Vladimir Adrianza, experto venezolano en geopolítica, considera que en el conflicto entre Rusia y Occidente que tiene hoy como centro de operaciones Ucrania, el mundo se está jugando la supervivencia del «mundo unipolar» liderado por Estados Unidos, Europa y Japón frente a la emergencia de un nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, que tiene en países como Rusia, China o Irán, la vanguardia capaz de frenar las pretensiones hegemónicas occidentales.

«En este momento se está dando una confrontación fundamental en la que el mundo va a decidir si prevalece el orden multipolar que se está formando o se perpetúa el orden unipolar, que significa una suerte de dictadura de Occidente, la cual no es nueva», sostuvo Adrianza en una entrevista exclusiva concedida al periodista Clodovaldo Hernández para su programa Cara a Cara, producción de LaIguana.TV.

Así las cosas, el especialista estima que en este punto no es apropiado hablar de «ganadores y perdedores», pues de una parte, «los acontecimientos están en pleno desarrollo» y de otra, para comprender bien el escenario hace falta remontarse a dos momentos en la historia reciente de Ucrania: la revolución de colores ocurrida a inicios del siglo XXI y luego «el golpe de Estado de Maidán» en 2014.

Solo después de eso, insistió en entrevista exclusiva con el periodista Clodovaldo Hernández para su programa Cara a Cara, ha de valorarse «el advenimiento de toda esta serie de circunstancias que después de ocho años han causado una decisión que ha sido impulsada por Occidente, puesto que no le dejaron ningún otro espacio a Rusia, a la Rusia de Vladímir Putin para actuar en estas circunstancias».

A su parecer, si la nación eslava no actuaba, «prácticamente corría el riesgo de desaparecer, no solamente como nación sino como potencia», pues potencias extranjeras –la OTAN– avanzaron de forma importante en el control de los recursos en los territorios de las repúblicas exsoviéticas, que en su decir, «era el objetivo que tuvo Occidente al ayudar a producir la debacle de la Unión Soviética, al inicio de los años 90».

Tras esto, relató, desde Washington se impulsó por todas las vías, empezando por la industria cultural, el relato del «Nuevo Siglo Americano», con el que se pretendía legitimar la idea de que los Estados Unidos tendrían en un futuro cercano «el control del planeta».

«Eso se ha venido abajo en los últimos 20 años, al punto que hoy en día hemos llegado a la situación que se presenta en Ucrania, donde a través de impulsar a un grupo de neonazis, ellos intentan crear un cisma en lo que antes fue el área de influencia de Rusia, pero más que todo en lo que fueron territorios de la Unión Soviética», aseguró.

De manera tal que la confrontación actual, es la resulta de todas estas condiciones y tiene como protagonista a Rusia porque «es el único país en la Tierra (…) que ha podido frenar la expansión global de Occidente, encabezada (…) por los Estados Unidos».

La OTAN se mantendrá dentro de sus límites

El especialista venezolano considera que a pesar del tono de la contienda entre Rusia y Occidente, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no enviará tropas a Ucrania para hacer frente a Rusia.

Una primera razón es porque Ucrania no forma parte de la Alianza Atlántica, pero la segunda –y acaso más importante– es que la incorporación directa de un tercer país en el enfrentamiento entre Moscú y Kiev podría dar lugar a una guerra nuclear, un escenario que «al parecer, todavía nadie quiere».

«En una guerra [así], (…) la primera cosa que desaparecería es Europa, sin dejar de estimar el daño que ellos podrían hacerle a Rusia, pero evidentemente, eso llevaría a una guerra con Occidente en la cual, más tarde o más temprano, tendrían que intervenir otros factores en el mundo» e incluso la supervivencia de la especie humana se vería claramente amenazada, argumentó.

Los ataques de Occidente contra Rusia han sido permanentes desde 1917

Para Vladimir Adrianza, desde el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, la entonces Unión Soviética y la actual Rusia no han dejado de ser atacadas por las potencias occidentales a través de distintos mecanismos, incluyendo la aniquilación por medio de la guerra.

En ese orden, refirió que en sus investigaciones advirtió que el líder soviético Iósif Stalin declaró en 1929 ante el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética que su país tenía «entre 50 y 100 años de atraso con respecto a los países de Europa» y advirtió que tenían uno o dos lustros «para superar ese atraso», so pena de desaparecer como Estado.

En su criterio, Stalin ya intuía el avance de la Alemania Nazi, la mayor potencia militar de la época y de allí que suscribiera el famoso Tratado Ribbentrop-Molotov, que le dio un breve margen antes de enfrentar a las fuerzas alemanas en territorio soviético en batallas como la de Stalingrado o la de Kursk, que fueron el preámbulo de la derrota definitiva del III Reich.

Sin embargo, explicó que la instalación de la Guerra Fría no supuso el final de las tentativas occidentales para aplastar a la Unión Soviética, entre las que resaltó las operaciones Dropshot e Impensable, adelantadas por Estados Unidos y el Reino Unido para detener a los soviéticos, una conducta de acoso que no mermó con los años.

De este modo, cuando se produjo la conocida Crisis de los Misiles en 1963, ya había un largo historial de sobrevuelos occidentales sobre territorio soviético, que el asunto de los misiles terminó de agudizar, pues Estados Unidos se vio en desventaja frente a la Unión Soviética, en virtud de que los misiles instalados en la vecina Cuba dejaban al gobierno sin posibilidad real de reaccionar a un ataque.

«Sin embargo, cae la Unión Soviética 20 años después, producto también de las acciones de Occidente y luego de eso llegamos a la situación de expansión de la OTAN hacia sitios donde se había convenido, una vez que finalizó el Pacto de Varsovia, que nunca se iban a expandir hacia esa área, cosa que sí ha sucedido. Y lo han hecho a través, en el caso de Ucrania, de las revoluciones de colores; y en el caso de Georgia, la misma historia», aseguró.

Adrianza también es de la opinión que el escenario bélico que a inicios de año se presentó en Kazajistán «fue una guerra provocada para crearle una distracción a Rusia en el marco de las negociaciones que estaba haciendo con Occidente, de cara al caso de Ucrania».

«El ataque hacia Rusia nunca ha cesado. Hacia Rusia como pueblo, hacia Rusia como nación en el mundo (…) ¿Por qué? Porque es el interés de Occidente, porque ellos no saben manejarse en un mundo que no sea dirigido desde sus élites (…), élites económicas, principalmente; luego las élites políticas, que son esclavas o están junto a esas élites económicas y su objetivo es mantener esa concepción de mundo unipolar», enfatizó.

Venezuela no es una colonia de Rusia, como sí lo fue de EEUU

Vladimir Adrianza es categórico cuando afirma que Venezuela no es una colonia, un protectorado o un país satélite de Rusia, como sí lo fue de Estados Unidos antes de la llegada de la Revolución Bolivariana, aunque comparte su condición de periferia de las potencias occidentales con otras naciones como Cuba o Nicaragua.

El analista reconoció que la cooperación estratégica de Caracas con Moscú en el ámbito militar, le ha permitido al país defenderse de intentos de invasión orquestados por Estados Unidos y sus aliados regionales, al tiempo que la cooperación sanitaria –de la que también participan China y Cuba– le ha proveído al gobierno del presidente Nicolás Maduro de las vacunas necesarias para hacer frente a la pandemia.

En un orden más general, el especialista precisó que todos los países que han tratado de oponerse al orden unipolar de Occidente liderado por Estados Unidos, se les ha aplicado lo que se denomina la Doctrina Wolfowitz, que plantea que para el país norteamericano resulta inadmisible que surja ningún otro que pueda disputar su hegemonía en ningún terreno.

De ahí que los ataques perpetrados por Washington en las últimas décadas hayan tenido blancos y propósitos distintos, pero que están motivaos por la misma causa de fondo y por eso no excluyen a naciones que podrían considerarse «aliadas» en unos determinados escenarios, como ocurre con Europa, que «ha sido subordinada al interés de Estados Unidos en diferentes áreas.

«La Doctrina Wolfowitz, a pesar de que es en los años 90, demuestra cuál ha sido la posición de los Estados Unidos prácticamente en la historia y sobre todo con estos últimos presidentes, porque (…) por su Seguridad Nacional –y así lo conciben– no pueden dejar que emerja ningún país en el mundo que pueda objetar su liderazgo», enfatizó.

Venezuela podría eventualmente ser atacada

Un último aspecto al que se refirió Vladimir Adrianza en su conversación con el periodista Clodovaldo Hernández fue la posibilidad de que en el marco de la confrontación Rusia-OTAN, Venezuela resulte atacada debido a que la vecina Colombia esta afiliada a la Alianza Atlántica en calidad de socio global.

«No sería nada extraño que para crearle una distracción a Rusia o para crearle una distracción a China, que son nuestros aliados internacionales en estos momentos, pudieran presentar algún tipo de conflicto aquí en Venezuela que resultara una suerte de distracción, lo cual sería un poco complicado, porque Venezuela no es un país con armas nucleares, pero tampoco es un país desarmado», apuntó.

A la viabilidad de esta tesis también apuntan los numerosos ataques recibidos por el país desde 2014 en el marco de lo que Adrianza denomina «guerra híbrida», que han incluido intentos de incursión armada por parte de países suramericanos, a los cuales ha logrado hacer frente la alianza cívico-militar impulsada por el gobierno nacional.

«Como se ha dicho, las balas no discriminan entre quien sea de la oposición, quien sea del gobierno, quien sea de la alta burguesía o quien sea del pueblo. Balas son balas y cuando se desata la guerra, sabes cuándo pudiera empezar, pero no sabes cuándo termina», sentenció.

(LaIguana.TV)