Un equipo de la así llamada Unidad para la Reconstrucción de Venezuela (VRU) creada en el Reino Unido en otoño de 2019 para apalancar internacionalmente a Juan Guaidó, se reunió en Caracas a inicios de 2020 con el propósito de «planificar la participación del Reino Unido en el sector energético del país», reveló el medio independiente británico Declassified, en un trabajo firmado por el periodista John McEvoy.

En el trabajo se sostiene que el registro de las reuniones al que tuvo acceso Declassified con base en la Ley de Acceso a la Información, «proporciona más evidencia de que el intento de Gran Bretaña de derrocar al Gobierno de Venezuela está guiado por un interés en los vastos recursos petroleros del país».

McEvoy apunta que Guaidó visitó Reino Unido en enero de 2020, «en un intento de recabar apoyo internacional» y reunirse con funcionarios de alto nivel como el exembajador de Reino Unido en Venezuela, John Saville y el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab.

Según la documentación consultada por él, Saville visitó Venezuela en calidad de jefe de la VRU y posteriormente convocó un un «evento VRU», al que acudieron el embajador británico Andrew Soper y ocho funcionarios más cuyo nombre no fue divulgado, si bien se conoció que uno de ellos pertenece a la Organización Conjunta de Inteligencia (JIO) del Reino Unido.

Citando una referencia gubernamental, Declassified destaca que el JIO «se encuentra cerca del corazón de la comunidad de seguridad nacional del Reino Unido». Entre sus funciones se encuentran proporcionar «una evaluación autorizada de todas las fuentes para el Primer Ministro, el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) y los principales responsables de la formulación de políticas para respaldar su toma de decisiones sobre seguridad nacional y prioridades de política exterior».

Empero, a pesar de que Raab apareció involucrado en la iniciativa, el ministerio de Asuntos Exteriores dijo al medio británico que no tenía «ningún escrito formal o nota del evento».

Declassified asevera que hubo dos reuniones más –el 11 y el 12 de febrero de 2020– «para informar la entrega de un Análisis Conjunto de Conflicto y Estabilidad (JACS) para Venezuela», al que Londres define como «una evaluación estratégica utilizada para respaldar las estrategias del Consejo de Seguridad Nacional del Reino Unido».

La investigación periodística detalla que además de Saville y Soper, en los encuentros de Caracas participaron otros 15 funcionarios británicos cuyo nombre permanece en el anonimato, así como Adam Forbes, quien para el momento se desempeñaba en el Fondo de Conflicto, Estabilidad y Seguridad (CSSF) desplegado por el Reino Unido en Colombia que ha financiado «una coalición antigubernamental en Venezuela y organizaciones de medios».

Durante el primer día de reuniones, se precisa que el JASC identificó «el peor de los casos y los escenarios más probables (políticos, humanitarios, de seguridad y regionales)», con el fin de arribar a «un consenso sobre las posibles implicaciones para el HMG [Gobierno de Su Majestad] con respecto a escenarios particulares».

A su vez, durante el segundo día se discutió sobre la «participación del Reino Unido en el sector energético» de Venezuela, si bien McEvoy no pudo consultar la agenda completa, porque se considera información clasificada por «razones de seguridad nacional».

Adicionalmente, en un correo electrónico remitido a Saville, exembajador británico en Caracas, se indica que los participantes se involucraron con «externos como parte del proceso» y si bien no se mencionan cuáles son esos entes «externos», Declassified sugiere que se trata de multinacionales de Reino Unido como British Petroleum (BP).

¿Mentiras ante el Parlamento y ante la ONU?

Si bien es cierto que la VRU fue constituida con el beneplácito del gobierno de Boris Johnson, en su constitución y en el desarrollo de sus operaciones, aparentemente no mediaron todas las trasparencias.

De ahí que cuando parlamentaria conservadora Wendy Morton ofreció explicaciones a sus colegas sobre los movimientos de la Unidad en Caracas, pretendió restarle importancia, al describirla como un «pequeño equipo», con un jefe y tres miembros más que trabajaban a tiempo parcial, incluyendo a un consultor externo.

«La Unidad ha visitado Venezuela para comprender los desafíos y determinar cómo el Reino Unido podría ayudar. El embajador del Reino Unido se aseguró de que el ‘régimen’ estuviera al tanto de la visita y habló públicamente sobre la Unidad y su personal», sostuvo entonces.

Del mismo modo, Jonathan Allen, encargado de negocios del Reino Unido ante las Naciones Unidas, Jonathan Allen, dijo públicamente en mayo de 2020 que la VRU visitó Venezuela en dos ocasiones y que sus miembros habían obtenido los visados a través de la representación diplomática del gobierno del presidente Nicolás Maduro en Londres.

Sin embargo, el gobierno venezolano los desmintió a ambos y, antes bien, reclamó en la ONU que después de que se hizo pública la existencia de la unidad, el gobierno de Reino Unido no tuvo otra alternativa que reconocerlo, «mientras intentaba, sin éxito, poner excusas y justificar lo injustificable».

McEvoy precisa que las declaraciones leídas por Morton y Allen en su día «fueron cuidadosamente redactadas» y que efectivamente es verdad que los visados se cursaron a través de los canales regulares, pero lo que no resulta claro es que Saville haya declarado en la Embajada de Venezuela en Londres que acudiría a Caracas en una «visita como jefe de una unidad dedicada a reconstruir la economía venezolana y convocar reuniones de alto nivel sobre la participación del Reino Unido en el sector energético del país».

No parece abonar en favor de lo dicho por los funcionarios británicos el hecho de que el ministerio de Asuntos Exteriores haya presentado evidencia de que informó al gobierno de Venezuela sobre las actividades de la VRU ni que ningún miembro del Gobierno Bolivariano haya participado de los encuentros organizados por Saville en febrero de 2020.

Para más, hay registros de que cuando Saville organizaba su viaje, declinó alojarse en la sede de la Embajada del Reino Unido en Caracas, lo que «sugiere que no quería llamar la atención sobre sus actividades».

Así, remata McEvoy, «a la luz de los esfuerzos del Reino Unido para destituir al gobierno de Maduro, es poco probable que el gobierno venezolano hubiera permitido que se llevaran a cabo tales discusiones».

El largo brazo del Reino Unido quiere el petróleo venezolano

El interés británico en el petróleo de Venezuela es asunto de larga data, como demuestran documentos desclasificados a los que tuvo acceso el periodista para realizar su investigación. Con alzas y bajas, las compañías británicas siempre lograron obtener algún trozo de este lucrativo pastel.

En el gobierno del presidente Hugo Chávez, Reino Unido vio seriamente amenazados sus intereses en el negocio petrolero venezolano, cuando se establecieron límites  de participación a las empresas extranjeras y se garantizó legalmente que el Estado tuviera control accionario pleno en asociaciones con terceros para la exploración, explotación, refinación y comercialización del crudo y sus derivados.

Tras el fallecimiento del mandatario y el declive de la industria petrolera local, debido una combinación nefasta entre la caída de los precios del petróleo, desfalcos milmillonarios y medidas coercitivas colaterales impuestas por Estados Unidos, Reino Unido y algunos países europeos, funcionarios británicos vieron en este escenario una nueva oportunidad para recuperar la posición que ostentaron décadas atrás.

Así, refiere John McEvoy, Alan Duncan, ministro de Estado para las Américas dijo ante el Parlamento que «la reactivación de la industria petrolera [en Venezuela] será un elemento esencial en cualquier recuperación, y me imagino que las empresas británicas como Shell y BP querrán ser parte de ello».

De otra parte, el periodista asegura que preguntó directamente al ministerio de Asuntos Exteriores si había informado al gobierno de Venezuela sobre las reuniones que sostuvieron funcionarios británicos en Caracas en febrero de 2020 y si la mentada «Unidad para la Reconstrucción de Venezuela todavía existía».

Ante esto, un vocero respondió: «Reino Unido no reconoce al régimen de Maduro y no lo consulta sobre las reuniones que se realizan. La Unidad para la Reconstrucción de Venezuela ya no existe».

(LaIguana.TV)