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Luis Clemente Faustino Posada Carriles, nació un 15 de febrero de 1928 en la ciudad de Cienfuegos en Cuba y posteriormente se naturalizó venezolano, fue entrenado para formar parte del Ejército estadounidense y se convirtió en agente de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), durante los años 1960 y 1975, pero realmente es recordado por probarse partícipe en numerosos casos de torturas, desapariciones y como autor de varios atentados terroristas en América Latina y el Caribe.

Posada Carriles recibió financiamiento por parte de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), integrada por afectos al dictador cubano Fulgencio Batista, en EE.UU.

Igualmente, participó como “asesor” de los servicios secretos de Venezuela en la Dirección de los Servicios de la Inteligencia y Prevención, extinta Disip, y también mentor en las distintas unidades de inteligencia en Chile, Argentina, Guatemala y El Salvador.

Entre su historial terrorista figuran diversas acciones contra el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, así como la intentona golpista en el año 1961, a través de la invasión a Playa Larga y Playa Girón en la Bahía de Cochinos (Cuba), también recordada como Operación 40.

En el año 1971, lideró un atentado, afortunadamente fallido, contra el comandante Fidel Castro, mientras realizaba una visita oficial a su homólogo chileno de aquel entonces, Salvador Allende.

Luego, en 1976, estuvo involucrado en el asesinato del canciller chileno, durante la gestión de Allende, Orlando Letelier. Ese mismo año, Posada Carriles, según un documento desclasificado del Departamento de Estado norteamericano, estuvo implicado en la voladura de un avión de la línea aérea Cubana de Aviación, que salió de Barbados, donde fallecieron trágicamente 73 jóvenes: deportistas cubanos y estudiantes de Medicina de Guyana.

Este último crimen fue planificado desde Venezuela, por lo cual fue privado de libertad en una cárcel venezolana.

La madrugada de un 18 de agosto de 1985, el exagente de la CIA, se fugó de la Penitenciaría General de Venezuela (PGV), ubicada en San Juan de los Morros (estado Guárico), gracias a un plan financiado desde Miami.

Posada Carriles burló la seguridad vistiendo trajes de vigilante y sacerdote. A partir de allí, se desplazó por los países centroamericanos de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua con el objetivo de ampliar su currículum terrorista.

Su historial no se detuvo con lo antes descrito, continuó su accionar violento y organizó numerosos ataques con explosivos a varios hoteles en la zona turística de La Habana, en el año 1997, lo cual ocasionó la muerte de un joven turista italiano y numerosos heridos, además de cuantiosos daños al patrimonio. Estas explosiones fueron reconocidas públicamente un año después durante una entrevista al diario estadounidense The New York Times.

En el año 2000, durante la Cumbre Iberoamericana desarrollada en Panamá, en una acción frustrada, Posada Carriles quiso atentar nuevamente y acabar con la vida de Fidel Castro.

Tras un extenso proceso judicial, los implicados en el hecho fueron sentenciados a ocho años de prisión, sin embargo, Posada Carriles no llegó a cumplir su condena debido a un indulto, pues el 26 de agosto de 2014 recibió un indulto de manos de la entonces presidenta Mireya Moscoso.

En 2007, fue encarcelado bajo fianza en EE.UU. por haber sido detenido debido a problemas migratorios que databan desde el año 2005; para luego, en 2011, ser absuelto de 11 cargos, entre los que destacan perjurio, fraude y obstrucción de procedimiento.

Vivió libre durante muchos años en la ciudad de Miami (EE.UU.), luego de que la jueza Kathleeen Cardone determinara que ya era “viejo, inválido y tenía fuerte vínculos con la comunidad”, pese a las numerosas pruebas que demostraban su culpabilidad ante los numerosos atentados terroristas que llegó a ejecutar.

Posada Carriles falleció este miércoles 23 de mayo a los 90 años de edad en el condado de Broward, en Florida, Estados Unidos.

 

(LaIguana.TV)