Omar Rojas Echeverría, un expolicía apodado por los medios de comunicación como el «Pablo Escobar de Bolivia», debido al volumen de cocaína que presuntamente traficó, fue capturado en Colombia en marzo de 2021 en una operación coordinada por la Administración de Control de Drogas (DEA) y será extraditado a hacia los Estados Unidos donde una corte del Distrito Sur de Nueva York le imputó cargos por narcotráfico y tráfico de armas.

Semana, citando información de la agencia antidrogas estadounidense, aseguró que Rojas Echeverría dirigía una red de trasiego de drogas con ramificaciones hacia Estados Unidos, Brasil, Perú, México y Venezuela.

Esta misma fuente periodística asegura que su detención se produjo a raíz de las declaraciones aportadas por un informante de la DEA –cuyo nombre no se ha hecho público– que tenía relación con el capo boliviano, tras lo cual se inició una investigación de la Policía Antinarcóticos de Colombia y autoridades de otros países en los que aparentemente operaba el cártel, todo ello bajo la dirección de la DEA.

De acuerdo con el informe que habría compartido la agencia antidrogas, Rojas Echeverría tenía contacto con un exdirector de la Agencia Antidrogas de Bolivia –en el reporte no se menciona el nombre del funcionario en cuestión– y gracias a ese nexo, consiguió convertirse en un importante narcotraficante a la vuelta de pocos años. Se precisa, asimismo, que desertó de la Policía en 2014, en la que ostentaba el rango de mayor.

En el documento se especifica que ambos «utilizaron sus cargos oficiales y conexiones para obtener acceso a aeródromos bolivianos con el fin de facilitar los cargamentos de cocaína en grandes cantidades».

Concretamente, Rojas Echeverría habría tenido a su cargo la coordinación del movimiento de aeronaves de gama alta empleadas para trasegar droga, que aparentemente partían de pistas clandestinas ubicadas en el departamento del Beni con destino a América Central, desde donde la carga ilegal sería enviada a los Estados Unidos.

Para poner en marcha este modus operandi, el expolicía habría pagado sobornos a controladores aéreos de Bolivia y Perú para que dejaran despegar los aviones. Aunque no está comprobado, sus actividades también habrían podido verse favorecidas por el hecho de que su hermano Alexander Rojas Echeverría fungió como inspector general de la Policía de Bolivia durante el gobierno de facto de Jeanine Áñez

Las investigaciones de la DEA arrojaron que para el establecimiento de la red delictiva, Omar Rojas Echeverría contó con la cooperación de las fuerzas del orden entre inicios de 2019 y finales de 2020, si bien aún no se han establecido con claridad quiénes fueron los funcionarios presuntamente involucrados en estos ilícitos. 

Los nexos del expolicía no se limitaban a las fuerzas de seguridad, pues uno de sus socios era Juan Roca Suárez, alias «Techo de Paja», un narcotraficante boliviano conocido por haber proveído al Cártel de Medellín pasta base de coca para la fabricación de cocaína durante la década de 1990.

Roca Suárez, como Rojas Echeverría, fue capturado en el marco de la llamada «Operación Andes», en la que también se detuvo a otros cuatro narcotraficantes pertenecientes a la red.

Además, en las pesquisas de la DEA se encontró que la organización criminal recibía armas como parte de pago, que posteriormente enviaba a Estados Unidos y a otros países como Bolivia y Colombia.

(LaIguana.TV)