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Los constituyentes que se encargaron del capítulo cultural de la Carta Magna de 1999 “no hicieron bien su tarea” y por eso ahora, en 2017, es necesario hacer mejoras importantes en ese aspecto, incluyendo la incorporación de las culturas afrodescendientes y las culturas de la resistencia urbana (entre las cuales están la salsa y el rock), considera Joaquín López Mujica, quien fue asesor del poder originario convocado por el comandante Hugo Chávez al inicio de su gobierno.

 

López Mujica (Caracas, 1957) es filósofo, escritor, músico, articulista y ha desempeñado funciones diplomáticas, entre ellas la de dirigir la Flor de Venezuela durante una parte del tiempo que esta instalación de promoción cultural estuvo en Hamburgo, Alemania.

 

-Dicen los expertos que el capítulo seis (De los derechos educativos y culturales) es uno de los que requiere más modificaciones porque fue la cultural una de las áreas donde se produjo con más fuerza la infiltración del pensamiento neoliberal. ¿Está de acuerdo?

 

-Sí, es así. Por ejemplo, en 1999 leí un documento que me pasó el constituyente Edmundo Chirinos, a quien asesoraba, y allí estaban contemplados los derechos culturales de los afrodescendientes. Luego, cuando se realizó la sesión, alguien los había quitado. Esto es algo anecdótico, pero lo cierto es que el aspecto de la multiculturalidad quedó incompleto porque faltó la cultura afrodescendiente. Hoy habrá que incluir también las culturas de la resistencia urbana, como la salsa y el rock, que son manifestaciones culturales de nuestras ciudades, como bien lo sabe el propio presidente Nicolás Maduro, quien pertenece al gremio musical, pues es guitarrista y pianista. Lo que ocurrió en 1999 fue que los constituyentistas culturales de entonces no hicieron la tarea como tenían que hacerla. Debieron, en primer lugar, demarcar el espacio para el capítulo cultural, y luego darle el protagonismo debido a los pueblos afrodescendientes. También debieron darle más fuerza al motor creativo, pues la cultura es creación, no invención, un concepto que incluyeron en estos artículos y que está más relacionado con la ciencia y la tecnología. Yo hice la crítica en ese momento y por eso no me invitaron más. En 2007, cuando se hizo la propuesta de reforma, eso estaba corregido porque el presidente Chávez se había dado cuenta. Es necesario hacer esa revisión porque no seremos realmente pluriétnicos y multiculturales mientras no se incorpore la cultura afrodescendiente a nuestra Carta Magna.

 

-En el primer artículo que toca el tema, donde se marcan los conceptos fundamentales, se habla además de invención, de inversión, innovación, derechos de autor, propiedad intelectual… Pareciera que el pensamiento más posmoderno, más neoliberal estableció las pautas. ¿Fue así?

 

-Sí, pero para buscar el equilibrio hay que decir que se estableció el concepto clave, que es alejar la cultura de la noción de liberalidad del Estado y llevarla a una noción más elevada, de valor inalienable, como diría el maestro Escarrá. Se estableció que la cultura es un bien supremo, intransferible, invendible. Eso marcó un paso extraordinario para la Revolución porque le dio preeminencia a lo cultural, y por eso podemos decir con Chávez que es un motor permanente de la Revolución, en tanto es subjetividad, es remembranza, es memoria colectiva, el elemento no material de una sociedad.

 

López Mujica señaló como dos hitos culturales importantes de los primeros tiempos revolucionarios la incorporación de los militares al Plan Bolívar 2000 (lo que les empezó a quitar la imagen represiva que arrastraban y permitió el logro estratégico de la unión cívico-militar) y el desarrollo de la Misión Robinson, con su lema “Yo sí puedo”. Esta política social, junto con la Misión Ribas, permitieron la elevación de la autoestima del venezolano.

 

-Recientemente entrevistamos al constituyente Sandino Primera, y él nos planteaba que la concepción de cultura solo como arte, como el trabajo de los cultores, es bastante limitada, y  que es necesario ir a una concepción más amplia de la cultura, que abarque incluso la forma de estar en el mundo que tiene nuestra sociedad. ¿Eso se puede plasmar en la Constitución?

 

-Hay que revisar antecedentes. No se puede separar arte de cultura Eso ha sido un grave error desde los enciclopedistas hasta los tratadistas e intelectuales del siglo XX, incluyendo a los nuestros, como (Mariano) Picón Salas. Terminaron atrapados en los universalismos. Si aplicas un recetario enciclopédico, no puedes entender al baile de San Juan Bautista o la salsa en los barrios o el desarrollo del Sistema de Orquestas. Lo que yo he recomendado en mis artículos es que se considere ese binomio arte-cultura, porque la cultura atañe a la especificidad de los pueblos, y el arte atañe a las grandes hazañas espirituales de la humanidad. Tenemos que hacer una fusión.

 

El entrevistado, quien fue ejecutante (de violín) en la etapa fundacional del Sistema de Orquestas, comentó que algunos críticos de este movimiento dicen que se ha dedicado exclusivamente a difundir la música del centro de Europa. “Eso no es cierto. En 1978, cuando vino Jimmy Carter, tocamos una obra que incluía instrumentos de percusión y voces en lengua yoruba. Era la primera vez que, en un contexto sinfónico, se tocaba una obra que exploraba las raíces africanas de a venezolanidad”.

 

Igualmente propone colocar en capítulos separados a la educación y la cultura, aspectos que actualmente están juntos. “La cultura es creación y la educación es reproducción”, explicó.

 

López Mujica, quien fue promotor de una de las primeras iniciativas de medios de comunicación on line en Venezuela, también propone incluir un capítulo nuevo, que abarque la sociedad de la información y del conocimiento porque los desarrollos alcanzados por el mundo en los últimos años en estos campos van más allá de conceptos clásicos como la libertad de expresión.

 

-Al margen de lo que pueda hacerse en la ANC, ¿qué evaluación hace del proceso revolucionario en el plano cultural en estos 18 años? ¿Es cierto que en este campo seguimos teniendo una gran mora?

 

-Sí. Quiero ser equilibrado también en esto. Desde la Constituyente de 1999 irrumpió un conjunto de personas y grupos que sí tienen valía, pero siempre nos hemos preguntado qué pasó con los pueblos afrodescendientes, y qué pasó con el rol que debe jugar el creador. Soy claro: la estructura cultural ha cambiado por tener un lugar en el presupuesto nacional, pero todavía ese lugar no es estratégico en las finanzas públicas porque no se han seguido las recomendaciones de la Unesco que establece que debe fijarse en 2% del presupuesto nacional. Hay que establecer las contribuciones parafiscales. Propongo que el dinero para la cultura salga del Arco Minero, del petróleo y de los impuestos a las telecomunicaciones. Creo que para que no se produzca una indigestión, la cultura debe estar íntimamente relacionada con las comunas, que haya un rearme espiritual en los barrios y en los pueblos. Tenemos que plantearnos una cultura hecha por mayorías para mayorías.

 

López Mujica argumentó nuevamente a favor del Sistema Nacional de Orquestas, al señalar que son injustas las críticas que indican que maneja un presupuesto excesivo, en comparación con el sector cultural en su conjunto. “El Sistema de Orquestas trasciende el ámbito cultural. Es un programa de gran éxito nacional e internacional, dirigido a los oprimidos, a los excluidos, a los pobres, tiene su estructura y es valorado como una experiencia exitosa en lo social, en lo pedagógico, en lo andragógico y  en lo humanístico”.

 

 -¿Qué expectativas tiene sobre que todos estos planteamientos puedan ser digeridos y procesados por la ANC?

 

-Confío mucho en el grupo que se conformó. Hace falta romper con los mecanismos burocráticos, la parálisis, hacer cumplir el Plan de la Patria en el campo cultural. Hay que redimensionar los viceministerios para que dejen de ser meramente enunciativos y sean transversales. Chávez tenía sus ideas claras: que no hay Revolución sin cultura, y que la cultura es el eje transversal de la sociedad. Deben erradicarse los restos que quedaron del miquilenismo, instaurados en concepciones, “en modelos importados que no son la realidad”, como dice la canción, en el campo de la administración cultural. Estamos hablando de una época de cambios. En el poema de Neruda se dice que el pueblo despierta cada cien años, pero tenemos que pensar que el pueblo venezolano no todo el tiempo puede estar cruzando el Torbes.

 

(Clodovaldo Hernández / [email protected])