidente, aunque no pasó a mayores, ameritó la intervención del cuerpo de Carabineros, que se interpuso entre el prófugo de la justicia venezolana y la gente que le reclamaba.  

Una situación un poco diferente vivió Gabriel Boric, pues este martes recibió el respaldo de la expresidenta chilena Michelle Bachelet, que un video difundido a través del canal de su fundación, Horizonte Ciudadano, subrayó el carácter definitorio de las elecciones del próximo domingo para el futuro de su país y aseguró que Boric representaba mejor los anhelos de más democracia, más progreso y más libertad.  

Además, el comunicador venezolano refirió que el actor mexicano Gael García Bernal invitó a los chilenos a manifestar su voluntad en las urnas y recordó que la polarización presente en Chile, también está presente en otros lugares del mundo. 

Según él, están enfrentados un proyecto político que apuesta al bien común y otro que derivaría en una suerte de «extinción». «Si yo fuera chileno, votaría por Gabriel Boric», sentenció el histrión.  

Para continuar con el análisis, Pérez Pirela mencionó que el pasado 13 de diciembre, Kast y Boric se vieron las caras en el último debate televisado antes de las votaciones.  

Entre los dimes y diretes, rescató que el izquierdista echó en cara a Kast su posición antifeminista y contra el respeto a los derechos humanos. Además, intercambiaron opiniones sobre los impuestos. Gabriel Boric prometió una  redistribución de ingresos más equitativa, a lo que su rival replicó señalando que esas políticas generarían más inflación.  

También trajo a colación que al ser increpado por Boric sobre su apoyo a Pinochet, el ultraderechista defendió nuevamente su posición, aunque la deslizó hacia los asuntos económicos, menos escabrosos que su respaldo a la violencia policial.  

En todo caso, en concordancia con la mayoría que otorgan al candidato de la izquierda una ventaja mínima, la contienda finalizó sin un claro vencedor, puesto que la mayor parte de las intervenciones se centraron en los ataques personales.  

De otra parte, el comunicador comentó que analistas como Marcos Salgado si bien coinciden con aquellos que aseguran que es difícil vaticinar quién se impondrá el domingo, sí estiman que este proceso electoral ha sentenciado el fin de la hegemonía de los partidos que conformaban la Concertación y de la derecha de Sebastián Piñera, que se alternaron en el poder desde hace más de 15 años.  

Asimismo, Salgado advierte que las diferencias internas entre las derechas están menos marcadas que entre las izquierdas, situación que beneficia a Kast como particularidad y a los sectores conservadores y pro-dictadura en general, que ven en la Convención Constituyente una amenaza capaz de cambiar los parámetros con los que ha funcionado el país desde hace casi cuatro décadas, refirió.  

En ese mismo orden, subrayó que este analista precisa que es posible que quienes se echaron a las calles en las protestas de 2019 y 2020 pero aún no están convencidos de Boric, acaben decantándose a su favor, al reconocer en José Antonio Kast una traba real para sus anhelos y aspiraciones.  

En su opinión, si bien Gabriel Boric pertenece a la centroizquierda, su ascenso al poder representaría, al menos parcialmente, un reequilibrio de fuerzas en la región, en la que más de un lustro de gobiernos derechistas ha dado paso a un ascenso de mandatarios de izquierda.  

Para cerrar esta sección, pronosticó que de concretarse este escenario, Boric gobernaría en paralelo con la recién electa presidenta de Honduras, Xiomara Castro, Andrés Manuel López Obrador en México e incluso, si se cumplen las previsiones, con Luiz Inácio «Lula» da Silva en Brasil y Gustavo Petro en Colombia, como parte de una alternativa centroizquierdista entendida como más moderada que la de los países del ALBA, particularmente Venezuela, Cuba y Bolivia.  

Ajeno a las masacres, el rey de España premia a «la democracia colombiana» 

Cambiando de tema, Pérez Pirela se enfocó ahora en Colombia, pues el pasado 3 de diciembre, el rey Felipe VI de España entregó el World Peace & Liberty Award al presidente, Iván Duque, por supuestamente ser ejemplo «de democracia y humanidad». 

Desde su punto de vista, este reconocimiento supone una clara omisión a las reiteradas violaciones a los derechos humanos que se suceden en el vecino país, incluso documentadas por la oficina de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.   

Con el fin de fundamentar estas aseveraciones, detalló que solamente en las protestas convocadas por el Paro Nacional que se suscitaron entre abril y junio de este año, las cifras gubernamentales reconocen el deceso de 48 personas, la existencia de más de 2.000 heridos, más de 3.000 denuncias de violencia policial relacionadas con violaciones a los derechos humanos y más de un centenar de desaparecidos. 

Pese al tenebroso historial –que no incluye ni las masacres ni los asesinatos sistemáticos de líderes sociales–, el monarca hispano alabó la «firmeza» de Duque y de la «democracia colombiana» frente «a los muchos riesgos a los que ha tenido que hacer frente durante tantos años».  

«Para el rey de España, Duque y Uribe son una especie de víctimas del pueblo colombiano», fustigó el analista político.  

Ahondando en detalles, comentó que la premiación se produjo en el marco de la reunión anual del World Law Congress, organizado por la Asociación Internacional de Juristas, que se desarrolló en la costera ciudad de Barranquilla y refirió que además de cuestionamientos sobre lo inadecuado del premio, los colombianos la emprendieron contra Duque porque pretendió homenajear a su invitado real con una representación racista y colonialista.  

Sobre este último punto, recordó que un video difundido a través de las redes sociales mostró que el anfitrión dispuso que él y Felipe VI atravesaran un pasillo con mujeres afrodescendientes ataviadas con vestidos blancos a la usanza de las trabajadoras esclavizadas de la época colonial, mientras se dirigían a un almuerzo oficial. 

Esto desató la ira de los colombianos, que tacharon al mandatario de racista y le acusaron de rendir pleitesía al rey de la antigua potencia colonial, así como de humillar a las mujeres, agregó.  

No obstante, el especialista puntualizó que esta representación mediática contrasta fuertemente con la realidad cotidiana en Colombia, donde amén de la criminalización de las protestas sociales y las violaciones regulares de los derechos humanos, los ciudadanos deben lidiar con las masacres y los asesinatos selectivos de líderes sociales.  

A este respecto destacó que según cifras del Instituto para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) del 14 de diciembre, en lo que va de año se han perpetrado 91 masacres en el territorio colombiano, con lo que se iguala la cifra reportada para el año anterior.  

Asimismo, indicó que esta la organización sostiene que los departamentos en los que se han producido más masacres son: Antioquia con 52, Cauca con 46, Valle del Cauca con 45, Nariño con 36 y Caquetá con 20. 

Activistas de derechos humanos asentados en Colombia advierten que tras las masacres están disputas territoriales entre grupos irregulares armados que han sucedido al paramilitarismo y a las guerrillas –especialmente a las extintas FARC– en la ocupación territorial y que operan en alianza con cárteles mexicanos de la droga.  

A esto se suma el asesinato sistemático de líderes sociales, defensores de los derechos humanos y firmantes del Acuerdo de Paz de 2016. En 2021, Indepaz computa 164 asesinatos selectivos de esta clase, que forman parte de los 1.278 que han sido ultimados desde 2013, relató Pérez Pirela.  

Desde su punto de vista, aún cuando la violencia selectiva y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos siguen desangrando al vecino país, sus autoridades y su cuestionable democracia, son premiadas desde Europa.  

Nicaragua da un paso adelante y mira hacia China 

Para cerrar la edición, el comunicador aludió a la reanudación de relaciones diplomáticas entre China y Nicaragua, luego de que el país centroamericano rompiera con Taiwán, con la que mantenía nexos desde 1990, cuando la entonces presidenta, Violeta Chamorro, acercó nuevamente al país a las esferas de influencia de los Estados Unidos.  

Detalló que desde Managua alegaron que en adelante, se considerará a la isla como parte integral de China, lo que implicó que, casi de inmediato, Beijing anunciara la reanudación de las relaciones diplomáticas en el más alto nivel con el país centroamericano.  

Desde su óptica, este acercamiento geoestratégico sin dudas obedece a múltiples razones, entre las que podría estar el reimpulso del proyecto de construcción de un nuevo canal interoceánico que pondría fin a la hegemonía del Canal de Panamá para la conexión entre el Atlántico y el Pacífico. 

El proyecto, explicó, aunque abandonado por razones económicas en 2018, fue aprobado por la Asamblea Nacional de Nicaragua en 2013 y se presentaba como una alternativa que permitiría incrementar el comercio entre América Latina y China, amén de representar un motor de desarrollo para Nicaragua.  

Pérez Pirela advirtió que la propuesta no ha estado exenta de polémicas, pues algunos activistas aseguran que la construcción de una obra de esa envergadura ocasionaría importantes daños ecológicos.  

Sin restar razón a este argumento, dijo para finalizar, muchos de sus defensores también defendían la conveniencia del Canal de Panamá y llamaban a cerrar filas contra la expansión de China en la región. Habrá que esperar para ver si esta fue una de las razones que motivó a las autoridades de Nicaragua a acercarse al gobierno chino.  

Antes de despedir la edición, reiteró la invitación a la conversación que sostendrá mañana con el intelectual francoespañol Ignacio Ramonet sobre comunicación y política, en el espacio de los jueves de filosofía, que pondrá fin a esta temporada de Desde Donde Sea.  

(LaIguana.TV)