De aproximadamente 33 millones de dólares sería la multa que exigiría el gobierno peruano a la petrolera española Repsol, que pretende llamar exagerado al gabinete liderado por Pedro Castillo por paralizar las operaciones de la trasnacional tras el vertido de crudo que generó el desastre ecológico más grande de la costa peruana.

En este capítulo de Entre Líneas, la periodista Naile Manjarrés explica el por qué de la actitud de ofendido de la trasnacional y el impacto real de este desastre ecológico en la Amazonía, que no es otra cosa que el primer y más importante reservorio de biodiversidad de Latinoamérica y el mundo.

La actitud de Repsol recuerda a la que asumió Chevron-Texaco cuando fue denunciado por el gobierno de Rafael Correa por los desmanes perpetrados durante 20 años sobre la parte de la Amazonía que compete al Ecuador.

Las diferentes posturas

Diversos grupos ecologistas exigen al gobierno español que demande a Repsol mientras el gobierno español lo que desea acercándose a Perú es asegurarse de que Repsol pueda seguir operando en ese país. Mientras, la directiva de la trasnacional española dedicó semanas a minimizar el impacto del desastre ecológico y se negó a limpiar la costa.

Ya que no quieren hacerse responsables en la magnitud que amerita el crimen ecológico, el gobierno de Perú no permitirá la salida del país de los directivos de la petrolera durante 18 meses. Tampoco le permite cargar y descargar hidrocarburos hasta que no ofrezcan garantías de que no seguirán perjudicando el territorio peruano.

El fantasma de Chevron-Texaco

Durante más de 20 años la transnacional Chevron-Texaco violó los derechos humanos y no respetó durante muchos años las leyes ecuatorianas y el derecho internacional, además del medio ambiente en medio de sus operaciones en la Amazonía.

Para cuando el gobierno de Ecuador denunció a la petrolera ya Chevron había derramado 16.8 millones de galones de petróleo, otros 18,5 mil millones de galones de aguas tóxicas en los suelos y ríos, y quemó al aire 235 mil millones de pies cúbicos de gas.

Después de mucha brega un tribunal internacional impuso a Chevron una indemnización de nueve mil 500 millones de dólares a los pobladores afectados, quienes se enfrentaron y siguen enfrentando enfermedades e incluso muertes a causa de la contaminación. Una indemnización más que insuficiente.

¿Accidentes o crímenes negligentes?

Chevron es a Ecuador lo que la Exxon Mobil es a Venezuela: una trasnacional estadounidense con perfil criminal. Y Repsol sigue la misma ficha en detrimento de la Amazonía, que es lo mismo que decir en contra de nuestra vida.

Si recordamos el incendio terrible que se consumió grandes hectáreas de la Amazonía en 2019; sabiendo que a través de Facebook se venden parcelas de ese territorio impunemente y viendo además otro derrame de crudo hace poco en la Amazonía ecuatoriana, se puede hacer balance, control de daños y viendo la destrucción progresiva de nuestro territorio no es descabellado pensar que estos hechos son algo más que accidentes.

(LaIguana.TV)