El mayor telescopio de la historia, el telescopio espacial James Webb (en inglés James Webb Space Telescope, JWST) lanzado al espacio este sábado 25 de diciembre, y que tendrá como misión explorar los confines del universo a fin de resolver la gran incógnita ¿estamos solos en esta inmensidad?, lleva el nombre de James Edwin Webb, el segundo administrador de la Nasa entre 1961 y 1968, un personaje que ha estado envuelto en varias polémicas.

Webb supervisó los primeros lanzamientos tripulados de la agencia espacial estadounidense, dentro de los programas Mercury y Gemini, que sentaron las bases de las misiones Apolo, encargada de poner el primer ser humano sobre la superficie lunar.

Pero ¿cuáles son las controversias a su alrededor? Primero, porque Webb no deja de ser un funcionario estadounidense, importante sí, pero que no está a la altura de este mega observatorio espacial, ya que nunca fue un científico. Por ejemplo, su predecesor, el telescopio Hubble fue nombrado en homenaje a uno de los más grandes astrónomos de la historia, Edwin Hubble, estadounidense que descubrió que el universo se expande.

A esto se suman las acusaciones homófobas en las que se ha visto envuelta la carrera de Webb durante su tiempo como funcionario del Gobierno estadounidense.

Durante su ejercicio como funcionario de la NASA, en la década de los años cincuenta, ser homosexual era sinónimo de tener una enfermedad mental, por lo cual, tanto gays como lesbianas eran tratados como personas de segunda categoría, de carácter moral débil, manipulables y que no estaban calificados para las tareas que podrían encomendárseles, siendo por ende un “riesgo para la seguridad nacional” de Estados Unidos.

La astrofísica colombiana Andrea Guzmán Mesa, en un interesante artículo sobre el tema, señala que: “Este periodo se conoció como el “Terror Lavanda” (Lavender Scare en inglés), haciendo alusión al “Terror Rojo” (Red Scare en inglés) que se refería a la persecución de los comunistas en la misma época. Como resultado de esta política anti-gay, miles de empleados del gobierno de los Estados Unidos fueron despedidos o se vieron obligados a dejar sus trabajos. En pocas palabras, el gobierno estadounidense normalizó la persecución de los homosexuales a través de la institucionalización de la homofobia. Fue solo hasta 1998 en el que tal ley discriminatoria y homofóbica fue derogada en el proceso de empleo gubernamental.

En 2015, varios blogs revelaron la complicidad de James Webb en el “Terror Lavanda” y, por lo tanto, haber actuado en contra de las personas Lgbti+. Esto llevó a astrónomos de todo el mundo, mayoritariamente queer / no binarios, a instar a la agencia espacial a reconsiderar el nombre del telescopio. La petición fue firmada por unas 1.200 personas.

Sin embargo, una investigación realizada por la Nasa arrojó que no había evidencia suficiente que justificara cambiar el nombre de JWST y/o que probara concluyentemente que James Webb había participado en tales hechos.

El exdirector de Nasa, Sean O’Keefe, fue quien propuso en 2002 llamar al nuevo proyecto James Webb Space Telescope (originalmente denominado como Next Generation Space Telescope (NGST)), como una manera de retribuir a Webb sus aportes al programa espacial estadounidense.

La astrofísica Guzmán Mesa, en su artículo, propone nombres más reivindicativos que han debido ser tomados en cuenta, ya que reflejan “la diversidad y tenacidad de la comunidad astronómica a lo largo de la historia”. Estos son: Henrrieta Leavitt (descubrió cómo medir distancias estelares) o Cecilia Payne-Gaposchkin (descubrió que las estrellas están compuestas de Hidrógeno y Helio) o Katherine Johnson (matemática afrodescendiente cuyos cálculos fueron fundamentales para el éxito del programa Apolo).

Finalmente, señala que, como varios otros colegas suyos, “yo me uniré a la sugerencia de referirme al JWST como el Just Wonderful Space Telescope – El simplemente maravilloso Telescopio Espacial”.

(LaIguana.TV)